«Durante esas cuatro horas, Bunbury se concentró en un repertorio basado en todas las canciones que no harían en ese primer concierto, aunque sí se incorporarán a los siguientes shows. Así, el ensayo no siguió ningún orden concreto»
Primicia absoluta sobre el próximo tour de Enrique Bunbury: Juanjo Ordás asiste a dos ensayos y la grabación del concierto en 3D para televisión, que nos permiten acercarnos a una gira que arrancará en EEUU y que promete ser un verdadero hito en la carrera del aragonés errante. Segmentado en tres partes a publicar en los sucesivos próximos días, os invitamos a disfrutar de los pormenores de uno de los tours más esperados de este año.
Texto: JUANJO ORDÁS.
Fotos: PEDRO MENÉNDEZ.
El reportaje que estás leyendo narra lo acontecido durante una semana, aunque realmente se fraguó mucho antes. Concretamente en enero del presente año, cuando me encontraba en casa de Enrique escuchando “Las consecuencias”. Tras finalizar la escucha, no dudé en interesarme por la futura gira, ¡y eso que el músico ni tan siquiera había iniciado la promoción del disco! El empaque del álbum y el gran estado de forma que la banda mostraba me llevaron a preguntarle cuándo se iniciarían los ensayos. Lo siguiente fue pedirle que me permitiera ser testigo de ellos. Las razones eran múltiples, sentía un gran interés por contemplar a Bunbury junto a su ya rodada banda, cocinando un repertorio que estaba seguro sería de lujo, especialmente con la incorporación de las nuevas canciones. Quería saber cuál era la dinámica del grupo, como encabara Enrique su carrera a puerta cerrada. Y a él le pareció bien.
Meses después, cuando regresó de Los Ángeles tras intensas jornadas promocionales, nos reunimos para fijar los detalles del reportaje que documentaría los ensayos para una de sus giras más importantes. Enrique no solo dio luz verde, sino que en un alarde de generosidad me abrió las puertas de par en par. El plan sería acudir a dos ensayos distintos en Madrid (uno en local, otro sobre el escenario) para rematar presenciando la grabación de su concierto en 3D para Canal Plus (del primero de los dos días proceden las fotografías que ilustran este texto). Esa es la materia prima de la que se nutre el presente texto con agradecimiento expreso a José Girl, al entorno de Enrique por el trato recibido, a su banda por el calor ofrecido y, cómo no, al propio Bunbury.
DISTANCIAS CORTAS
Madrid. 12-10-2010
El primer ensayo estipulado tuvo lugar en una sala específica destinada a tal fin, ubicada en un polígono industrial cercano al núcleo urbano de Madrid. Aunque esa no era la primera vez que me veía con la banda. El viernes anterior le comenté a Enrique la idea de dejarme ver unos minutos por el local y de presentarme a sus chicos para romper el hielo. No quería incomodarles, era fundamental que no sintieran su intimidad atacada y lo cierto es que todo fue como la seda, sorprendiéndome gratamente las buenísimas vibraciones que se generaban entre banda y líder.
El lunes el ensayo dio comienzo a las 15:30 horas y duraría hasta más allá de las 19:30. El grupo y el aragonés llevaban ensayando juntos desde el martes pasado, el repertorio de la noche de estreno en El Paso (Texas) ya estaba fijado y firmemente ensayado. Por eso, durante esas cuatro horas, Bunbury se concentró en un repertorio basado en todas las canciones que no harían en ese primer concierto, aunque sí se incorporarán a los siguientes shows. Así, el ensayo no siguió ningún orden concreto, se trató sencillamente de ejecutar un listado de canciones que el propio Enrique repartió entre sus músicos con copia para Javier ‘Chinas’ Estrada, técnico de sonido de confianza. La idea no era crear ningún ritmo, se trataba sencillamente de hacer los deberes siguiendo un orden caótico que para nada tendría que ver con el repertorio perfectamente estructurado del tour. Esto era un calentamiento, días después comprobé que el set list de El Paso gozaba de una estructura perfecta.
