Second: Dulces sueños

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«Hay mucha gente que, desgraciadamente, tiene prejuicios con nosotros, y deberían abrirse a escucharnos. Y venir a vernos en directo, porque la gente suele repetir. Es nuestra mejor arma»


La banda murciana publica “Demasiado soñadores”, segundo álbum de su trayectoria cantado íntegramente en castellano, en el que aspiran a lograr el equilibrio entre la épica y la pista de baile, a imagen y semejanza de las bandas que reconocen como influencia: Phoenix, Arcade Fire, Cut Copy o The National.


Texto: EDUARDO GUILLOT.
Foto: MARIO MIRANDA.


El quinto LP de la banda murciana Second puede ser el definitivo, el que amplíe su audiencia y les sitúe en esa franja cada vez más amplia entre «mainstream» e independencia que ha catapultado a otra bandas con un perfil similar al suyo. Vocación bailable y aliento épico son sus bazas, desplegadas nuevamente en “Demasiado soñadores”.

“Fracciones de un segundo” (2009) lo produjo Carlos Jean, pero esta vez habeis vuelto a trabajar con Raúl de Lara, vuestro técnico de sonido. ¿Por qué?
Raúl también había producido “Invisible” (2006), el LP anterior a “Fracciones de un segundo”. Lleva mucho tiempo trabajando con nosotros y nos conoce a la perfección. De hecho, aunque el anterior lo produjo Carlos Jean, él también estuvo coproduciendo. Este disco lo hemos grabado por intervalos. No nos hemos podido permitir el lujo de estar dos meses concentrados en la grabación. Empezamos en mayo de 2010 y lo hemos hecho conforme hemos podido, compaginándolo con la gira, cogiendo quince días de aquí o de allá, así que necesitábamos una persona de la casa, que pudiéramos tener a mano todo el tiempo. La relación con Raúl, para bien o para mal, es para toda la vida.

¿Quedasteis satisfechos con el trabajo de Carlos Jean?
Sí, “Fracciones de un segundo” es un muy buen disco. Lo que pasa es que somos un grupo al que le gusta evolucionar y hacer discos distintos cada vez. Esa evolución, en este disco, a lo mejor se nota en el hecho de haber metido guitarras más procesadas, o en la búsqueda de nuevos sonidos de teclado, más electrónicos…

Es vuestro segundo álbum totalmente en castellano. Otros grupos han dado el mismo paso y les ha ido muy bien. ¿También lo habéis notado?
El anterior funcionó muy bien, hemos visto cómo se incrementaba el número de gente en las salas, que a día de hoy es lo más importante. Ha sido el disco que nos ha dado a conocer, por encima de “Invisible” y los anteriores, cantados en inglés. Lo hemos notado. No sabemos exactamente por qué hemos pasado todos del inglés al castellano, pero la explicación que podemos dar es que si bien todos los grupos de nuestra generación empezamos cantando en inglés porque así lo hacían las bandas que considerábamos nuestras influencias, y mimetizábamos un poco, con el tiempo nos hemos dado cuenta de que también podemos hacerlo bien en castellano. No se debe a nada especial, sino a que tenemos más seguridad. Y lo mismo grupos como Love of Lesbian, Sidonie, Standstill…

Pero las influencias no cambian, ¿no? En este disco se sigue notando que lo que os interesa es la música anglosajona.
Por supuesto. Es una cuestión de madurez del grupo para poder expresarse de una forma más abierta. Está claro que con el inglés hay poca gente que se encargue de saber qué estás diciendo. Sin embargo, en castellano estás expuesto totalmente, la gente juzga de forma mucho más dura. Es cuestión de seguridad y de perder el miedo.

Y la gente corea las canciones más fácilmente…
Evidente. Lo tenemos claro desde que incluimos algunas en castellano en “Invisible” y empezamos a ver cómo funcionaban esas canciones. Nos dimos cuenta de la notable diferencia. También ayuda a que todo el mundo haga suyas las letras y el proyecto.

¿Estáis en tierra de nadie? No sois ni indies ni mainstream, pero tenéis público de los dos sectores.
Nosotros sí sabemos dónde situarnos, más que nada porque hemos sido toda la vida independientes. Aunque desde fuera mucha gente lo vea de otra forma. Hemos hecho nuestros propios envíos a periodistas, hemos hecho clips dándole al botón de la cámara y corriendo a ponernos delante… Infinidad de cosas que la gente no ve. Tanto en los primeros discos como en este. Para buscar financiación hemos ido siempre con palos y cañas, como decimos en nuestra tierra. Y eso es ser independiente, aunque estés con una discográfica que te pueda dar algún apoyo. En este caso, grabamos el disco y luego nos fichó la compañía. Nadie nos ha dicho cómo teníamos que hacerlo. La confusión parte de que nunca hemos pertenecido a ningún sello indie característico. No hemos estado en Mushroom Pillow, Sinnamon o Elefant, que se supone que son los que abarcaron el espectro indie. Quizá por eso no nos ubican.

