DISCOS
«Un trabajo funky con guiños a tres de sus grandes modelos: Prince, John Lee Hooker y Little Feat»
Stef Kamil Carlens
Be who you wanna be
CLUSTER-PARK, 2024
Texto: XAVIER VALIÑO.
Stef Kamil Carlens es uno de los músicos más interesantes y creativos de Europa de las últimas décadas. Comenzó como cantante y bajista en dEUS, luego estuvo en Moondog Jr y, por fin, en el grupo por el que se le recordará, Zita Swoon. En solitario ha editado hasta ahora dos discos y uno de versiones de Dylan en directo junto a una banda que formó expresamente para ello, The Gates of Eden.
En su tercer álbum, Be who you wanna be, Stef pretendía grabar un trabajo funky con guiños a tres de sus grandes modelos: Prince, John Lee Hooker y Little Feat. Para ello ha empleado una antigua caja de ritmos que dialoga con la batería y la percusión grabando en directo, muchos sonidos de saxofón (tenor y barítono), una variedad de teclados antiguos y, por supuesto, muchos grandes músicos belgas aliados a la causa.
El disco presenta tres versiones, comenzando con “The future”, de Prince, que apareció originalmente en la banda sonora de Batman. Carlens la mantiene fiel al original pero la convierte en una pista gozosa con sintetizadores que parecen provenir de “Wordy rappinghood”, de Tom Tom Club. Su adaptación de “C’est comment qu’on feine», de Alain Bashung, pierde su sonido de los ochenta y gana con un tratamiento funky y colorido que nos hace olvidar por completo el original. “Suspicion” era una balada dramática en la voz de Dez Mona, pero con Stef Kamil Carlens se convierte en la canción pop que Robert Palmer no llegó a firmar, hirviendo a fuego lento como una fuente termal.
De las otras cinco canciones, compuestas por él, destaca “Walk on red, stop on green”, alargada en el disco respecto al single editado en su día, una pieza que hace mover los corazones y las piernas más rápidamente. Y, también, el corte final, “So much love” inspirado en documental en tres partes Zeitgeist: moving forward, de Peter Joseph. Carlens intenta capturar la frustración y la ira de hoy en día en esa canción. Y al convertir toda esa negatividad en un tema tan bailable, es que está haciendo un gran trabajo, la prueba definitiva de que Kamil Carlens ha logrado lo que pretendía.
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Anterior crítica de discos: Blackgrass: from West Virginia to 125th St, de Swamp Dogg.