Bebe: Digan lo que digan

Autor:

“La gente tiene también muchas ganas de atacar sin motivo. Y conmigo pasa. Pero no me preguntes el porqué, porque no lo sé. Pero creo que la gente se deja manipular muy fácilmente, está a la orden del día”

Abonada a la polémica, Bebe regresa con «Un pokito de rocanrol», un álbum inspirado en el «Cantajuegos», con aires de electrocumbia, que llega precedido por el single ‘K.I.E.R.E.M.E.’ y un airado enfrentamiento con la prensa.

 

 

 

Texto: EDUARDO GUILLOT.
Fotos: RAFA GALLAR.

 

 
Salió a la venta el día 7, pero «Un pokito de rocanrol», tercer álbum de Bebe, llevaba semanas haciendo correr ríos de tinta. Su actitud en una rueda de prensa celebrada tras un show en la sala El Sol fue el detonante de una polémica que se avivó con la publicación de ‘K.I.E.R.E.M.E.’, un primer single que se aleja de su sonido habitual. Ella no se esconde.

El título del disco llama la atención. ¿El contenido responde a tu concepto de rock and roll?
No se llama así porque considere que haya hecho rock and roll musicalmente hablando, sino por el sentido con que utilizamos la expresión en el entorno del grupo. Después de haber estado de gira tocando durante un año en teatros, empezamos a hacer algunas salas, y Guille, mi percusionista, dijo un día: «Venga, un poco de rock and roll». Porque la gira por teatros fue muy chula, pero también bastante tranquila, mientras que en las salas la gente está más caliente, más cerca. A eso se refiere aquí el uso del término rock and roll, a la energía que tenía el rock and roll antiguo de verdad, el que hacían Muddy Waters y todos los grandes. Pero en el disco no hay rock and roll. Es una metáfora.

El primer single, ‘K.I.E.R.E.M.E.’, rompe con lo que habías hecho anteriormente. ¿Aceptas las comparaciones con M.I.A.?
¡Qué va! Sé quién es, pero esa canción no se le parece en nada, con todos mis respetos. He escuchado sus discos hace mucho tiempo, y no me voy a poner a hacer uno como los suyos, sería absurdo. Lo de M.I.A. vino por un comentario que hizo un periodista acerca de que la música que había en este álbum era tan poco clasificable como la suya. Pero no se refería a que se pareciera, lo que pasa es que la cosa ha ido derivando.

¿Y con Bomba Estereo?
Sé quienes son Bomba Estéreo, pero no los he escuchado. Bueno, me están poniendo en contacto con ellos a raíz de este disco, para ver si hacen una remezcla, pero la verdad es que no conozco su música.

Es que da la sensación de que ellos, u otros como Systema Solar, han tenido cierta influencia en el álbum. ¿No te interesa la electrocumbia?
No, no. Últimamente, en lo que estoy introducida es en el «Cantajuegos».

¿El qué?
El «Cantajuegos», las canciones infantiles. De verdad, no es broma. El disco tiene más influencia del «Cantajuegos» que de cualquier otro grupo. Y ‘K.I.E.R.E.M.E.’ es una canción muy infantil. La letra no, pero el ritmo, la manera de cantar, los ritmos percutidos del disco, tienen mucho que ver con la energía que te dan los niños.

También se ha dicho que recuerda a Las Ketchup.
Ya. Es lícito. Que cada uno opine lo que quiera. De todas maneras, creo que la mayoría de la gente se ha hecho una idea preconcebida a partir de los comentarios que ha leído más que de lo que ha escuchado.

¿Elegiste tú el single? Porque el resto del disco no es tan rompedor.
Sí, claro. A mí la canción me encanta, la encuentro superdivertida, muy alegre. En «Pafuera telarañas» sacamos ‘Malo’, que era fuerte, y con «Y.» escogimos ‘Me fui’, que era más melancólica, incluso un poco triste. Esta vez me apetecía algo mucho más alegre. Y a mis sobrinos les encanta.

¿El título viene sugerido por ‘F.E.E.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E.’, de Pulp?
¿De Pulp? No la conozco. La buscaré.

