Efe Eme entrevistó a Izal y les acompañó en la prueba de sonido previa al show del Palacio de Deportes. Eva Rodríguez relata cómo vivieron las horas previas a su concierto fin de gira Copacabana con todas las localidades agotadas.
Texto: EVA RODRÍGUEZ.
Fotos: J. PEREA.
Izal
Palacio de Deportes de Madrid
25 de febrero de 2017
A las cuatro de la tarde, en el país de la siesta, uno espera que seis horas antes de que empiece un concierto en el centro de Madrid solo haya en los alrededores del recinto gente aprovechando el sol del mediodía para tomarse una caña. Pero la cita musical del pasado sábado en el Palacio de los Deportes era inédita en muchos sentidos. El grupo Izal se preparaba para recibir a 15.000 personas, reventando el aforo, y cerca de un centenar de seguidores esperaban ya a esas horas pacientes en la entrada para pasar a las primeras filas.
Dentro, el equipo al completo y los músicos se preparaban para su “hasta luego” más largo en estos siete años de vida que llevan como formación. “Decimos adiós a los escenarios españoles para un año entero, por eso este concierto tiene una carga extra que no ha tenido ninguno hasta la fecha”, decía a EFEEME Mikel Izal (voz, guitarra y letrista) minutos antes de comenzar la prueba de sonido.
En el camerino, el quinteto iba dando paso a la prensa mientras charlaba distendido sobre las personas que sabían que vendrían a verlos. “Están aquí nuestras familias, nuestros amigos. Hay muchos factores que hacen de este día especial”, añadía Izal. “La premisa es que no hay margen de error, como dijo nuestro conductor nada más subir hoy a la furgo”, bromeaba Iván Mella (teclados).
Izal tienen más que rodado el directo. Han recorrido en esta gira “Copacabana” un amplio abanico de salas españolas, agotando entradas y siendo fieles a muchos festivales. A partir del mes que viene se atreven además con los de fuera, cruzarán el charco para llevar sus canciones hasta el South by Southwest de Austin (EE UU), el Vive Latino de México y también estarán por Colombia. “Afortunadamente tenemos constantemente planes de futuro. Lo pensábamos como un año de vacaciones, pero mentira. Tenemos una especie de planning hecho que implica trabajo y descanso”, explicaba Alejandro Jordá (batería).
“Decimos adiós a los escenarios españoles para un año entero, por eso este concierto tiene una carga extra que no ha tenido ninguno hasta la fecha”
Este era el concierto más grande al que se enfrentaban que no fuera dentro de un festival, superando en 4.000 personas el anterior de 2015, también en el Palacio. “Es el fin de un disco que nos ha dado muchísimo y la puesta en escena más grande que hemos llevado nunca en una gira. Hoy se la enseñamos, por fin, a nuestra ciudad de acogida”, enfatizaba el cantante del grupo mientras se incorporaba con el resto de sus compañeros antes de despedirse para la prueba. “A probar, a probar. ¡Escenario principal!”, coreaban en equipo recordando un cántico clásico de los asistentes a festivales como el Sonorama, que tan bien conocen.
Ecos de oro y humo
Durante la prueba, el escenario está más lleno de lo habitual y el auditorio, como es obvio, vacío. Solo se cruzan entre los cables de la mesa de sonido y la pista algún que otro fotógrafo y los cámaras que se disponen para grabar parte de la actuación.
El enorme eco del sonido resuena en las paredes de un espacio vacío como el del Palacio –imperceptible con el auditorio lleno– y se mezcla con los comentarios de los músicos que ensayan concentrados en su posición. “Necesito una setlist aquí”, pedía Izal, mientras en vídeo pasaban las imágenes a proyectar en las pantallas. A los dos lados, sus compañeros Emanuel Pérez “Gato” (bajo) y Alberto Pérez (guitarras) probaban sonido sin soltar el cigarrillo.
Entre los instrumentos que pasaron por el escenario destaca un taiko (gran tambor en japonés) que han escogido para acompañar con percusión el tema ‘Oro y humo’ (“Copacabana”, 2015). Impresiona escucharlo con tantos metros cuadrados que amplifican su capacidad de resonancia. Queda patente que preparan una gran despedida. Le han dado una vuelta al repertorio y se han volcado en medios técnicos y humanos.
