«La gente nos tiraba cadenas, botellas y zapatillas, pero lo cierto es que también logramos una buena base de fans, de algún modo conseguimos ganar un montón de dinero, lo mandamos todo al carajo y ahora parece que, con el tiempo, nos hemos ganado bastante respeto»
El músico estadounidense será protagonista del festival Turbo Rock (en Santander y Benidorm este fin de semana) por partida doble: Con The St. Marks Social, y al frente de D Generation, que regresan a los escenarios doce años después de su disolución.
Texto: EDUARDO GUILLOT.
Estados Unidos, mediados de la década de los noventa. Nirvana estaba en lo alto de las listas de ventas y el rock alternativo se había convertido en una marca comercial. El sleazy rock agonizaba y nadie parecía acordarse de Johnny Thunders, New York Dolls o los Dead Boys. ¿Nadie? Un tipo llamado Jesse Malin, que ya había estado en Heart Attack, sí los recordaba. Y puso en marcha un nuevo grupo: D Generation. Los vientos no eran propicios, al grunge le sucedió el revival punk, y después de publicar tres discos incendiarios, la banda se disolvió en 1999, sin que pareciera que nadie fuera a echarla en falta. Una mota de polvo estelar en la infinita galaxia del rock de guitarras.
Pero los caminos hacia la conversión en artista de culto son insondables, y durante los años siguientes, mientras el éxito de grupos como The White Stripes o The Strokes anunciaba que el Siglo XXI sería el del retorno del rock (o algo así), hubo quien empezó a echar de menos a los aguerridos D Generation. Hasta hoy. Porque Malin y los suyos regresan para liderar el cartel del festival Turbo Rock, que se celebra los próximos 2 y 3 de septiembre en Santander y Benidorm.
¿Cómo surgió la idea de reflotar D Generation?
Todos los años, diferentes promotores y fans nos pedían que volviéramos a reunirnos. Esta vez, todos los miembros de la banda me devolvieron la llamada y me dijeron que se apuntaban. No sé si ha sido una conjunción planetaria, el dinero o el hecho de que todos nosotros estamos todavía vivos y en forma.
¿Qué tal los ensayos? ¿Cómo os habéis sentido tocando nuevamente el repertorio?
Han sido muy divertidos y emocionantes. Debo admitir que me lo he pasado en grande cantando temas como ‘Major’, ‘Too loose’, ‘Workin’ on the Avenue’ o ‘Stealing time’.
¿Tenéis material nuevo?
Todavía no.
¿Quiere eso decir que descartais grabar otro álbum?
Es pronto para decirlo. De momento, hemos hablado sobre el asunto y tenemos planes, pero nada concreto aún.
Hace años compartisteis escenario con bandas como Green Day o The Offspring, pero poca gente conoce a D Generation. ¿Creéis que el público ha sido injusto con vosotros?
Bueno, la gente nos tiraba cadenas, botellas y zapatillas, pero lo cierto es que también logramos una buena base de fans, de algún modo conseguimos ganar un montón de dinero, lo mandamos todo al carajo y ahora parece que, con el tiempo, nos hemos ganado bastante respeto.
¿Os perjudicó la corriente general musical de la época? Lo digo porque el grupo empezó en 1991, y en aquel momento el rock americano se identificaba únicamente con el grunge.
Da la sensación de que, a nivel musical, todo va mejor ahora. La gente parece mucho más abierta que en los noventa. Quizá tiene que ver con los casos de OJ Simpson y Phil Spector, o con el 11 de septiembre. O a lo mejor es simplemente que todo el mundo está disfrutando a tope con los nuevos sabores del agua de coco.
La grabación de vuestro último show, celebrado en Coney Island, en 1999, continúa sin ser editada. ¿Por qué?
Consideramos que aquella formación de la banda no era la auténtica, así que decidimos no sacar un disco con ese concierto.
¿Por qué os separasteis? ¿Fue la verdadera causa el escaso interés de las discográficas por vosotros?
Eso ocurrió: Los sellos no tenían demasiadas ganas de sacar nuestros discos. Además, estábamos ansiosos por hacer cosas diferentes en el plano musical. Vivimos siete años muy intensos y pensamos que debíamos dejarlo así para los libros de historia, los fanzines y los programas de rehabilitación de doce pasos.