¿Es un tema de percepción del público? Simplificando, y ya que sois de Murcia: ¿Vuestra audiencia es la misma de Klaus & Kinski, que se ajustan al concepto indie canónico, o la de M Clan, que se asocian con el mainstream?
Creemos que hay un público al que le gusta Klaus & Kinski y Second, aunque no todo. No vamos a descubrir nada si decimos que a los fans de la música más indie no les gusta Second. Ni lo pretendemos tampoco. De hecho, Klaus & Kinski es un grupo indie bastante peculiar. Podemos compartir cierto público, aunque quizá nosotros estamos en la onda de otro tipo de indie: Lori Meyers, CatPeople… La gente a la que le gusta el indie está creciendo, y ya no somos los cuatro gatos que íbamos a los festivales a finales de los noventa, ahora hay mucha gente y se ha abierto mucho el espectro. Hay gente a la que le gusta Second y Love of Lesbian, pero también M Clan o Pereza. O Amaral. O Julieta Venegas [risas].

Da la sensación de que estáis muy pendientes de las modas y las tendencias.
Tenemos nuestras influencias clásicas de toda la vida, que se reflejan en este disco más que nunca, en especial la música británica de los ochenta, pero siempre estamos muy pendientes de lo que ocurre con nuestros contemporáneos. Es una forma de retroalimentarse y de descubrir grupos que hacen cosas nuevas que nos pueden interesar, como es el caso de Cut Copy, que tienen unos arreglos cercanos a los de la ELO de los setenta. Es algo que siempre nos ha gustado y que ahora tiene éxito. Es cierto que en cada nueva etapa, en cada nuevo disco, hay una influencia contemporánea inmediata, manteniendo las de toda la vida. Pero no clonamos un estilo. No hemos hecho un calco de Phoenix, por ejemplo.

¿Ha sido Phoenix la influencia contemporánea inmediata de este disco?
Phoenix, Two Door Cinema Club, Arcade Fire, Empire of the Sun, Cut Copy, The National…

Más allá de esos nombres, parece que buscáis el equilibrio entre la épica y lo bailable. ¿Es así?
No es una búsqueda intencionada. Es la idiosincrasia del grupo. Lo mismo hacemos una canción muy profunda, con mucho sentimeinto, que te lleva al infierno, como te ponemos a bailar. Eso se refleja en los directos. Este es el quinto disco y somos un grupo con canciones tan variadas que al final nos sale siempre así. No hay planteamiento previo. En un tema como ‘Autodestructivo’, que ha quedado muy bailable, teníamos 190 pistas de audio para mezclar, así que hicimos versiones más electrónicas, otra muy rockera, otra más pop…

¿Os habéis planteado hacer un disco de remezclas?
Sí. De hecho, ya estamos hablando con gente para darle una vuelta de tuerca a los temas más bailables, especialmente ‘Autodestructivo’. Con 190 pistas se pueden hacer muchas cosas, ya que menos de la mitad llegaron a la mezcla final. Otras veces hemos barajado la idea, y esta vez puede que lo hagamos.

Hablando de épica, parece que tenéis una facilidad especial para componer himnos. De hecho, no sé si es el motivo por el que os encargaron grabar el del Murcia CF.
[Risas] Puede ser. ‘Muérdeme’, por ejemplo, antes de que saliera el disco ya la cantaba todo el mundo, porque se había filtrado por la red. Puede que sea producto de la influencia que hemos recibido de grupos clásicos que hacen canciones de ese tipo, como U2. Quizá sea una forma de componer a la que nos hemos acostumbrado desde el principio. Cuando logramos nuestro primer contrato discográfico, fue porque a los responsables del sello les gustaba nuestra capacidad para hacer estribillos.

¿Qué os falta para dar el salto definitivo y acceder a mayores audiencias?
Creemos que con este álbum vamos a dar un salto más, aunque nunca se pueden hacer predicciones. Lo que haría falta es que mucha gente se quitara prejuicios con respecto a Second y escuchara el disco. Hay mucha gente que, desgraciadamente, tiene prejuicios con el grupo, y deberían abrirse a escucharnos. Y venir a vernos en directo, porque la gente suele repetir. Es nuestra mejor arma. Hacemos canciones, las editamos y la gente opina. Nadie tiene una varita mágica, no está en nuestra mano lo que ocurra, pero lo cierto es que hay quien lo rechaza de entrada y ni lo escucha. Les animamos a que lo hagan de la manera más objetiva posible, porque este disco tiene un corte más indie en temas como ‘N.A.D.A.’, ‘Demasiado soñadores’ o ‘Mañana es domingo’.

Desde aquí puedes acceder a la web de Second.

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