Gotan Project: La revolución del tango

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“Seguimos con el mismo entusiasmo, haciendo más o menos lo mismo, que es experimentar, trabajar con el tango pero llevándolo al encuentro de otras estéticas y ensanchar sus fronteras y confrontarlo con el rap, con el jazz… Ahí seguimos”

Gotan Project, el trío internacional radicado en París, ha logrado, con su fusión original y pionera de tango y electrónica, ser un fenómeno mundial de primer orden. Acaban de publicar su nuevo disco, “Tango 3.0” y aprovechando que Eduardo Makaroff está de promoción en Madrid, charlamos con él.


Texto: JUAN PUCHADES.
Fotos: PRISCA LOBJOY.


Eduardo Makaroff [en la foto superior, el primero por la derecha], está pasando unos días de vacaciones en Madrid, así que aprovecha para hacerse cargo de la promoción en nuestro país de “Tango 3.0” (¡Ya Basta!/Karonte), la tercera criatura discográfica del trío Gotan Project, integrado además de por el hermano de Sergio Makaroff, por el francés Philippe Cohen Solal y el suizo Christoph H. Müller. Gotan Project son para el tango, desde hace ya una década, algo así como Kraftwerk fue para el rock, los últimos renovadores desde la vanguardia, los inventores del género (o subgénero), que conocemos como tango electrónico.

Una propuesta, la de Gotan Project, que, desde sus orígenes, ha cosechado un éxito internacional demoledor, con más de dos millones de discos vendidos. “Nos tomó de sorpresa –explica Eduardo Makaroff–, sigo bastante alucinado con el éxito. De todos modos, de los tres soy el único que conocía la fuerza del tango, que era bastante desconocido, y sigue siéndolo, sobre todo para las nuevas generaciones. Con otro embalaje, con otra presentación y con una cierta modernidad, pero el sonido del bandoneón, las melodías y las armonías del tango y esa emoción que transmite el tango que tratamos de recuperar y de respetar, no es la primera vez que da la vuelta al mundo. El tango ya vivió esto antes”.

¿Dada la nacionalidad de tus dos compañeros, es de suponer que el poso tanguero de Gotan Project es tuyo?
Gotan es producto de mi encuentro con Philippe y con Christoph para trabajar alrededor del tango y de la música argentina en general, también del folclore y, bueno, sí, efectivamente, mi rol, que soy el argentino y el tanguero, fue aportar el tango.

¿Eres el ideólogo musical, porque imagino que, sobre todo al comienzo, tus compañeros andarían más perdidos?
No me atribuyo el rol de ideólogo, ¡porque espero que ninguno de los otros dos se lo esté atribuyendo en otra entrevista en otro país! [Risas.] Voy a controlar lo que están diciendo por ahí, porque cada uno puede tener sus ideas. No, digamos que nos juntamos para desarrollar esta experiencia, que empezó de manera muy “underground”, grabamos un tema en el estudio donde Philippe trabajaba con Christoph y experimentamos de una manera completamente novedosa porque yo tampoco era especialista en música electrónica, dijimos “vamos a llevar el tango al encuentro con las programaciones y con lo que hoy en día se llama música electrónica y ver qué pasa y qué nos sale”, y buscamos una música que no había sido escuchada antes, una música nueva. Por suerte le fue gustando a la gente, así fue progresando la cosa. Estos dos muchachos se hicieron tangueros porque hubo desde el comienzo un intercambio cultural y un pin pon a tres musical y de intercambio de información. Hoy en día se puede decir que los tres somos tangueros y que yo también soy electrónico, pero efectivamente no es mi especialidad, cada uno tiene un rol más definido: Chrisptoh es el que está al mando de la máquinas, por ejemplo, Philippe es el productor, productores artísticos somos los tres, y compositores somos los tres, pero salimos en el sello de Philippe, que es el editor de los discos, el DJ de la banda. Ellos son muy del palo de los DJs, del techno, del house, de la electrónica, pero son muy amplios, tienen una cultura musical muy diversa, los tres somos muy amantes de las bandas sonoras de películas, nos gusta el jazz, la música jamaicana, venimos del rock, los gustos son diversos. Con Christoph hago música acústica: Tú has publicado una crítica de “El Gaucho”, la banda sonora que hicimos juntos, y que sólo tiene un remix al final.

