Álex Cooper: En el Club 45

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«Me planteé el libro como algo personal, dirigido a todo el mundo, pero hecho desde una perspectiva auténticamente mod»


Se publicó hace ya unos meses, pero no está mal que conversemos con Álex Cooper sobre «Club 45», un libro autoeditado en el que selecciona temas poco frecuentados del pop de los años 60.


Texto: XAVIER VALIÑO.


Los Flechazos y Cooper han sido sus proyectos musicales hasta la fecha. El Purple Weekend en León, que organizó, o su devoción por el coleccionismo, que también tuvo reflejo en la tienda de discos que regentó, son otras de sus facetas. Lo más reciente de Álex Cooper es «Club 45», un maravilloso libro con 90 canciones escogidas del beat de los 60, en el que todas esas caras de Alejandro Díez Marín quedan perfectamente reflejadas.

Me gustaría empezar preguntándote algo que me toca muy personalmente. Aunque yo hacía ya un programa de radio entonces, mi vida cambió el 31 de mayo de 1980, cuando vi el vídeo de ‘Going underground’, de The Jam, en el programa de TVE «Aplauso». Tú mencionas que te pasó algo similar. ¿Puedes concretarlo? ¿Fue el mismo día, el mismo vídeo?
Seguro que sí. Yo veía cada sábado «Aplauso» porque salían muchas cosas interesantes. En aquella época lo mismo veíamos programas «mainstream» como éste que «Musical Express»; incluso recuerdo un reportaje sobre el punk en algo así como «Documentos TV» que fue la bomba. El caso es que The Jam eran número uno en Inglaterra y sacaron el vídeo. Me parecieron unos tíos feos y duros tocando música que no entendía, pero que me flipaba. No eran The Knack, mucho más accesibles. Ni, por supuesto, Los Secretos, que salían cada dos por tres en «Aplauso». Ni imaginaba lo que iban a suponer para mí años después.

De ahí a este libro hay un gran trecho, pero también viene a confirmar que las constantes se han mantenido en la misma dirección durante treinta años. Los Flechazos y Cooper así lo atestiguan. Lo entiendo como lo del «respeto a una tradición» que comentas. ¿Es así?
Yo creo que Cooper camina por otra dirección. Me planteé el libro como algo personal, dirigido a todo el mundo, pero hecho desde una perspectiva auténticamente mod. Me hace ilusión pensar que cuando salga el próximo disco de Cooper la gente se extrañe de que no suene a los 60. Cooper es otra faceta de mi manera de disfrutar de la música. Y el libro lo he hecho yo, pero me gustaría que la gente pensara que un libro así lo podía haber escrito el guitarrista de Bruce Springsteen, Steve Van Zandt, o el de R.E.M., por ejemplo. Músicos fans de la música, coleccionistas que luego hacen su rollo sobre el escenario, que no copian lo que ya se ha hecho.

¿Cómo surge la idea del libro? ¿Cuándo llegó esa «iluminación divina»?
Hace mucho que rondaba mi cabeza. Yo he sido coleccionista de memorabilia y me encantan las fotos antiguas. Hacía un fanzine en los 80 y esto es la prolongación lógica de todo ello. En cuanto tuve algo de tiempo libre, me puse manos a la obra.

Bonita portada con Twiggy. ¿Por qué la elegiste?
Me gustaba la imagen; era un icono mod clarísimo. A principios de los 60 ella era mod: cuenta en su biografía que su novio de entonces la dejó porque no podía mantener una relación con una chica y, a la vez, tener un scooter… Era demasiado gasto. ¡Y eligió la moto! Twiggy incluso participó en un programa del «Ready Steady Go» como bailarina invitada, en el público, cuando era desconocida. La foto de la portada está tomada de una revista francesa para adolescentes, cambiando el color del fondo.

Puedo imaginar la respuesta, pero preferiría que lo dijeses tú. ¿Por qué sólo los 60?
Han quedado tantos artistas fuera de la selección que imagínate el lío que habría sido meter bandas de revival mod también. Me he centrado en los grupos beat de los 60 porque son mis bandas favoritas, pero también me gustan muchas otras cosas. Creo que el libro tiene consistencia con el planteamiento elegido; estoy satisfecho.

