LIBROS
“Lectura obligada para el fan, y más que recomendable para cualquiera que olfatee la música pop como fenómeno cultural que es, ajeno a trincheras”
Varios autores
“Bitch She’s Madonna. La reina del pop en la cultura contemporánea”
DOSBIGOTES
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Resulta muy estimulante que la bibliografía en torno a las grandes estrellas del firmamento pop que se va gestando en nuestro país abunde en el ensayo con multiplicidad de voces y desde una perspectiva sociológica. A estas alturas, quizá tenga escaso sentido replicar las biografías al uso que ya abundan en el ámbito anglosajón, salvo que se incurra en aspectos inéditos —algo complicado — , se enfilen desde un enfoque novedoso —igual de complicado — o se destile desde el prisma del fan irredento —algo aún más arriesgado si quien encara el reto no tiene el cuajo suficiente — , así que estudios como los que se han publicado recientemente sobre Joy Division o The Smiths (ambos en Errata Naturae) son más que pertinentes. El asturiano Eduardo Viñuela, doctor en musicología por la Universidad de Oviedo, es el último en sumarse a la tendencia, y lo hace coordinando un compendio de textos (ocho, en total, entre ellos uno propio) que abordan la poliédrica figura de Madonna, absolutamente esencial en la música popular de las últimas cuatro décadas desde cualquier punto de vista, por mucho que haya quienes (desde posiciones tan rockistas que resultan rancias) aún le nieguen el pan y la sal en pleno 2018.
Dijimos poliédrico, “palabro” que resulta algo cansino cuando se habla de la Ciccone, pero si algún mérito alberga este volumen es no abusar de dos términos que acaban siendo tan plomizamente reiterativos que son ya carne de guión de “Corazón, corazón”: es el caso de “reinvención” e “icono”. El músico Igor Paskual desgrana, desde una valoración algo discordante con el común de la crítica (pero muy bien argumentada) su evolución creativa, mientras Mar Álvarez y Laura Viñuela trazan de forma brillante su ilustrativo rol como mujer y —a su vez — su relación con otras mujeres (tan mal interpretado por algunas feministas con ceguera: nadie ha dado más visibilidad a la emancipación artística de la mujer) e Iván Rotella y Ana Fernández Alonso dedican un brillantísimo apartado a radiografiar una proyección de la sexualidad que en absoluto está desprovista de sentimientos. Junto a ellos, otros aspectos son tratados en profundidad: su capacidad para absorber corrientes del underground para imbricarlas en el mainstream y su habilidad para encarnar personajes con múltiples lecturas (paralelismo obvio con Bowie: ambos compensaron así sus fiascos cinematográficos), su poder de cuña discursiva en los conservadores años 80, dominando todos los resortes de la provocación en la cultura de masas, su forma de valerse de la religiosidad, de la publicidad o de la cultura del videoclip, sus mastodónticos e influyentes espectáculos e incluso las razones (nada caprichosas) para que la comunidad LGTB la tenga en un pedestal. En resumen, lectura obligada para el fan, y más que recomendable para cualquiera que olfatee la música pop como el fenómeno cultural que es, ajeno a trincheras.
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Anterior crítica de libros: “Tigres de cristal”, de Toni Hill.