Cuando apareció Gotan Project, muchos se tiraron las manos a la cabeza, y en Argentina se decía que esto vuestro iba a ser una moda, algo pasajero y, sin embargo, lleváis ya diez años, ¿crees que vuestro lenguaje musical tiene cuerda para rato?

Por lo menos hasta ahora tiene cuerda para unos añitos más, que es lo que tenemos programado de gira, y estamos sacando este disco y seguramente sacaremos otro más. Tenemos un ritmo medio lento, muy nuestro, sacamos un primer disco de manera “underground”, de manera experimental, “La revancha del tango”, que tuvo ese éxito inesperado, luego nos fuimos de gira, también con éxito inesperado porque el directo empezó a gustar y empezó a desarrollarse también. Luego, cuando hicimos “Lunático”, efectivamente, fue una especie de prueba de que no era una moda o un golpe de suerte. Ahora seguimos con el mismo entusiasmo, haciendo más o menos lo mismo, que es experimentar, trabajar con el tango pero llevándolo al encuentro de otras estéticas y ensanchar sus fronteras y confrontarlo con el rap, con el jazz… Ahí seguimos. Es así, ese espíritu lo seguimos teniendo y estamos contentos. Además, ¡que ya nos peleamos un montón entre nosotros!

Gotan creó un estilo que ha sido seguido, en muchos casos con mucho descaro, por otros grupos. ¿Algunas de esas otras propuestas, te han parecido interesantes, o no las escuchas?
Por supuesto que conozco y escucho lo que se hace en esta corriente del tango electrónico, me intereso por todo tipo de evolución, en general por todo tipo de música, pero como soy un activista militante de la causa tanguera estoy muy muy muy a la oreja de lo que va sucediendo dentro y fuera del tango electrónico, de todo lo que se hace nuevo en el tango. Por supuesto que muchas cosas me parecen interesantes, pero, al mismo tiempo, no considero oportuno hablar de lo que hace gente que son colegas, amigos o gente que conozco. Es verdad que hay cosas que me gustan más y otras que me gustan menos.

Muy diplomático. Habéis explicado que con este nuevo disco, “tango 3.0”, intentasteis recorrer un camino inverso, buscando otros sonidos, blues, ska, para dirigiros desde ellos hacia el tango y a vuestra manera de concebir el tango. ¿Cómo ha sido ese camino?
El recorrido de este disco tiene el denominador común que sigue siendo la causa última, la razón de ser de la existencia de Gotan Project, entonces hay que hacer referencia una vez más a nuestros comienzos y a los dos discos anteriores, «La revancha del tango» y «Lunático», en ambos encontramos, por suerte, la razón de ser de esa búsqueda, de la experimentación de llevar el tango a otras esferas, a otros sitios, quizás totalmente inesperados y en ese sentido hay una continuidad, pero es la continuidad de buscar sorprendernos a nosotros mismos con cosas que antes no habíamos escuchado ni en nuestros discos anteriores ni en ningún otro lado, eso sí lo seguimos teniendo. Pero, refiriéndome exactamente a «Tango 3.0», compusimos un montón de temas, incluso algunos quedaron afuera y van a salir próximamente, introdujimos como novedad los arreglos de metales, que tampoco fueron una novedad en la historia del tango, pero que no fueron muy utilizados, pero que son una influencia importante en nuestros gustos musicales.

¿Son metales reales?
Sí, sí, arreglados por nuestro pianista y que también arregla las cuerdas.

¿Cómo conviven en Gotan los intrumentos acústicos o convencionales con los electrónicos?

Como los escuchas, digamos que ese puede ser uno de los secretos o de la magia de nuestra música, que es el encuentro entre algo muy realista y antiguo, como es el tango ejecutado con instrumentos acústicos –bandoneón, violín, piano…– y que se encuentra con una modernidad absoluta, con las técnicas de programación musical. Ese fue el principal desafío, hubo algo que sucedió que esa música tan realista, tan antigua, pudo fusionarse o adaptarse a la abstracción y a la hipnosis de las programaciones de beats electrónicos, con otros ingredientes que lo posibilitaron, como el dub jamaicano, como la utilización de ciertos efectos en donde se trituró un poco el sonido del bandoneón, o del violín, ahí está el punto. No es suficiente hacer un ritmo de música electrónica y luego tocar encima para que eso salga bien.

¿Antes de entrar a grabar en el estudio, hay mucho trabajo previo de diseño para ver cómo encajar las piezas, cómo arreglar cada tema?