Lo que puede llamar la atención a la gente es que todo el libro está centrado en esa época pero dices que no te gustaría haberla vivido. ¿Puedes explicarlo?
Ya lo hago en la introducción: yo soy un producto de mi tiempo y no añoro los 60. Me gusta vivir en España en el 2010 y me gusta lo que he vivido estos años. Ha sido excitante.

No se encuentra en el libro música negra de los 60, aunque estoy seguro de que la sigues igualmente. ¿A qué se debe?
Tengo la ilusión de crear una colección en torno a la idea de «Club 45». ¿Te imaginas? Uno de power pop, otro de punk, otro de soul… 90 canciones de cada género, muchas fotos, escritos por gente que controle el tema y tenga cosas que decir. Sería genial. Beat es lo que yo colecciono, y quería compartir el archivo con la gente.

¿Fue fácil reducirlo todo a tres capítulos, a tres estilos o hubo que forzarlo un poco?
Los estilos se entrelazan, los años se encabalgan, nada es blanco o negro… La vida es así. Los 60 fueron años de evolución vertiginosa en la música y la explosión beat influyó en la moda, el teatro, la literatura, el cine, la arquitectura o la sociología. El libro ofrece una perspectiva bastante fiel de cómo iban cambiando las cosas en los ambientes más «in» del Londres de los 60 y cómo estos cambios influían en el resto del mundo, siempre pendiente de lo que pasaba en la Meca.

Lo que se desprende del libro es tu faceta de coleccionista empedernido. ¿Cuándo empezaste?
A mediados de los 80 Elena [de Los Flechazos] y yo viajábamos a Londres a por discos y revistas para el fanzine «Pussycat». Primero solamente coleccionaba «Record Mirror» y «Fab», semanarios musicales con portadas y páginas en color para el público joven. Luego descubrí «Beat Instrumental», una revista para músicos con información alucinante. Poco a poco fui entrando en todas las demás: «Melody Maker», «New Musical Express», «Jackie», «Rave»… El siguiente paso fue buscar las de otros países, primero las holandesas y españolas, y ya después las americanas, alemanas, francesas y hasta italianas. Con los discos fue algo parecido: al principio compraba LPs y luego descubrí el maravilloso mundo del single original. Siempre me incliné por las ediciones europeas con portada, igual que buscaba revistas en color antes que los semanarios en blanco y negro, dada mi tendencia al pop más colorista. Con la llegada de Ebay se me abrió el campo y empecé con las partituras, hojas y postales promocionales y otros artículos. En el vídeo de la canción ‘Hyde Park’, de Cooper, aparezco por el Soho bajando las escaleras de una tienda de material original que todos los coleccionistas conocen: allí tuve mi primer contacto con este mundo.

¿Lo consideras una ‘enfermedad’, una afición, parte del sentido de tu vida…?
Un hobby caro, pero gratificante.

¿Cómo te sientes cada vez que descubres una de esas gemas que venías buscando durante años?
Ayer me llegó una revista con una foto que no esperaba, de un grupo que se llama The Majority, y volví a sentir los nervios y la excitación de siempre. Son las mejores «piezas», las que no te esperas. Me encanta abrir esas páginas que huelen a rancio y descubrir nuevas señales de ese mundo.

¿Qué sentido tiene hoy en día el coleccionismo?
Se puede coleccionar de todo; la gente hace las colecciones más inverosímiles. Lo retro está muy valorado. Yo siento que lo que colecciono tiene valor en sí mismo, no porque sea raro o único, sino porque fue un momento irrepetible en la historia de la cultura occidental. Hay mucha información en la red pero el objeto original tiene algo mágico, un valor añadido.

Además de tus comentarios, también me gusta mucho que hayas incluido fotos, recortes de prensa, hojas de promoción… Eso quiere decir que tu afán coleccionista no se reduce a los discos. Supongo que siempre has entendido que la imagen, la parte artística, todo ayuda a configurar un grupo.
La imagen para mí es un muy importante en el mundo pop. Los Flechazos cuidábamos mucho la imagen, los mods también dedican mucho tiempo a su «look». Ahora estoy mucho más relajado en estas cuestiones, soy menos “pintón” que antes, pero me encanta ponerme un polo clásico y salir a pasear por las calles, me siento bien.

