Antonio Luque: El hombre de papel

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“Me gustaría ser capaz de hacer una novela, porque me gusta que me definan como un literato que hace canciones. Eso me sitúa en otro plano“

El líder de Sr. Chinarro debuta en la literatura con “Socorrismo”, un libro que reúne dos relatos breves y que se suma a su aportación al volumen colectivo “Matar en Barcelona”, donde ha incluido un tercero.


Texto: EDUARDO GUILLOT.


Tanto se decía que las letras de Sr. Chinarro tenían cualidades literarias que, al final, Antonio Luque ha decidido dar el salto y debutar como escritor. “Siempre me había conformado con las canciones. Con ese reconocimiento como letrista me daba con un canto en los dientes”, afirma. “A raíz de los últimos discos se ha producido un repunte de popularidad, y en mi fotolog de internet, durante una época de aburrimiento extremo, ya había colgado algunos textos. A partir de ahí surgieron algunas ofertas para escribir alguna columna de prensa y varios editores se me acercaron y me propusieron publicar, así que decidí intentarlo, igual que cuando cogí la guitarra por primera vez para hacer una canción. Los dos cuentos de ‘Socorrismo’ son los primeros que me salieron con pies y cabeza, porque no quería escribir nada de corte poético o demasiado raro”.

No es el primer artista pop español que se lanza a la aventura literaria. Antes que Luque, Nacho Vegas o Sergio Algora (El Niño Gusano) lo habían hecho. Y, como él, se dedicaron al relato corto. De hecho, sólo Javier Corcobado (con “El amor no está en el tiempo”) y Robe Iniesta (que acaba de publicar “El viaje íntimo de la locura”) se han atrevido con la novela. “Es que es más complicado“, explica. “Tienes que trabajar con una trama que soporte trescientas páginas, aunque también tiene mérito escribir un cuento interesante de sólo tres páginas. Y el músico se dedica a la música, por lo que dispone de un tiempo limitado para escribir”.

“Socorrismo” satisfará a los seguidores de Sr. Chinarro. Aunque utilizan desarrollos más elaborados, los relatos del libro abundan en la capacidad para la metáfora y el juego de palabras característicos de Luque. “Es lo que me sale. Imagino que es lógico que recuerden otras cosas mías”. Ese singular imaginario fue el que llamó la atención de la editora Ana S. Pareja, que le propuso debutar con un relato en el volumen colectivo “Matar en Barcelona”, donde comparte páginas con Sabino Méndez o Gabriela Wiener. Alpha Decay se llevaba así el gato al agua, después de que se hubiera rumoreado que Metropolitan, la editorial asociada al sello Mushroom Pillow, podría ser el vehículo literario de Luque. “Ellos sacan biografías de grupos. Quizá un día me anime y escriba la historia de Sr. Chinarro, que da para un libro largo, pero bastante trabajo tienen ya con ocuparse de que mis discos estén en las tiendas. El otro día fui a una gran superficie a ver si estaba ‘Socorrismo’ y me encontré con que no tenían ‘El mundo según’”, comenta sarcásticamente.

Apenas dialogados y alejados voluntariamente del estilo de puntuación poético, los textos de los cuentos son como un incontinente flujo de palabras que se suceden a borbotones pero que, al mismo tiempo, poseen una indudable cualidad literaria que trasciende la simple anécdota a que han quedado reducidas intentonas de otros músicos de su generación. Él, sin embargo, no concede excesiva importancia al esfuerzo. “Escribo muy rápido. Invertí alrededor de ocho horas en cada cuento, y luego no los he vuelto a leer”. En ambos desliza, “de manera inconsciente“, asegura, citas de Radio Futura –a “Escuela de calor” y “Han caído los dos”–, como si sus referencias hubiera que buscarlas más en las canciones que en los libros. “El primer disco que tuve en mi vida fue una casete suya, y los he escuchado millones de veces, así que no me extraña”.

Haces unos días, Alpha Decay enviaba una nota de prensa anunciando que “Socorrismo” había agotado su primera edición. Obviamente, no se especificaba de cuánto ejemplares era la tirada, pero no deja de ser sorprendente que un escritor primerizo despierte tanta expectación. A no ser, claro, que los lectores sean, principalmente, los compradores habituales de sus discos. “Según me dijo la editorial, se publicaron mil quinientos, y todavía quedan en las librerías. Que no haya en el almacén no quiere decir que no estén disponibles, lo que pasa es que cada uno cuenta la película como le va. No son muchos ejemplares, pero yo conozco las cifras de ventas de Sr. Chinarro, y prácticamente todos los que compran los discos van a adquirir el libro. Pero no creo que haya habido olas de fans haciendo cola como si fuera el nuevo de Harry Potter”. El reto, ahora, es enfrentarse con un formato más largo y demostrar que su faceta de escritor no es flor de un día ni producto del capricho. “Me gustaría ser capaz de hacer una novela, porque me gusta que me definan como un literato que hace canciones. Eso me sitúa en otro plano. En la música, he visto tanta gente de la que no me siento inferior adelantarme por la derecha, que a veces me he sentido fuera de juego, así que me alegra que me digan que, efectivamente, lo estaba. La literatura no depende tanto de modas o de los gustos de la chavalería”. En el trayecto tendrá que conseguir su propio hueco en el mundo literario, ya que, de momento, su libro ha despertado interés, sobre todo, entre quienes conocían su trabajo previo como músico.

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