Ayer, Andrés Calamaro presentó en Madrid su nuevo disco, «Bohemio», en una escucha exclusiva para medios y amigos. Arancha Moreno nos cuenta cómo fue y sus primeras impresiones.
Texto: ARANCHA MORENO.
Fotos: EFE EME.
Jaime Urrutia [en la foto superior], Sabino Méndez, Pancho Varona, Ramón Arroyo y Mario Vaquerizo ejercieron ayer de amigos y oyentes privilegiados de «Bohemio», el próximo trabajo de Andrés Calamaro. El músico argentino invitó a unos cuantos amigos y convocó a unos pocos medios de comunicación a un encuentro “exclusivo” para escuchar por primera vez el disco y contar algunos entresijos de su elaboración.
Durante los treinta y cinco breves minutos que dura el disco, las canciones fueron desfilando por los altavoces del Club Costello de Madrid. Un disco que llega con sabor a rock clásico, heredero del Calamaro de hace diez o quince años, como el plasmado en ‘Cuando no estás’, single de adelanto de este trabajo. Del sendero rockero solo se aparta, o más bien abre la puerta, a coqueteos country o folk en algunos pasajes, como en ‘Belgrano’ (corte que abre el disco) y en ‘Doce pasos’ (tema con el que se cierra). Un disco de guitarras muy presentes y brillantes slides, en el que la voz parece marcar la canción desde el principio, y ejerce cual batuta durante todo el tema.
La lengua del argentino canta a amores pasados (‘Belgrano’), ausentes (‘Cuando no estás’), dañados (‘Tantas veces’), heridos (‘Rehenes’)… Y en ‘Nacimos para correr’, al tiempo raudo e imperdonable que cronometra nuestros pasos: “Vivir ya no va a ser tan fácil / porque nacimos para correr / Muchos amigos que ya no están / Me recuerdan la fortuna de existir”. Precisamente, esos amigos también están presentes en el disco, entre ellos Luis Alberto Spinetta, al que realiza un guiño en el tema de apertura, por ser “ejemplo y héroe, que cantó mucho pero vivió demasiado poco”. Entre las nuevas letras, un recuerdo a Radio Futura, el tema ‘Plástico fino’, que incluye también el “tacto divino” del famoso ‘Veneno en la piel’.
IGUALADOS ANTE LA CRISIS
Tras varios años de trabajo, y miles de grabaciones en la recámara, el argentino confiesa su método: “Escribí canciones hasta que consideré que no tenía que escribir más, que la siguiente iba a ser inconveniente”. Diez canciones recogidas en «Bohemio», “escritas en el infierno para cantar en el paraíso”. Para montar el esqueleto de cada canción, hace como el maestro granadino: “Como decía Enrique Morente, busco un clavo donde tender la ropa, la música: en el ritmo, en la velocidad, en los acordes…”. El nuevo disco sale dentro de una industria maltrecha: “Ya no existen superventas, estamos todos igualados”, afirma.
«Bohemio» lleva la firma del productor Cachorro López, con el que coincidió treinta años atrás cuando ambos militaban en la formación argentina Abuelos de la Nada y que ya produjo «La lengua popular». “Él tenía la mala fama de poder grabar un buen disco sin artistas, sin repertorio y sin músicos. Ahora firma discos de autor y en América es palabra santa”. El resto del trabajo es obra de sus músicos, “de la cuadrilla”, que afirma son “el bordado fino del mantón de manila”.
En unos meses, Calamaro presentará «Bohemio» en Sudamérica, y la próxima primavera hará lo propio en España, coincidiendo con su venerada temporada taurina. “Esperamos abrir la temporada tocando aquí. En abril y mayo siempre hay que estar en España”. Tal vez, entre concierto y concierto, le de tiempo para asistir a alguna corrida.