Por cierto, de todos los singles del libro, ¿cuáles fueron los más difíciles de conseguir?
Los que no he conseguido todavía, ja, ja. El “Keep on holding on” holandés de los Action y la edición alemana de «Wards of court» se me resistieron. Hay discos muy difíciles en la colección, pero no pretendía chulearme de los discos que tengo. De hecho, he incluido canciones en el libro que no poseo en formato original (creo que son tres o cuatro solamente, tendría que mirarlo…). Si había imágenes potentes y el tema era bueno y no había salido editado con portada, ¿por qué no incluirlo?

Hemos intentado montar una colección con las 90 canciones y, aunque finalmente las conseguimos todas, las que más costaron, digitalizadas, fueron The End (‘Why’), Hamilton & The Movement (‘I´m not the marrying kind’) y The Mauds (‘Forever gone’). ¿Te sorprende? ¿Tiene su lógica?
No te creas. The End solo se editó en España. Pero por la misma razón, el de los Mode debería ser difícil. El de los Mauds es muy común: hay millones de copias en América de este single. Hamilton & The Movement son un grupo oscuro. La foto que aparece en el libro seguro que ha gustado a aquellos que llevaban años bailando las canciones sin saber cómo era el grupo.

Que yo, u otras personas, me haya propuesto algo así supongo que es lo que vas buscando, lo que más llena después de escribir un libro como este, ¿no?
Es alucinante para mí, me flipa. No pretendía hacer una lista de «Los 90 imprescindibles»… ¡Pero si faltan los Stones o Chris Farlowe! Pero es una buena lista, con canciones chulas que para muchos serán un descubrimiento. Y ver a la gente buscando los temas para oírlos mientras lee el libro me encanta. Agradecido.

La selección se ha quedado en 90 discos, aprovechando la bien elegida disculpa de las caras A y B de los singles de 45 rpm. Pero, ¿cuántas han quedado fuera?
Muchos grupos: Rolling Stones, Pretty Things –tengo mal recuerdo de su paso por el Purple Weekend en León–, Chris Farlowe, que era un ídolo mod, The Carnaby, alguna banda alemana como The Boots, The VIPs, Timebox… Muchos, la verdad.

Siendo así, ¿has pensado en una segunda edición o en otro libro?
Sí, pero el material más potente ya está usado. Aun así, seguro que en unos años me animo a escribir un «Club 45 again».

Hace poco se publicó otro libro similar, aunque referido más bien a la parte artística, sobre la Motown, sus discos en España. Casi todos los meses se publica algún libro interesante. ¿Estamos en la era dorada de la edición de libros de música en España o todavía nos falta?
Hay libros geniales, de interés para la parroquia mod, que se han editado solamente en España. El de la Motown es una maravilla, imprescindible. Y el que hizo Pablo Martínez Vaquero, «¡Ahora! No mañana. Los Mods en la nueva ola española 1979-1989», con las fotos de Trillo, también es brutal. Poco a poco se está documentando todo de manera interesante.

Tú te decidiste a editar el libro por tu cuenta. ¿A nadie le interesaba, no lo propusiste o era mejor así para controlar el proceso?
Desde el principio supe que era la manera adecuada. No quería que se descatalogara en cuatro años y que los siguientes que lo buscaran tuvieran que pasar por el calvario que han pasado los fans tardíos de Los Flechazos, que no encontraban «Viviendo en la era pop» y acababan pagando talegadas en las ferias.

Finalmente, ¿cuál fue la mejor anécdota relacionada con la elaboración de este libro?
Me asustaba un poco ser editor, pero me lancé a ello. Cuando fui a llevar los libros a una tienda de Madrid, me puse a hablar con la chica que está de dependienta allí, muy maja y muy fan de Cooper. Le dije: “y ya ves, ahora soy autor y editor”. Y el dueño, que estaba al teclado del ordenador, levantó la vista, miró mi maleta llena de copias y dijo: “Y distribuidor”. Ja, ja, me he inventado tres trabajos en uno y me lo paso bomba.

Desde aquí puedes acceder a la web de «Club 45».

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