OPERACIÓN RESCATE
«Los Wedding Present del 89 suenan como una máquina en perfecto estado de revista»
Fernando Ballesteros recupera un disco que este año celebra su trigésimo aniversario, Bizarro. El recomendable segundo trabajo de The Wedding Present, tras su recordado debut, George best.
Texto: FERNANDO BALLESTEROS.
The Wedding Present
Bizarro
EDSEL RECORDS, 1989
En 1989, David Gedge y sus Wedding Present se enfrentaban al reto del difícil segundo disco, esa ardua empresa que se complica aún más cuando con tu debut has tenido éxito y el reconocimiento casi unánime de la crítica. Y eso es lo que había ocurrido con el grupo de Leeds, que se había estrenado con George Best, toda una explosión de frescura guitarrera, puro ritmo a velocidad de vértigo al servicio de canciones cortas, nerviosas e inspiradas. Un festival.
Pero llegados a este punto, sus canciones tenían que volver a hablar, y vaya si lo hicieron. El grupo, que había abandonado la independencia para firmar por RCA, ya había dado muestras de que la presión no les iba a afectar. Solo así se explica que fueran capaces de editar entre su primer y segundo álbum dos sesiones con su gran valedor, John Peel, cantadas ¡en ucraniano!
El mes de octubre, cuando salió al mercado Bizarro, la reacción de la prensa especializada pecó de previsible, y uno se pregunta si le prestaron a la obra toda la atención que merecía. Porque, en muchos casos, es la única explicación posible a que los críticos metieran este espléndido lote en el mismo saco que su predecesor, pero sin llegar a su altura. Han pasado treinta años y hace mucho tiempo que hemos constatado que el tiempo terminó haciendo justicia con Bizarro.
David, que lleva más de tres décadas pilotando la nave, contó con los mismos ingredientes que en su debut, pero su maestría a la hora de componer grandes canciones se abrió paso de forma diferente. Sin ornamento alguno, el ritmo toma al asalto unas canciones que expanden el sonido de la banda y encuentran nuevos caminos.
El sonido de Bizarro es más denso, hay más texturas en unas canciones que, en lo lírico, siguen explorando el desamor, aunque también con más matices, incluso podríamos hablar de más madurez en el joven David. Y aunque algunos no lo quisieran o no lo supieran ver en su momento, «Kennedy» es un single rutilante a la altura de los que poblaban su primer elepé; el guitarreo de «Brassneck,» en el que escuchamos la voz de Amelia Fletcher, es glorioso, y «Bewitched» incorpora los cambios de ritmo al catálogo.
Es posible que por el camino se quede un punto de la frescura de George best, algo lógico, pero la pérdida es mínima si la comparamos con todo lo que aporta un disco, en el que, por cierto, estrenaban su relación Steve Albini que les produce «Brassneck» y que terminaría produciendo «Seamonsters», el tercer álbum de la banda.
Englobados en un principio en la hornada de grupos incluido en aquella gloriosa recopilación que fue C86, The Wedding Present sortearon esa y el resto de etiquetas, conviviendo con varias escenas sin apenas dejarse tocar por ellas. Así, la producción de Albini, antes del gran boom, les confiere una robustez hasta entonces inédita en su propuesta. El olfato de Gedge, además le llevó a versionar en estas sesiones de grabación a un grupo norteamericano del que habrían oído hablar cuatro gatos por aquel entonces: los mismísimos Pavement, de los que tomaron prestada «Box elder».
Los Wedding Present del 89 suenan como una máquina en perfecto estado de revista y, por lo que cuentan las crónicas, y se documenta en más de una grabación, ofrecían una nueva dimensión en directo. Canciones como «No», que reduce la velocidad en su versión de estudio, o la extensa «Take me», cobran una nueva vida sobre las tablas. Lo llevan logrando tres décadas, un tiempo en el que Bizarro ha envejecido bien, o tal vez sería mejor decir que no ha envejecido. La propuesta suena vigente, los años han pasado por esta obra mejor que por su debut, que como afirma el propio David, es más producto de su tiempo. Tal vez eso sea lo que decante la balanza en 2019 a favor de Bizarro. Bueno, eso y que es mejor disco. He esperado hasta el final, pero había que decirlo.
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Anterior entrega de Operación rescate: In it for the money (1997), de Supergrass.