Texto: ARANCHA MORENO.
La artista madrileña Bárbara Allende Gil de Biedma, conocida en el mundo artístico como Ouka Leele, ha fallecido este martes tras una larga enfermedad. Tenía 64 años. Está considerada como una de las grandes fotógrafas de los años ochenta, y una de las protagonistas de La Movida madrileña, autora de cientos de fotografías, originalmente en blanco y negro, a las que dotaba de una mirada única a través de una explosión de color que pintaba posteriormente.
Sobrina del poeta Jaime Gil de Biedma, fue una de las grandes creadoras y protagonistas de La Movida junto a artistas como Ceesepe, Alberto García-Alix, Pedro Almodóvar o El Hortelano. De este último tomó su nombre artístico, Ouka Leele, al verlo dibujado en un mapa de estrellas. Autodidacta e inquieta, se convirtió en una creadora muy reputada y logró en 2005 el Premio Nacional de Fotografía «cuestionar los límites del lenguaje de la fotografía» a través de unas personales aportaciones cromáticas, compositivas y narrativas. Hace apenas unas semanas se le concedió la Medalla de Madrid, pero no acudió a recogerla.
A lo largo de su carrera ha dejado imágenes absolutamente icónicas. Entre muchas otras, destaca la serie Peluquería, treinta fotos coloreadas que realizó a finales de los setenta y principios de los ochenta en la que derrochó imaginación y talento. Entre ellas, capturó y pintó a la también fotógrafa María Espeus rodeada de limones, a El Hortelano con una serpiente en la cabeza y al dibujante de cómics José Farriol, alias «Pepicheck», con un pulpo sobre el pelo. A finales de los setenta iluminó portadas de la revista Star y en los ochenta también dejó huella en la música como autora de algunas de las portadas más interesantes de la época, como la que hizo para el debut homónimo de Ilegales en 1982; Passion, de Peor Imposible (1985); Rebuznos de amor (1983), de Los Burros, Tiempo de amor (1983), de Danza Invisible o Bajas Pasiones, de Bajas Pasiones (1985).
En una charla con los lectores que mantuvo en El País, en 2005, respondió así cuando le preguntaron para qué sirve el arte: «A veces he dudado de su utilidad, y eso me hacía sufrir y pensar que es mejor ser panadera que todo el mundo lo necesita, el pan, pero me he dado cuenta que es alimento para el espíritu. A mí misma me ha salvado muchas veces. He entrado con gripe en el cine y al salir la película me había curado. Picasso decía que un cuadro tiene que poder curar un dolor de muelas». Su historia quedó registrada en 2009 en el documental La mirada de Ouka Leele que dirigió Rafael Gordon.
Caprichos del destino, el pasado abril tuvimos la oportunidad de hablar con Bárbara sobre la portada que hizo para el debut de Ilegales. La entrevista verá la luz en unos días, en el número de Cuadernos Efe Eme que ahora mismo se encuentra en la imprenta, el 32. Un pequeño e inesperado homenaje a una artista imborrable.