«Siempre me ha interesado el ruido como medio de expresión en el que se hacen patentes cosas que no pueden ser dichas ni expresadas de otro modo. Ese extremismo me atrae»
El proyecto unipersonal del valenciano Josué Coloma se estrena discográficamente con «Crashed», un álbum de edición limitada en vinilo en el que plasma su personal concepción del sonido ambient.
Texto: EDUARDO GUILLOT.
Foto: LIBERTO PEIRÓ.
Dos años. Ese es el tiempo que lleva en activo Alozeau, un proyecto unipersonal que Josué Coloma puso en marcha cuando todavía tocaba con Marvin Monroe & 3 Edipian Bastards. «Grabé algunas maquetas en las que combinaba ruidos y samplers. Empezó como un juego. Poco a poco, fui dando coherencia a los temas y eso hizo que el sonido se volviera más ambiental y menos ruidoso», explica. «A finales de 2007, el ‘netlabel’ estadounidense Noise-Joy se interesó por lo que había colgado en mi MySpace, y decidió editar online mi primera referencia discográfica en formato Mp3, titulada ‘In a darkscape’. Gracias a Alex Spalding, de Noise-Joy, empecé a tomarme un poco más en serio lo que había nacido como un mero entretenimiento doméstico».
Hasta tal punto, que abandonó el grupo para dedicarse a Alozeau a tiempo completo. «Tenía ideas y no podía desarrollarlas con comodidad. Marvin Monroe era una banda abierta y participativa, pero no me sentía del todo a gusto a nivel musical. Por otro lado, yo no estaba familiarizado con el medio electrónico. Era un campo nuevo para mí. El proceso fue lento y costoso. Ahora me encuentro cómodo en la electrónica digital, lo cual no implica que haya dejado de tocar la guitarra».
Desde que puso en marcha el proyecto, el sonido ha ido evolucionando desde el ruidismo hacia el ambient. «El noise ha sido una constante en mi vida. Desde las guitarras punk o los ritmos de la EBM, que escuchaba cuando tenía quince años, hasta el industrial clásico de SPK, Coil, Whitehouse o el noise integral de Merzbow o Karkowski, pasando por la obra electroacústica de Varèse y Stockhausen o las gamberradas futuristas de Russolo. Siempre me ha interesado el ruido como medio de expresión en el que se hacen patentes cosas que no pueden ser dichas ni expresadas de otro modo. Ese extremismo me atrae. Alozeau comenzó con la grabación de ruidos y su manipulación con editores de sonido. Era divertido, pero llegó un momento en que tenía que ir un poco más allá, y pensé que en ocasiones me expresaba mejor con las atmósferas que con el ruido en bruto».
«Crashed», su primera referencia discográfica tangible, registra ese viaje sonoro. «Sigo haciendo ambient, aunque la palabra esté tan usada que uno ya no sabe qué significa. En ocasiones, se asocia con el fenómeno chill out y la cultura rave. No creo que lo que hago tenga que ver con The Orb o Sabres of Paradise, y menos con Café del Mar, pero no rechazo esa música y la disfruto en ocasiones. Orbital, Underworld o Sabres of Paradise forman parte de mi discoteca. Pero Alozeau no comparte ese modo de entender la música ambiental».
Las texturas sonoras de Josué Coloma están más relacionadas con imágenes (reales y mentales) y con estados de ánimo. «Creo que es una música bastante visual, que puede ser utilizada como banda sonora. He hecho colaboraciones puntuales con Estíbaliz Espejo, La Coja Dansa y Ximo Flores. Disfruto componiendo para teatro o danza. Es una de las razones por las que trabajo con Jordi Abellán, responsable de los visuales en los directos. En cuanto al estado de ánimo, el de Alozeau tiene que ver con los demonios interiores, con esa parte oscura y poco agradable que forma parte de nosotros, aunque no queramos. Es difícil de explicar. El sonido de Alozeau surge a partir de la lucha que uno mantiene consigo mismo cada día».
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