Dos frenéticas horas de música y efectos muy especiales
A las diez de la noche ya estaba todo listo y el Palacio al completo. Miraras a donde miraras, desde la pista solo se veían miles de personas a los lados. “Antes de salir te concentras un poco e intentas hacer lo mejor posible tu trabajo. Los nervios que tienes los veinte minutos previos son sanos e intentas controlarlos. Para ello te vas a cosas positivas, porque pase lo que pase esto está lleno de gente que viene a pasárselo bien y vamos a pasarlo también bien nosotros”, confesaba Mella sobre cómo afrontar un directo ante tanta gente.
Pasados unos minutos, comienza a sonar ‘Despedida’ a través de lo que parece un transistor que se proyecta en imagen, el público sigue la letra de la canción y aparecen por fin los Izal al completo. Los aplausos de 15.000 personas al unísono ensordecen la música, comienza el espectáculo.
“Empezamos hace siete años en un cuarto sin ventanas hasta llegar a este lugar tan cálido”
“Buenas noches Madrid. ¿Qué hacéis aquí tanta gente?”, decía Izal a la vez que recordaba de dónde arrancaba esta despedida: “Empezamos hace siete años en un cuarto sin ventanas hasta llegar a este lugar tan cálido”. También quiso hacer referencia al su primer concierto en 2012 en el Café la Palma de Madrid, allí comenzó todo: “por primera vez cantasteis una canción nuestra”.
Para esta fiesta de fin de gira escogieron temas de discos anteriores y también de “Copacabana”. Sonaron ‘Agujeros de gusano’, ‘Asuntos delicados’, ‘Tóxica’ o ‘Epílogo III’ (“Agujeros de gusano”, 2013); ‘28 horas’, ‘Extraño regalo’, ‘Tu continente’ (“Magia y efectos especiales”, 2012) y del último ‘Los seres que me llenan’, ‘Pequeña gran revolución’ –que el cantante dedicó a su sobrina de dos meses– o ‘Arte moderno’. Quien también tuvo un momento para una emotiva dedicatoria fue el bajista Pérez “Gato” que dedicó el concierto a su padre.
Para interpretar ‘La piedra invisible’ invitaron a Jorge Drexler al escenario, que recitó parte de la letra y se llevó una gran ovación. También quisieron contar con otros dos invitados y compañeros de profesión, Álvaro Navarro y Alberto Jiménez de Miss Caffeina, que los acompañaron en ‘La mujer de verde’. El público también hizo homenajes a su manera a este tema. Era fin de semana de carnaval y un grupo de chicas enloquecía al sonar “su canción”, iban vestidas con capa verde y camiseta del grupo.
Otro de los momentos más sorprendentes del show fue con la vuelta del taiko al escenario. El auditorio se quedó mudo por unos instantes. Alberto Pérez hizo un solo de guitarra y sin más preámbulos sonó el poderoso sonido de percusión del tambor por todo el recinto para introducir ‘Oro y humo’.
‘Rudioblanco’, un tema nuevo, vino acompañado de una anécdota que parece haber calado hondo en el quinteto. Izal explicó como en Barcelona, la primera vez que lo tocaron –esta era su segunda vez en un directo– un grupo de gente de las primeras filas se inventaron a gritos la letra como si la conocieran. “¡Así se vive un concierto!”, exclamaba.
También hubo espacio para el humor. A la habitual voz en off de la película “Lo que el viento se llevó”, que suelen añadir previo al tema ‘Hacia el norte’ en sus conciertos, decidieron sumarle un vídeo con Pérez haciendo las veces de galán y otras de Scarlett O’Hara, ante la mirada atónita de la gente en su debut como “actor”.
Para el fin de la despedida escogieron tres temas que les han dado más de una alegría: ‘Qué bien’, ‘Mágia y efectos especiales’ y ‘El baile’. El broche a una fiesta intensa y agotadora. “El escenario tiene una energía que no te lo dan otros trabajos”, decía Pérez horas antes del concierto. Una energía que necesitarán recuperar después de las dos frenéticas horas de concierto, pero que seguro mantendrán para retomar después de este hasta pronto. Tienen todo un año para recargar pilas y disfrutar de lo vivido.
Setlist de Izal en el Palacio de Deportes:
Despedida
Agujeros de gusano
Palos de ciego
La piedra invisible (con Jorge Drexler)
Tóxica
28 horas
Arte moderno + Extraño regalo
Ruidoblanco
Los seres que me llenan
Pequeña gran revolución
Oro y humo
Tu continente
Conclusión en do
Hacia el norte
Asuntos delicados
La mujer de verde
Pánico práctico
Epílogo III
Copacabana
–
Qué bien
Magia y efectos especiales
El baile