«Autobiografía», de Morrissey

24 noviembre 2016 Autor:FERNANDO BALLESTEROS

LIBROS

“Esa mirada a la infancia, al Manchester gris y sin esperanza en el que se crió, es donde se encuentra lo mejor de este viaje”

Morrisey
“Autobiografía”
MALPASO EDICIONES

Texto: FERNANDO BALLESTEROS.

Hagamos historia: Morrissey, siempre tan difícil él, había rechazado la posibilidad de traducir su autobiografía a otros idiomas, de manera que su deseo era que el libro siguiera siendo exclusivamente un Penguin Classic en el Reino Unido. Por eso la edición en castellano de la obra en cuestión ha sido uno de los acontecimientos literarios y musicales de la temporada, y un éxito que hay que apuntarle a Malpaso Ediciones.

Por despejar incógnitas con rapidez, he de decir que las expectativas creadas son respondidas. En realidad el que termina con las dudas por la vía rápida es el propio autor, que despacha un primer tercio de libro sencillamente magistral. Esa mirada a la infancia, al Manchester gris y sin esperanza en el que se crió es donde se encuentra lo mejor de este viaje. Lo retrata con detalle y haciendo gala de una prosa llena de poesía que conquista, borda un primer tramo al que no se le puede poner un solo pero.

Esas páginas nos muestran cómo se va forjando el espíritu artístico del joven Steven, que se refugia desde muy temprano en sus películas, sus poetas y, sobre todo, en la música para vencer un entorno abiertamente hostil. Es en ese contexto, sometido además a un sistema educativo cruel y asfixiante, en el que el autor se revela como un excelente cronista, un crítico apasionado que glosa las bondades de artistas decisivos en aquel proceso suyo como New York Dolls, Sparks, Patti Smith o David Bowie. Una delicia.

Y en esas, Morrissey se hace mayor y se sube a un escenario. Y todo cambia: su vida, por supuesto, y el libro también. Habrá menos poesía a partir de este momento y más sucesión de acontecimientos e incluso anécdotas con las que nos intenta llevar a su terreno. Básicamente el de un artista excesivo, de un ego desmedido, que dispara contra todo lo que se mueve y que se siente perseguido por todos. A veces, con razón, todo hay que decirlo.

Su carrera musical se convierte en el centro de un relato que recorre los años dorados de los Smiths y su ruptura en la que, él, por supuesto, no reconoce ninguna culpa. Pero los dardos no se limitan a sus excompañeros: Geoff Travis, el capo de su sello Rough Trade, es uno de los que más palos se lleva, pero tampoco se van de rositas Tony Wilson, Sarah Ferguson, Margaret Thatcher o tú mismo si ayer te comiste un buen filete, por poner algunos ejemplos.

Sin embargo, las páginas más amargas son para Mike Joyce por el juicio en el que años después de la ruptura reclamó derechos atrasados por su participación en los Smiths. El proceso fue largo y doloroso, y Morrissey se cobra su particular venganza aquí. Lo hace de una forma tan concienzuda que el trámite le queda demasiado largo y protagoniza algunos de los pasajes más prescindibles de la autobiografía.

Su carrera en solitario, la “mozmanía” que se desató por fin en Estados Unidos o sus números uno tan esperados van llenando páginas que se suceden sin separación por capítulos y en las que Morrissey –no se crean que todo es amargura– destila un sentido del humor ácido marca de la casa con el que impregna más de una anécdota hasta llevarte a la sonrisa. Lo que no alimenta es el morbo sobre su siempre celosamente guardada vida privada. Tan sólo desvela que hasta bien cumplidos los treinta no vivió una relación seria –fue con el fotógrafo Jake Owen Walters– y, por supuesto, no despeja la incógnita sobre sus preferencias sexuales.

Tras los años de formación de las primeras páginas, el resto de la obra nos lleva por el camino de un Morrissey que, una vez dentro de la música que salvó su vida, se siente incapaz de hacer nada frente a las múltiples facturas que el papel de gran estrella e icono pop conlleva. Así, la industria musical que intenta ignorarle y limita su éxito, o el trato sensacionalista de la prensa –de hecho carga contra el NME en varios pasajes– le amargan un viaje que pretendía más placentero.

Morrissey es revanchista en estas memorias, sí. También se le puede acusar de autocomplaciente, vale. Nada nuevo. Así es él y es lo que podíamos esperar desde antes incluso de que tuviéramos noticia de su futura publicación, pero estas memorias están muy bien escritas y alegran la vida del fan convencido de Morrissey y de los que, sin estar entregados incondicionalmente al artista, disfrutan conociendo de primera mano las andanzas de un hombre que, hoy por hoy y por méritos propios, es una de las mayores estrellas del pop de las últimas décadas.