Trabajasteis con productores como Daniel Rey (Ramones), Andy Shernoff (Dictators), Ric Ocasek (The Cars) o Tony Visconti (David Bowie, T-Rex). Ahora, tú también produces discos. ¿Qué aprendiste de cada uno de ellos?
Cosas diferentes. Daniel Rey y Andy Shernoff nos sacaron de los clubs de rock y nos metieron en un estudio para grabar el que sería mi primer álbum profesional. Su dirección musical, el modo de enfocar los arreglos y su paciencia fueron una inspiración para mí. Ellos tenían una historia previa y habían hecho todo aquello antes. Ric Ocasek fue fenomenal, indoloro y muy cool. Una de mis mejores experiencias en un estudio de grabación. Tony Visconti, en cambio, no lo tuvo nada fácil, porque le tocó lidiar con nosotros en un momento en que el grupo estaba claramente desunido.
SOLO ANTE EL PELIGRO
Tras la disolución de la banda, Jesse Malin emprendió una productiva carrera en solitario que se inició en 2003, con “The fine art of self destruction” (producido por Ryan Adams). Su último disco, “Love it to life”, se editaba el pasado año, y está grabado junto a St. Marks Social, su actual banda, con la que también actuará en el Turbo Rock, haciendo doblete.
¿En que sentido crees que puede afectar a tu consolidada carrera en solitario el regreso de D Generation?
Va a ser divertido poder compaginar las dos cosas en directo, como hicimos en Seattle y, en breve, en España.
Empezaste con Heart Attack. Luego vino D Generation y ahora grabas como solista. ¿Cómo valoras tu evolución como músico?
Me he limitado a mantenerme en un plano real. Ha habido acelerones, un par de chupitos de tequila, algo de trabajo, despidos y bastantes ratos escuchando discos de The Pogues y pensando en The Clash, Stiv Bators, Bruce Springsteen y Bad Brains.
Veo bastantes similitudes entre tu trayectoria y la de Johnny Thunders: Sonido actitud, inicio en una banda y posterior carrera en solitario… ¿Estás de acuerdo?
Johnny Thunders procedía de Queens, Nueva York, y yo también. Soy un gran fan de todo su trabajo. Tenía mucha actitud y fue un gran guitarrista. Lo que no comparto con él es eso de ser un icono del yonqui depresivo del rock and roll.
Has trabajado en varias ocasiones con Ryan Adams. ¿Lo consideras un alma gemela?
En el terreno espiritual, desde luego. En el sentido bíblico, sigo siendo heterosexual. Pero Ryan ha sido uno de mis mejores amigos y siempre es una inspiración.
¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿Vas a volver a grabar con St. Marks Social?
Estoy escribiendo nuevas canciones, realmente emocionado por la posibilidad de volver a grabar con St. Marks Social. Si todo va bien, el disco debería publicarse en 2012. Pero, ya sabes: el futuro no está escrito.
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TURBOROCK 2011: FESTÍN DE GUITARRAS
El festival, que se celebra de manera simultánea en Benidorm y Santander, consolida su propuesta con bandas de vocación eléctrica como D Generation, Buzzcocks, The BellRays, Urge Overkill, The Sadies o Slim Cessna’s Auto Club.
Es una de las últimas citas musicales del verano en un espacio abierto, antes del comienzo de la temporada en salas, y ha conseguido consolidarse en solo un par de años. El festival Turbo Rock adelanta sus fechas (se mantiene en septiembre, pero pasa de celebrarse a final de mes para hacerlo al principio) y se traslada de Valencia a Benidorm, aunque mantiene una edición simultánea en Santander y su apuesta por una programación que le distinga de la ingente cantidad de eventos musicales estivales que pueblan la geografía estatal exhibiendo carteles casi idénticos. De hecho, podría decirse, sin temor a exagerar, que Turbo Rock es el único festival veraniego de 2011 en el que no actúan Vetusta Morla ni Love of Lesbian. Bien es cierto que muchas de las bandas que protagonizan el evento, de dos días de duración, vivieron sus momentos de gloria hace años, pero su incuestionable importancia, y la letra pequeña que las acompaña, garantizan un nivel de calidad notable.
