John Mayer: Conquistando Europa

Autor:

John Mayer
27 de mayo de 2010
Wembley Arena, Londres


Texto: JUANJO ORDÁS.


Había que ver a John Mayer en vivo. Y había que verle en un concierto propio. El tipo tiene Estados Unidos a sus pies, se codea con Buddy Guy, Steve Jordan e Ian McLagan y es respetado por la profesión, algo interesante teniendo en cuenta que se trata de un músico totalmente «mainstream». Pero si algo dejó claro la pasada noche en Londres es que rockea y duro, que sus discos no dejan de ser buenos trabajos pero que es en directo donde se hace valer. Y tiene mérito, conjuga melodías comerciales con guitarras virtuosas, cuela un estribillo radiable entre buenos riffs donde la influencia de sus maestros se hace notar. No engaña a nadie, toma trucos de Jeff Beck, Eddie Van Halen o Clapton integrándolos en su personalidad.

El Wembley Arena, para quien no lo conozca, es un recinto como no hay otro en nuestro país. Situado al lado del mítico estadio con el que comparte nombre, puede cobijar a unas 12.000 personas y está equipado con módulos para la venta de merchandising y los inevitables bares. Además, está bastante bien sonorizado y el acceso para personas discapacitadas es perfecto. Sin duda, se trataba de un marco ideal, pues había hecho «sold out» durante dos noches consecutivas y la idea de haberle visto en Madrid dentro del Rock in Río no resultaba demasiado atractiva, era importante verle trabajar el largo repertorio y en el macro festival seguramente tendrá que reducirlo mucho.

Abriendo fuego con ‘Why Georgia’, John Mayer tomó el escenario flanqueado por una muy buena banda donde destacaban los  guitarristas Robbie McIntosh (Prtenders, Paul McCartney) y David Ryan Harris (quien realizo una hermosa introducción vocal para ‘Slow dancing in a burning room’), aunque fue Mayer quien se hizo cargo de la mayor parte de las guitarras principales. El calentamiento finalizó con la primera canción, el público inglés se agitaba y una frenética versión del ‘Crossroads’ de Robert Johnson les dejó K.O.

Mayer controla el ritmo del concierto en todo momento, se mueve por el escenario con soltura e incluso mantiene conversaciones con la audiencia, metiéndosela en el bolsillo todas las veces que quiere. Incluso los momentos más sentimentales, como la excesivamente melosa ‘Your body is a wonderland’,  se le perdonaron a cambio de las sensacionales ‘Vultures’, ‘Heartbreak warfare’ y la pop aunque feroz ‘Assassin’. El concierto duró unos 120 minutos y tocó quince canciones, por lo que es fácil calcular que cada uno de los temas se extendió generosamente con desarrollos instrumentales del más alto nivel, con un juego de luces espectacular aunque sin caer en artificios y con la música como gran protagonista.

Si en disco funciona, en directo John Mayer impresiona. Como cantante es más que correcto, como guitarrista es un virtuoso total y como compositor está alcanzando su punto de cocción adecuado. Para aquellos que aún no lo conozcan (es ahora cuando parece que se está apostando por él en nuestro país) hay tres discos por los que empezar a escucharle: “Batlles studies”, su último y reciente trabajo, el álbum en vivo “Where the light is”  y “Try!”, grabado como trío y el que más gustará a los fanáticos del rock and roll más setentero y jam. Es comercial, pero también electrizante, y ese punto medio siempre es interesante. Que nadie espere pureza, sino buena música para la FM.

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