«Este disco es muy amargo, porque lo compuse en una época en la que hubo muchos desengaños y no sabía manejarlo bien. Ahora lo llevaría de diferente forma porque he madurado»
En esta nueva entrega de «En el arcén», la sección en la que Carmen Moreno nos da a conocer a nuevos cantautores, le llega el turno al madrileño Marwan.
Una sección de CARMEN MORENO.
Después de un primer disco del que tuvo que sacar una reedición especial, el cantautor de padre palestino, Marwan, nos presenta un disco mucho más introspectivo y duro con canciones que nos desvelan las zonas grises del ser humano. «Las cosas que no pude responder» se acerca al pop más visceral. Con un directo indiscutible y un disco para escuchar. Vuelve el cantautor con más desparpajo y llega para responderlo todo.
Creo que la primera pregunta es obligada: ¿qué diferencia hay con «Trapecista», el anterior?
Es un tiempo un poco más amargo, menos complaciente, pero a la vez es mucho más maduro en las letras y da otra perspectiva, es más rabioso, menos inocente y más rockero. Más intenso musicalmente y en letra. Es un paso más.
La producción de este disco es más completa…
En general, en los dos discos hemos hecho lo que queríamos hacer. Este queríamos que tuviera más sonido de banda, así que está algo más producido, pero porque el otro también queríamos que sonase como sonaba.
En cuanto a tu corpus de canciones tocas más el tema amoroso, ¿crees que eres el que da la visión más dura?
No creo. Este disco sí es muy amargo porque lo compuse en una época en la que hubo muchos desengaños y no sabía manejarlo bien. Ahora lo llevaría de diferente forma porque he madurado. Pero, creo que tampoco hay mucha ironía en mis canciones. Creo que hay artistas mucho más irónicos como Luis Ramiro, Rafa Pons… que son mucho más irónicos. Yo soy mucho más frontal y más inocentes.
Sí, la verdad es que tú eres el cantautor que tiene una mirada mucho más limpia, quizá.
Sí. A pesar de las cosas que puedo saber hay un punto de ingenuidad. Soy muy confiado y abierto.
Recuperas una canción que es una histórica en tu recorrido musical, “Hablemos de mí”.
En realidad no pega mucho en el disco, pero nos apetecía meterla porque es una canción que la gente disfruta en los conciertos y hay gente que no tenía “Hijos de las piedras” que es el disco en el que la grabamos por primera vez y por dar un contrapunto al disco y darle fiesta. Debería haberla puesto la última, en vez de la penúltima para acabar el disco en plan “orgía”, pero ya está. Yo la disfruto en los directos.
Bueno, es que tú eres un músico de directos. Ahí lo das absolutamente todo.
Hombre, discos grabas uno cada dos años, y directos haces ochenta al año. Hay gente que dice que prefiere mis directos al disco. Pero es que a cualquier cantautor que tenga un buen directo y los cantautores suelen tenerlos, le van a decir que prefieren sus directos al disco.
Pero tú eres un showman.
Porque sumo los monólogos, la complicidad con el público, pero me gustaría que la gente escuchara mi disco y dijera que está a la altura.
Desde que te conocí en el concurso de cantautores del Pay-Pay, en Cádiz, ya hace algunos años ¿qué ha cambiado?
Principalmente la madurez. Ahora lo veo casi todo de una manera muy diferente. En aquella época yo era muy inocente en todos los sentidos y ahora sé un poco más sobre todo: la música, el amor, las relaciones, las cosas que mueven al mundo… Eso se refleja en las canciones. Si escuchas las que he compuesto después de este disco sigue habiendo una evolución porque yo me siento en una evolución impresionante.
Eres un músico que no se puede quejar de ventas. Ahora que todos se quejan de que la música está muy mal, de que la piratería está acabando con todo y el mundo discográfico va a desaparecer… ¿cómo lo haces para vender como estás vendiendo?
