Aretha Franklin ha fallecido hoy, a los 76 años, en su casa de Detroit, tras una larga lucha contra el cáncer de páncreas que se le diagnosticó hace unos años. En este obituario, Luis Lapuente le rinde homenaje.
Texto: LUIS LAPUENTE-
El soul es la música más apasionada y apasionante de los últimos sesenta años, un género que no admite apaños ni claroscuros, maltratado en su primera juventud con las muertes a destiempo de Sam Cooke (1964), Otis Redding (1967) y Marvin Gaye (1984) y ahora definitivamente huérfano tras el largo adiós de su primera dama, la imprescindible Aretha Franklin.
A ella se refirió así en sus memorias el gran Jerry Wexler, que produjo las mejores grabaciones de Lady Soul en el sello Atlantic: «Genial es la palabra. Claramente, Aretha continuó la tradición que había iniciado Ray Charles, la secularización del gospel, convirtiendo los ritmos religiosos, los patrones religiosos y, especialmente, los sentimientos religiosos en canciones de amor profundamente terrenales».
No, Aretha no fue la única en cruzar la pasión abrasadora del góspel con la ferocidad carnal del rhythm and blues; también lo hicieron, entre otras, vocalistas de la categoría de lrma Thomas, Lorraine Ellison, Ann Peebles, Laura Lee, Fontella Bass, Candi Staton, Mavis Staples y Etta James, pero ninguna con su intensidad emocional, ninguna con el empuje vital y la profunda elegancia de la intérprete de «I never loved a man (the way I love you)».
Aretha Louise Franklin nació en Memphis, Tennessee, el 25 de marzo de 1942, la cuarta de los cinco hijos que tuvo el reverendo C. L. Franklin, el más famoso de los predicadores baptistas de los años cincuenta, líder del Movimiento por los Derechos Civiles, íntimo amigo del Dr. Martin Luther King y referencia ineludible de la práctica totalidad de la comunidad góspel de la época. En 1948, el reverendo Franklin fijó su residencia en Detroit y enseguida el domicilio familiar se convirtió en obligado punto de encuentro para numerosos cantantes, activistas y predicadores, cuya influencia resultaría decisiva en la trayectoria artística y personal de Aretha. Durante su infancia, Aretha trató con la mayor naturalidad a personajes clave de la historia del gospel, como Mahalia Jackson, Clara Ward,The Staple Singers, The Soul Stirrers, TheMighty Clouds of Joy y el reverendo James Cleveland, que incluso vivió en la casa familiar una temporada. También conoció de cerca a artistas ajenos a la iglesia, como Fats Domino, Bobby Bland, el Sam Cooke post-Soul Stirrers, el pianista de jazz Art Tatum y la diva del blues Dinah Washington. Talento precoz, Aretha debutó en el campo del jazz vocal y el rhythm and blues en 1960, fichada por Columbia. Sin embargo, aún tendría que esperar casi siete años más para coronarse como la genuina emperatriz del soul, con una serie de deslumbrantes grabaciones para el sello Atlantic, piezas esenciales de la historia del género, canciones como «I never loved a man (the way I love you)», «Do right woman-Do right man», «Chain of fools» y «See saw» (dos gemas en bruto escritas por el gran Don Covay), «Think» o «I say a little prayer» y álbumes mayúsculos como I never loved a man the way I love you (1967) Aretha arrives (1967), Lady Soul (1968), Aretha now (1968), Spirit in the dark (1970), Amazing Grace (1972), Young, gifted and black (1972) y Hey now hey (the other side of the sky) (1973), este último producido por Quincy Jones.
En 1980, Aretha dio vida a una camarera en una escena memorable de la película Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers), de John Landis. En zapatillas y ataviada con un ridículo delantal, su interpretación de «Think» seguía sonando demoledora, como un huracán desbocado en medio de la selva. Fue su particular homenaje a una época gloriosa, los quince años en Atlantic, que tocaba a su fin. Poco después firmó por el sello Arista, de Clive Davis, y encaró una lenta travesía en el desierto del crossover, salpicada por intervenciones públicas memorables, como la conmovedora recreación del viejo espiritual “My country tis of Thee” en la toma de posesión del presidente Obama en 2009, definida por mi amigo Joserra Rodrigo como “el Arethazo”.
En 2014, el asteroide 249516 fue rebautizado como asteroide Aretha en su honor. El año pasado anunció su retirada de los escenarios. Ya entonces empezaban a ser palpables los signos de una salud deteriorada por una enfermedad no revelada oficialmente (algunos medios hablaron de cáncer de páncreas). Hoy se confirma la triste noticia: el soul llora de orfandad porque Aretha Franklin, la genuina Lady Soul, acaba de morir en su domicilio de Detroit el 16 de agosto de 2018.