No, bueno, más o menos, porque en realidad para este disco nos metimos en el estudio a componer, porque componemos los tres juntos, y lo que hacemos lo hacemos de manera bastante intuitiva, todo el diseño o la explicación intelectual o el análisis es lo que estoy haciendo contigo y con el flaco que me entrevistó hace un rato [risas]. Es decir, nos ponemos a pensar lo que hicimos conjuntamente con los periodistas que nos van preguntando cosas.

Vamos, ¡que todo es mentira!
¡Todo es mentira! [Risas.] Lo que pasa es que no nos ponemos sobre un papel y decimos “ahora vamos a hacer el encuentro entre el tango y el blues y vamos a introducir metales de esta manera o de esta otra”, no, se nos ocurrió y nos pusimos a ver qué pasa, yo me pongo en el estudio a tocar la guitarra y digo “mirad, tengo esta idea”; y salió la vuelta de blues porque yo la llevo metida dentro de mi inconsciente, desde no sé cuándo, desde cuando con mi hermano pasábamos las tarde y las veladas en la casa de mis padres tocando esa vuelta de blues. Y así surgen los riffs, los arreglos, la música… Somos gente con ideas pero no nos ponemos de antemano a hacer un diseño de lo que va a ser el próximo disco. Describimos ante los periodistas, en un análisis casi conjunto con ellos, lo que hemos hecho durante un año. Siempre está la idea de llevar el tango a algún lado raro o inesperado, y la materia siempre es el tango o el folclore de la Argentina.

«El tango tiene más de cien años y creo que va a seguir evolucionando con otros encuentros y no se le puede llamar de otra manera. Pero tampoco sé si lo nuestro se llama tango»

PERO… ¡¿ESTO ES TANGO?!

¿Te molesta cuando os dicen lo mismo que le decían a Piazzola, que lo vuestro no es tango?
No, lo que sí me molesta es que me comparen con Piazzola porque me da un no sé qué, me da pudor.

Bueno, no os comparaba, pero en muchas estructuras de Gotan Project sí se descubren las maneras y los patrones sobre los que investigó Piazzola, ¿no?
La verdad es que fue un gran maestro y es una referencia importante para nosotros, pero es un genio de la música, que se estudia en los conservatorios al lado de Prokofiev, de Beethoven, me da pudor compararme con una personalidad tan importante. Y el hecho de que esto es tango o no es tango, es una falsa apreciación, primero porque el tango nació de una fusión y de un encuentro multicultural, entre los europeos y los africanos que vivían en Argentina, que hacían candombe, milonga, y se encontraron con la canzonetta italiana, con el sonido del bandoneón que venía de Alemania, con los judíos –como los antepasados de mi hermano y míos, que venían con violines, con mandolinas–, de todo ese encuentro surgió el tango. Tiene más de cien años y creo que va a seguir evolucionando con otros encuentros y no se le puede llamar de otra manera. Pero tampoco sé si lo nuestro se llama tango.

Se llama “gotan”…
Sí, se llama gotan, Gotan Project, ¡qué importancia tiene! Que lo llamen como quieran [risas]. Lo que importa es que sea bonito, que se escuche lindo a los oídos. Que sea agradable al oído.

¿Cómo habéis conseguido que Dr. John colabore en el disco?
Porque Philippe estaba produciendo a otro tipo en su sello y estaba yendo a Nueva Orleans a hacer una colaboración y como en el primer tema, en la maqueta, teníamos puesto un sonido de órgano Hammond y el tema pedía eso, le preguntó a Dr. John si quería tocar, y quiso. Este si no quiere, no toca, no se le paga, no sé cuánto le pagamos por esa grabación, pero es un personaje raro, que estaba rechazando en ese momento una colaboración con Dylan o alguno similar, es un viejo loco. Fue Philippe quien fue a grabar con él, le explicó que somos tangueros y quería que tocara algo de blues, y dijo que sí.

En el disco hay un par de letras de Sergio, tu hermano.
Generalmente soy yo el que hace las letras de Gotan, digo generalmente porque no soy el letrista exclusivo, y en este disco, la última, ‘Érase una vez’, la escribí conjuntamente con Philippe. Pero son letras de tango, letras en castellano, y la literatura tanguera y las letras para canciones de tango tienen un estilo particular, hay como una escuela, una manera de escribir, unos códigos que son especiales, distintos a los de la escritura de otras letras de otro tipo de canciones, como lo hay también para el folclore, y a mi hermano se le da muy bien, no es la primera vez que le encargo letras para zambas o chacareras, en este caso, hizo una chacarera, ‘El mensajero’, y después hizo la canción ‘Peligro’, que es un tango, pero con un “briefing” bastante preciso por parte nuestra. Pero, generalmente, soy yo el que escribe. En mis letras hablo de la actualidad, incluso de cosas que pasaron en Argentina, como en ‘Érase una vez’; en «Mil millones’ hablo de los pobres en el mundo. En ‘Peligro’ mi hermano habla de la excitación que provoca lo prohibido.