Produce Renaud Letang, que ha trabajado con Manu Chao, pero también con Jane Birkin, Feist, Gonzales o Luz Casal. ¿Por qué lo escogiste?
La vida, a veces, es tan maravillosa, que te lleva a los sitios sin saberlo. A Reanud lo conocí porque me lo propusieron desde EMI Francia. Pero yo no sabía qué música hacía, porque no me fijo en los currículos, sino en el feeling que tengo con las personas. Soy como un animalillo, necesito oler primero. Nos conocimos, fuimos al estudio y me puso un disco maravilloso de Saul Williams en el que estaba trabajando y me gustó muchísimo la energía que tenían las baterías, que era lo que yo buscaba, baterías muy fuertes. A partir de ahí fue cuando nos decidimos. Luego, durante el tiempo que pasamos en el estudio charlando, resulta que había sido el productor de muchos de los discos que yo había escuchado en los tres últimos años. Cuando iba con la furgoneta, uno de mis discos favoritos era «Solo piano», de Gonzales, y escuché también bastante a Feist, así que fue una sorpresa.

¿Creasteis las canciones juntos?
No. Las he hecho yo. Las llevaba al estudio en una grabadora. Había algunas que ni siquiera tenían guitarra, porque como yo no la toco bien, así evito que la canción se vaya por otro lado. Tengo los sonidos en la cabeza. A veces aparecía con las canciones hechas, pero grabadas solo con chasquidos de dedos o palmas. Así le marcaba los ritmos, y luego las montábamos en el estudio y él también proponía cosas. Pero la música y la letra ya las llevaba yo.

‘Sabrás’ me recuerda a Jeanette. ¿Pensabas en ella cuando la grabaste?
No pensé en ella, pero ya me lo han dicho. El primero fue un amigo mío, que me comentó que le recordaba mucho lo que ella hacía. De alguna manera, puede ser normal, porque yo escucho mucha música francesa. A Françoise Hardy, por ejemplo, y sí es cierto que está en esa línea. No me molesta, es algo lógico. Sin quererlo, uno, al final, tiene influencias de todo lo que escucha. Igual que la tengo del «Cantajuegos», la puedo tener de la Hardy o de Jeanette.

Pero Jeanette es española…
Sí, sí.

«Aquí creo que ha habido alguien a quien le ha apetecido ofenderse o armar un poco de gresca. No hay más. Yo no soy estúpida, y no voy a ponerme delante de un micro a macarrear con nadie porque ni siquiera sé quién es»

Contigo parece inevitable la polémica. ¿Eres consciente de que caes mal a muchísima gente?
Yo, lo que creo es que la gente tiene también muchas ganas de atacar sin motivo. Y conmigo pasa. Pero no me preguntes el porqué, porque no lo sé. Pero creo que la gente se deja manipular muy fácilmente, está a la orden del día: Nos pasa con la política, en el trabajo… Y nos gusta meternos en la casa de los demás. Procuro no darle importancia, no entiendo de dónde sale tanto odio, porque yo procuro no hacer daño al prójimo. Además, todo viene de un comentario sacado de contexto y de una sola persona que se dio por ofendida. Pero bueno, uno no puede pretender gustarle a todo el mundo.

¿Te refieres al incidente en la sala El Sol?
Sí.

¿Cuál es tu versión? Porque la frase de despedida que generó la polémica (“¡Que os follen bien!”) la dices en todos tus conciertos, ¿no?
¡Claro! Lo único que pasó es que, en vez de haber público, que paga entrada, había periodistas. Pero yo hago esos comentarios mil veces en los conciertos y la gente no se enfada. Se ríen. Les digo hijos de puta y cabrones. En México les encanta que les llamen chingones, se ponen muy rabiosos y es muy divertido, pero no es una ofensa. Aquí creo que ha habido alguien a quien le ha apetecido ofenderse o armar un poco de gresca. No hay más. Yo no soy estúpida, y no voy a ponerme delante de un micro a macarrear con nadie porque ni siquiera sé quién es. Lo mejor es no dar mucha importancia a estas cosas.

Más allá de ese incidente, y visto a posteriori, el hecho de meterte en El Sol para tocar varios temas del nuevo álbum en frío y luego encarar una rueda de prensa, ¿fue un error?
Absoluto. Y la primera que lo cometió fui yo. Porque yo nunca permito hacer ese tipo de cosas después de los conciertos, ni mucho menos, porque no es el momento. En todo caso, antes. Pero a veces procuras ser un poquito condescendiente y al final te das cuenta de que no se puede ser condescendiente con estas cosas. Pero de los errores también se aprende, no pasa nada. Hay que asumirlo. De todas maneras, cada uno se toma las cosas como quiere. Ha habido alguien que se lo ha tomado fatal y luego todos los demás se han dado por ofendidos, no sabemos por qué, cuando ni siquiera estaban allí.

Te decía lo de la animadversión que despiertas porque lo que en realidad sorprende es que Albert Pla, por ejemplo, exhibe esa misma actitud y hace cosas similares, pero nadie se rasga las vestiduras.
A mí me suelen esperar con la guillotina, no sé por qué.