Trabajando mucho. Eso es lo que la gente no sabe, lo que hago en mi casa. Siempre estoy inventando nuevas estrategias para ver cómo llegar a más gente. Aparte, claro, de la pasión, el trabajo y el talento que dice la gente si tienes o no. Todo el mundo está buscando los mismos caminos que son los medios de comunicación tradicionales y están obteniendo los mismos resultados: que no les hagan ni puto caso. Tenemos otras herramientas como Internet o el contacto directo, sólo hay tener que tener un poco de inventiva. Lo que he hecho a lo largo de mi carrera es a que la gente me conozca y me inventé eventos extraños, hacer giras por sitios donde nadie las hace y, sobre todo, confiando mucho en mí. Cuando subo a un escenario me da igual con quién actúo, sigo confiando en mí. Es decir, que es la mezcla de muchas cosas. Creo que también tengo algo muy a mi favor que es la cercanía, soy un artista muy cercano.
Creo que, además, la gente, se lleva una gran sorpresa cuando te conoce porque de entrada eres un tío simpático, pero cuando se te conoce no sólo eres eso, sino que también eres un tío sensible, comprometido y eres meramente familiar con tu público y con los tuyos.
Esto de ser familiar es algo que necesito por cosas de mi infancia que no quiero revelar. Me gusta el contacto con la gente. También me gusta la soledad porque todos los que nos dedicamos a crear necesitamos esa soledad. Esa mezcla hace que mis canciones sean muy tiernas en muchos aspectos. En el fondo lo que hago es hablar de cosas muy humanas. Venimos de una época en la que el trato humano no era habitual.
En este disco hay una canción a tu madre, en el anterior había una canción a tu padre… ¿qué son tus padres para ti?
Han sido toda la vida mi faro. Yo he sufrido mucho de pequeño: sufría ansiedad, era hipersensible y mis padres siempre me han estado protegiendo. Ellos son lo más importante de mi vida junto a mi hermano. Además, siempre me han dado una cantidad de amor brutal.
¿Y tus ex?
Son personas muy importantes también. Son las personas que más me han ayudado a conocerme en los últimos años: me han ayudado a ver mis carencias, mis miedos… Además, son personas que me han colmado durante un tiempo el corazón y me han dado muchísimas cosas. Han sido y son muy importantes en mi vida, aunque ellas no lo piensen.
La canción que da título al disco “Las cosas que no pude responder” ¿quizá es la canción más dura? Lo digo por lo que lleva de enfrentarte a ti.
No, porque no es una canción de enfrentarme a mí, sino de enfrentar a otra persona a sí misma. Creo que la más dura es “Para siempre”. La vomité, la hice en una noche y habla de algo de enfrentarnos a algo muy feo: de enfrentarnos a las relaciones que vivimos ahora que están llenas de mentiras, son rápidas… Creo que es la más dura.
Todos los cantautores de tu generación os habéis centrado mucho más en lo amoroso que en lo político. Tú eres de los pocos que se ha atrevido a cantar sobre ese tema sobre todo refiriéndote a Palestina porque tu padre es de allí. ¿Crees, como dicen otros cantautores, que ya no es necesaria la reivindicación?
No, creo que es muy necesaria, pero la principal lucha de nuestra generación está en el amor porque nos vendieron una cosa y somos la primera generación que rompió con eso. Por eso estamos muy preocupados por el amor. Además, vivimos en un mundo de satisfacción absoluta, de consumismo total… Vivimos de una manera tan rápida y estamos tan atrapados por el consumo que no nos damos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. Teníamos cubiertas muchas necesidades y nos falló el amor. También es verdad que estamos acomodados. De todas formas, siempre pienso que nuestras canciones que, aunque no sean sociales abiertamente, tienen un transfondo social bestial porque hablamos de las relaciones desde un punto de vista muy social y hacemos canciones muy horizontales que abarcan a mucha gente.
Para terminar, tú eres el más internacional, ¿no?
Lucas y yo.
De hecho acabas de llegar de Colombia, pero has estado en Argentina, Rusia, etc… ¿Por qué Colombia ahora?
Bueno, fue Lucas el que me dijo: “Maru, hemos estado todo el año trabajando, vámonos de vacaciones, pero quiero que sea el Caribe”. Ya que íbamos, cómo no dar conciertos. Elegimos Colombia para disfrutar, básicamente.
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