La autopsia realizada a Enrique Morente confirma que padecía un cáncer de esófago. El cantaor murió por un “deterioro multiorgánico” causado por las complicaciones tras la operación a la que fue sometido para extirparle el cáncer, según información de la agencia EFE.
Recordemos que Morente falleció el pasado 13 de diciembre, una semana después de ser operado. La familia, que aseguró que Morente ingresó en la clínica La Luz de Madrid para ser operado de una úlcera de estómago, denunció al cirujano por negligencia.
El informe de la autopsia presentado al juez que lleva el caso, confirma que Morente “sufría un carcinoma de esófago de tercio medio-inferior” por lo que fue sometido a una esófago-gastroplastia, el 4 de diciembre. Debido a complicaciones, fue intervenido de nuevo el día 6. Tras esta segunda operación, Morente sufrió una parada cardiorrespiratoria que “originó una hipoperfusión encefálica global”, con ausencia de pulso, hipotensión brusca e hipoxemia, de la que no se recuperó.