En muchas de vuestras canciones, las letras tienen contenido social, ¿no te da un poco de miedo que se queden perdidas en el sonido tan elaborado, en los arreglos, en las orquestaciones?
No, sobre todo porque nuestra música es como… ¡Yo la mayor parte de las letras de los Rolling Stones o de Bob Dylan, no tengo la menor idea de qué hablan! Con nuestra música tenemos la suerte de que tiene un éxito importante sobre todo en los países donde no se habla español, así que en Inglaterra no tienen ni idea; el tema ‘Época’, que habla de los desaparecidos, no saben de qué va. Pero la música es así. Pero nuestras letras tienen contenidos diversos, no hacemos política todo el tiempo.

¿La cantante Cristina Vilallonga sigue en directo con vosotros?
Ha hecho muchos directos con nosotros, pero hemos contratado cantantes de reemplazo, porque no ha asegurado la totalidad de los directos, así que hemos llamado a Verónica Silva para las giras, y a otra chica que ataca con la gira actual. Cristina Vilallonga tiene ella misma una carrera personal que le impide estar cien por cien dispuesta a hacer la totalidad de los conciertos de Gotan, nosotros lo respetamos, pero también lo lamentamos, y nos vemos obligados a buscar cantantes, generalmente argentinas, porque viste que Cristina canta en argentino, ¡y muy bien!

¿No echas de menos aquellos tiempos de Edu y El Pollo, de Mano a Mano, en los que trabajabas el tango desde la más pura acústica y con una actitud bastante más desenvuelta?
Sí, para qué te voy a mentir, de tanto en tanto lo echo de menos, pero como siempre voy para adelante, creando música o con mi sello de tango, Mañana… Qué sé yo, en realidad no tengo una gran nostalgia por el tiempo pasado, pero te mentiría si no te dijera que de tanto en tanto no reescucho esas cosas o pienso en qué buena estaba tal canción. Sí, lo echo un poquito de menos.

¿Mantienes proyectos paralelos al margen del trío, como hemos citado, hiciste la banda sonora de “El Gaucho”, pero no sé si esto es habitual?
En realidad, sí, los tres Gotan tenemos actividades paralelas, y eso nos da una especie de fuente de reaprovisionamiento creativo y nos deja respirar fuera del grupo. Christoph tiene su propio proyecto, Radio Quijada, que es de música afroperuana. Philippe hizo un proyecto de música country, y eso se nota también en el disco y nutre nuestra música. En mi caso, me dediqué bastante a hacer música para niños, para la televisión, y digamos que me gusta ser productor, también hice música para películas. En mi web hay algunas cosas de las que hago. Pero mi gran proyecto es el sello Mañana.

Esa era la siguiente pregunta, sobre los exquisitos discos que editas en Mañana.
Es un sello consagrado al desarrollo de los nuevos creadores o de los que hacen evolucionar el tango, pienso que no sólo combinando el tango con la eléctrónica se logra la modernidad, hay otros muchos proyectos en Argentina, o en otras partes del mundo, que desde otros puntos de vista contribuyen al dinamismo de esta música que todavía tiene mucho que decir.

Esto más que una pregunta, es casi un deseo: ¿Algún día Los Hermanos Makaroff os reencarnaréis de nuevo y nos ofreceréis un disco conjunto?
Algún día… ¡Dejémoslo con puntos suspensivos! Pero hablamos varias veces por semana y colaboramos mucho, él escribe cosas para Gotan Project, ha escrito conmigo letras para músicas de películas y viceversa. Ahora me insiste en que vaya a La Cabaña, porque Jose Nortes está trabajando en su siguiente disco y quiere que colabore, generalmente he participado en los discos de Sergio como guitarrista, cantante o coproductror y últimamente, con tanto trabajo, con tanto Gotan Project, no he podido colaborar con él, algo que tanto me gusta. Bueno, a Los Hermanos Makaroff, en todo caso, dejémoslos así, con puntos suspensivos.

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