¿No tienes una explicación?
No, no la tengo, de verdad. A lo mejor es que no soy tan políticamente correcta como desea la gente. ¡Qué le vamos a hacer! No puede llover a gusto de todos. Y tampoco tengo tiempo para estar pendiente de eso, tengo que preparar una gira que esté a la altura del disco y en eso estoy, que es lo más importante.

Si la presentación de El Sol fue un error…
No, la presentación no. La rueda de prensa posterior, sí.

En ese sentido, hace ya bastante tiempo hablaba con Manu Chao sobre la contradicción que suponía para él mantener una filosofía de trabajo y manera de pensar como la suya y grabar con una multinacional como Virgin. Él lo reconoció y admitía que lo lógico era funcionar de manera autogestionaria, como de hecho terminó haciendo. ¿Tú caso no es similar?
Bueno, los caminos del señor son inescrutables, y el ser humano se contradice constantemente. Lo que está claro es que cada vez se tiende más hacia la autogestión, pero también es normal escoger primero el camino de trabajar con gente, porque en una compañía también aprendes muchas cosas, se te abren muchas puertas, y te da posibilidades de trabajar con mucha gente con la que, de otra manera, no lo harías. Luego, lo importante es que tú lleves el orden de tu trabajo y tomes tú las decisiones realmente importantes. Eso no está reñido con trabajar con una compañía, ¿sabes? Luego, evidentemente, las cosas te van llevando a la autogestión, porque tú mismo vas teniendo más claro cómo quieres hacerlas, y haber trabajado con una compañía te da la posibilidad de aprender otra manera de autogestionarte.

¿Sigues sin dar ningún porcentaje de los beneficios de tus conciertos a tu sello discográfico?
No creo que tenga que hablar de eso aquí.

Lo pregunto porque en «EP3» (29 de mayo de 2009), en entrevista con Lucas Arraut, decías: “A mí me lo han ofrecido y he dicho que nanai. La compañías tienen que vender discos. Lo demás pertenece a los músicos, su entorno, el manager…” ¿La historia sigue siendo la misma?
No, no es la misma. La vida tampoco es igual. Las cosas han cambiado y también el interés de unos y de otros. La implicación en el trabajo es mayor, y cuando ves que la gente pone más ilusión y ganas de trabajar, entonces dices: ‘Vale, vamos a organizarnos de otra manera’. Evidentemente, hay que amoldarse a los tiempos y no pasa nada.

El disco va a editarse en Francia, pero imagino que el mercado latinoamericano es un objetivo prioritario.
En marzo vamos a Colombia y a México. Para mí es importante. Además, es muy divertido. El público latinoamericano es mucho menos prejuicioso. México, musicalmente, es un país supermoderno, muy avanzado. Más que España y muchos otros lugares. Es un país muy abierto musicalmente. Es muy divertido ir allí, tienen muchas ganas, conoces grupos nuevos, hay mucha riqueza musical. Me apetece mucho. La gente es muy caliente. Y lo que te digo: Tienen muchísimos menos prejuicios, y eso es algo muy positivo.

¿Estás diciendo que el público español tiene prejuicios?
Bueno. Eso yo no lo he dicho, pero está claro que sí, ¿no?

Me gustaría preguntarte por una canción que grabaste entre un disco y otro, y que fue la primera en que llamaste la atención de un sector de público que no te había prestado atención antes. Me refiero a la notable versión de ‘A quién le importa’ en clave de tango incluida en el disco homenaje «Viaje satélite alrededor de Carlos Berlanga».
La culpa no es solo mía. Fue Lucio Godoy quien le dio la vuelta de tuerca a la canción. La idea de convertirla en tango partió de un amigo mío, que había sido a su vez muy amigo de Carlos Berlanga. Y fue una idea maravillosa. Con Lucio Godoy había trabajado en la película «La educación de las hadas» [José Luis Cuerda, 2006], es un compositor maravilloso y toca el piano estupendamente. Se lo propuse porque tenía muchas ganas de trabajar otra vez con él.

¿Vas a adaptar las canciones antiguas al sonido del repertorio actual?
Sí, hay que darles un barniz nuevo, y empastarlas bien con las nuevas. En eso estamos trabajando ahora. Por eso te decía que tengo que centrarme en la gira y los ensayos. Pero eso también es divertido, porque así propones cosas diferentes al público. Para escuchar solo lo que hay en el disco, te quedas en casa.

Artículos relacionados