Anoche (17 de abril), la primera sesión de la nueva temporada de «Las charlas-concierto de Efe Eme» (en la sala Loco Club, de Valencia) tenía mucho de especial pues era el regreso a los escenarios de Mikel Erentxun tras el susto que le dio su corazón hace unas semanas. Así que la expectación por cómo saldría todo era patente entre el público, consciente de acudir a una cita singular, pero también en el propio Mikel. «Estaba nervioso –explica Juan Puchades–, lo comentó varias veces durante la prueba de sonido, y, en el camerino, minutos antes de salir, insistía en ello. Pero es normal, encontrarte en una situación como esa debe ser muy complicado y el regreso a tu vida cotidiana, en su caso a algo tan comprometido como salir a tocar como parte de ella, imagino que la veía lejana días atrás. Pero todo se le pasó con rapidez cuando se sentó y empuñó la guitarra». Y así fue, un Erentxun en plena forma, aunque visiblemente delgado por la dieta que debe de seguir estos días, se entregó sin reservas, tanto conversando como en la interpretación de las canciones.
Con buen humor, y enorme sinceridad, Mikel fue respondiendo al cuestionario del director de EFE EME, charlando con buen ánimo, repasando su carrera y algunos aspectos de su oficio. Inevitablemente, el diálogo se inició comentando lo sucedido y confesó que todavía está de baja, pero que quería hacer esta charla-concierto porque suponía volver de una manera más tranquila que en un concierto convencional. Y desde ahí empezaron a caer las canciones, con ’24 golpes’ (debido a su letra parecía la apertura más adecuada) abriendo la noche, para recorrer, insertados entre la charla y en orden cronológico, temas de gran parte de su discografía, tanto en solitario como con Duncan Dhu: ‘Sueño escocés’, ‘Un punto más’, ‘Lágrimas de fuego y ceniza’, ‘A un minuto de ti’, ‘A tientas’, ‘Como dioses pequeños’, ‘Mañana’, ‘Vasos de Roma y Ginebra’, ‘Cartas de amor’, ‘Detalle del miedo’, ‘Ropa vacía’, ‘Veneno’ (Rafael Berrio, autor de la letra, esa misma noche actuaba en Valencia y se acercó un rato a la sala Loco Club para ver a su amigo) y, cerrando la velada y como regalo especial, ‘Una calle de París’, una de esas canciones que todos llevamos grabadas en la memoria. Y en la memoria de los asistentes quedará esta noche única y especial, que el propio Mikel aseguró que no olvidaría.
Foto: EVA HERNÁNDEZ.
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