Ida y vuelta
Uno de los grandes atractivos del festival (si no el mayor) es la presencia de D Generation, la banda liderada por Jesse Malin en los noventa, que tiró la toalla después de tres magníficos discos en la estela de New York Dolls, Dead Boys, The Stooges y The Heartbreakers. Su regreso puede hacer justicia a un grupo que mereció mejor suerte, pero que no es el único que resurge de sus cenizas para participar en el festival.
También vuelven, por ejemplo, The Del-Lords, que tuvieron su oportunidad en España coincidiendo con el desembarco del sello Enigma a través de DRO, en pleno auge del llamado Nuevo Rock Americano, un retorno de las bandas estadounidenses a sus raíces que capitalizaron Long Ryders, Violent Femmes, R.E.M. o Dream Syndicate, pero que contó con muchos cultivadores, entre ellos unos Del-Lords que capitaneaba el guitarrista Scott Kempner, procedente de los míticos Dictators. Sonaban como una mezcla entre Bruce Springsteen y Johnny Thunders, y aunque no lograron el éxito masivo, grabaron varios discos de interés, la mayoría de ellos reeditados el pasado 2009.
Los surferos galácticos Man or Astroman? decidieron retornar a los escenarios doce años después de la disolución de su formación original, a principios de 2010. Ese mismo año pasaron, precisamente, por Benidorm, participando en el Funtastic Dracula Carnival, donde dejaron un excelente sabor de boca.
Menos justificación tiene la resurrección de Urge Overkill, que tras dieciseis años en el dique seco, y sin que nadie se lo pidiera, han regresado del más allá autoeditándose un álbum, “Rock & roll submarine”, que no pasará a la historia y que abunda en el rock de trazo grueso.
Veteranos
Nunca se han marchado, pero llevan desde finales de los setenta al pie del cañón, los mancunianos Buzzcocks, pertenecientes a la primera hornada punk inglesa y poseedores de un infalible repertorio de hits anfetamínicos. Graban con cuentagotas, pero sus clásicos se mantienen frescos como el primer día, y sus directos no defraudan.
Por su parte, Gigolo Aunts dieron sus primeros pasos en 1981, y aunque nunca han jugado en primera división (su mayor éxito fue telonear a Suede y The Cranberries en los noventa), cuentan con un público fiel, especialmente en España (llegaron a versionear ‘Chica de ayer’), que siempre ha valorado al alza su power pop con ribetes alternativos.
En buena forma
Tampoco son jóvenes promesas otras bandas que participan en el festival y que hacen gala de una trayectoria más corta que las reseñadas, pero igualmente interesante. Es el caso de los aguerridos The BellRays, liderados por la potente voz (y el espectacular peinado) de Lisa Kekaula. O de los canadienses The Sadies, más conocidos por haber tocado acompañando a Neko Case, Andre Williams o Heavy Trash que por sus propios (y muy apreciables) discos. O unos Nada Surf que están a punto de sacar nuevo LP, anticipado en abril por el single “The moon is calling”.
Otro que estrenará álbum en Benidorm será Matthew Sweet, que se trae “Modern art” bajo el brazo. El de Nebraska es un excelso creador de adictivas canciones pop, cuya carrera arranca en los ochenta y no se ha detenido hasta hoy.
Por su parte, Jesse Malin hará doblete con St. Marks Social, su actual banda, con la que grabó “Love it to life” el pasado año.
Carne fresca
Entre las formaciones de nuevo cuño que pasarán por Turbo Rock destaca Slim Cessna’s Auto Club. Graban en Alternative Tentacles (sello de Jello Biafra), practican country gospel con actitud punk y atacan los géneros tradicionales norteamericanos con convicción, sentido del humor, conocimiento de causa, un arsenal instrumental en el que el banjo juega un papel destacado y una inclinación por el gótico americano similar a la de los extintos 16 Horsepower. Una juerga vaquera que resulta apabullante en directo.
Además, el revivalismo con causa de King Salami & The Cumberland Three y bandas estatales como Nu Niles, The Tormentos, Layabouts, Los Derrumbes y Soul Gestapo completan una oferta irresistible para los amantes del rock and roll.
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