“En Rocks Donington los estadounidenses esgrimieron agresividad, poder y canciones. ¡El volumen de la guitarra de Joe Perry es infernal!”
Después de 45 años de trayectoria, Aerosmith visitan España para despedirse de los escenarios con la gira “Aero-Vederci Baby!” los próximos 29 de junio (Madrid, Auditorio de Rivas), 2 de julio (Barcelona, Rock Fest) y 8 de julio (Tenerife, Estadio Heliodoro Rodríguez López). Para ir entrando en materia, Juanjo Ordás revisa sus discos en directo.
TEXTO: JUANJO ORDÁS.
Aerosmith no pretendían iniciar ninguna revolución, lo suyo era tocar un rock and roll que entretuviera, basado en las enmarañadas raíces de EE.UU. y con el empuje que los Rolling Stones, Jimmy Page o Beatles le habían dado. Pero para resultar creíbles no bastaba con entretener. Sus textos debían basarse en sus experiencias de primera mano: sexo, momentos altos y momentos bajos. Aprovechando que su gira de supuesta despedida pasa por España, repasamos sus discos en directo.
“Live bootleg” (Columbia, 1978)
Grabado en diversas localidades –principalmente entre 1977 y 1978–, sorprende lo unitario que suena “Live bootleg”. Todas las canciones están integradas en la misma amalgama sonora. Sonido crudo, absolutamente real. Este compendio de historias sobre el desgaste y la euforia apelan al instinto más primario con la mejor de las intenciones. Destaca el inicio con ‘Back in the saddle’, casi puedes notarte el culo en la silla de montar dando vueltas al ruedo. Solo una década como los setenta permitiría enlazarla con el narcótico y lento bajo de ‘Sweet emotion’ sin que nadie desconectara del show. Dos piezas clásicas seguidas y es que de eso va “Live bootleg”, de presentar (algunas de) las mejores canciones de los primeros cinco años de vida de Aerosmith. Más de la mitad de ellas son susceptibles de sonar en cualquiera de sus actuales shows, caso de los hits ‘Dream on’ y ‘Walk this way’. También dejan hueco a sus influencias con versiones de James Brown y The Beatles.
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“Classics live” (Columbia, 1986) y “Classics live II” (Columbia, 1987)
Remedo de canciones en vivo grabadas en diferentes épocas, incluyendo los seis años en los que la formación original se desintegró incorporando otros miembros. Así pues, nunca se sabe por dónde agarrar “Classics live”, ni de dónde parte ni hasta donde llega. Pese a ser un trabajo muy confuso, contiene canciones no excesivamente saturadas como ‘Kings and queens’, ‘Three mile smile’ y ‘Lord of thighs’. Como novedad, presentaba el inédito y notable ‘Major Barbra’, originalmente escrita para su disco debut de 1973. Arena de otro costal, “Classics live II” no es grandioso pero sí infinitamente mejor que su antecesor y además posee valor histórico porque seis de sus ocho temas pertenecen a la gira de reunión de la formación original acontecida en 1984 e invicta hasta día de hoy. No son Aerosmith a pleno rendimiento pero tampoco decepcionan. Los dos volúmenes se editaron conjuntamente años después en un solo volumen titualdo “Classics live complete” (1998).
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“A little south of sanity” (Geffen, 1998)
Nada especial. Aerosmith llevaban ya diez años de resurrección viviendo una segunda juventud de estratosférico éxito internacional. Sin embargo, “A little south of sanity” no fue la celebración que dicha hazaña merecía. Pese a tratarse de un disco para salir del paso (después de varios años en Geffen, la banda había firmado nuevo contrato con Sony – Columbia), colocaron al mando a Jack Douglas, su productor de confianza de los setenta. Parecía que la banda tenía interés en que todo saliera bien, y lo cierto es que “A little south of sanity” suena muy bien, pero se cometió el error de darle forma tomando canciones de dos tours muy distintos entre sí. Poco tuvieron que ver aquel grasoso y rockero con el que presentaron el disco “Get a grip” (entre 1993 y 1994) y el de “Nine lives” (de 1997 a 1998), más limpio aunque igualmente potente. “A little south of sanity” adoleció de consistencia, siendo una mera colección de temas en vivo que se sucedían.
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“Rockin’ The Joint” (Sony-Columbia, 2005)
Pese a encontrarse presentando “Just push play” (2001), uno de sus peores discos, si el concierto que dieron en Las Vegas a principios de 2002 hubiera sido editado entero, estaríamos ante un trabajo colosal. Sin embargo, hubo que conformarse con las once seleccionadas para “Rockin’ The Joint”. Quizá, al sentirse disgregada durante la escritura y grabación de “Just push play”, la banda decidió darlo todo en la carretera. En este disco suenan estupendos. Seguramente este álbum respondió a una necesidad de sacar material, al no tener canciones nuevas entre manos (entre la grabación y la edición transcurrieron tres años), pero aporta una canónica ‘Same old song and dance’, una ensoñadora ‘Seasons of wither’ y la versión definitiva de ‘Beyond beautiful’, un clásico en toda regla enterrado en “Just push play”. Compensan su balada mainstream ‘I don’t want to miss a thing’ con la inclusión de ‘Rattlesnake shake’ de Fleetwood Mac.
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“Rocks Donington 2014” (Eagle Vision, 2015)
Su mejor directo desde “Live bootleg”. Punto. Grabado mientras encabezaban el Festival Download en tierras británicas, los estadounidenses esgrimieron agresividad, poder y canciones. ¡El volumen de la guitarra de Joe Perry es infernal! Se aprecia el esfuerzo por hacer sonar crudas canciones que en su día dominaron la radiofórmula, y lo consiguen. La mitad del repertorio es para la década de los setenta, la otra para sus años más comerciales, y ambas conviven gracias a la furiosa ejecución. Son esclavos de tocar la melosa ‘I don’t want to miss a thing’ porque es la canción que les llevó hasta el éxito más inaudito, pero a cambio también liberan ‘No more no more’, ‘Train kept a-rollin’ (hay que ser valiente para iniciar un show de estadio con ella) y ‘Last child’.