Pese a que cada pieza se tocó con seriedad y profesionalidad, entre tema y tema se daban todo tipo de bromas, chistes que rebotaban de uno a otro, incluido el jefe, y hacían de la ya de por sí entretenida tarde algo aún más jovial. Eso sí, en cuanto sonaban las notas todo volvía a su orden de forma natural. Para el tour de “Las consecuencias” Bunbury se lleva en la maleta ni más ni menos que sesenta canciones. Y todas sonarán a lo largo de las distintas fechas, impidiendo que el aburrimiento aborde al barco.
El inicio tomó forma mediante tres piezas que habían quedado pendientes el día anterior, ni más ni menos que ‘Bailando con el enemigo’ (felizmente rescatada de “Pequeño”), ‘Canto’ y ‘Nunca se convence del todo a nadie de nada’ (cuyo extraño patrón rítmico me contó Ramón Gacías fue idea de Paco Loco). Increíble arranque que dejó ver claramente que Gacías es, desde su batería, la mano derecha de Enrique. Se cruzan miradas instintivas y parecen comunicarse sin palabras.
Tras la triada inicial, Enrique da instrucciones al bajista Robert Castellanos para que cante coros en determinadas partes, apoyando al guitarrista Álvaro Suite, quien se ha dejado la piel entonando junto a Enrique el estribillo de ‘Bailando con el enemigo’, empastando timbres a la perfección. Castellanos es un bajista francamente sólido y su aportación vocal puede ser determinante en algunas canciones.
Una vez finiquitadas las tres canciones pendientes llega otra sorpresa enorme, otra pieza de “Pequeño” jamás tocada. Se trata de ‘Robinson’, que suena tan bien que cuesta creer que se vaya a perderse el primer concierto de gira. Enrique ya ha entrado en calor y es un gusto prestar plena atención a su voz. Disco a disco ha ido creciendo, no sólo como songwriter, sino como intérprete, encontrándose actualmente en el mejor momento de toda su carrera. También llama la atención cómo hace suya la canción Jordi Mena, la otra guitarra del combo. La respeta, claro, pero añade nuevos matices y profundiza en ella. Al respecto me comentaría su amor por Neil Young y como se había inspirado en ‘On the beach’ para trabajar el ambiente tan especial de ‘Robinson’. Él y Suite son capaces de hacerse cargo tanto de las funciones solistas como rítmicas, siendo un dúo complementario en cualquier sentido. Tienen gran técnica y donde Mena pone el porte y la experiencia, Suite sitúa el frenetismo.
La banda al completo vuelve a ser la protagonista de ‘Ahora’. Precisamente Jordi ha añadido a la canción un wha wha que le da un toque soul con mucho groove. Todos a una dominan el tema con una interpretación potente en la que Enrique se deja el alma. Con ‘No fue bueno pero fue lo mejor’ Suite se acaba de soltar. El tipo vibra con cada nota que arranca a su guitarra. Mientras todos tocan al unísono, Enrique está al tanto de todo, presta atención a cada instrumento mientras sigue cantando y al final hace los comentarios que cree oportunos. Controla los tempos, sabe qué quiere de cada uno de sus músicos y de cada una de sus canciones.
Por fin se dejan escuchar tres temas del reciente “Las consecuencias”, concretamente la canción titular, ‘Ella me dijo que no’ y ‘El boxeador’, las cuales conservan todos sus matices aunque en la distancia corta se aprecian más contundentes. Respecto a la última de las citadas, Enrique tiene dudas sobre en qué lugar del set list colocarla en el futuro, pareciendo que finalmente será la encargada de abrir los bises. La sensibilidad con la que Jorge Rebenaque toca en ‘Ella me dijo que no’ es suprema, se trata de un músico de gran bagaje aunque también intuitivo y con un gran sentido del humor. En más de una ocasión Rebenaque cerró los ojos para dejarse llevar por la música, aportando su distintivo toque.
Nueva visita a “El tiempo de las cerezas”, ahora de la mano de ‘El rumbo de tus sueños’. En algunos momentos del ensayo, Enrique parece concentrado sobremanera, arqueándose sobre su atril, con la mirada fija en cualquier punto, logrando dar con interpretaciones certeras. No sólo se entrega en el escenario, sino que en el local de ensayo también apura al máximo. Cuestión de respeto por las canciones. A lo largo de la jornada el cantante no deja de encestar botellas de agua mineral vacías en la papelera. Ni gota de alcohol se ve durante todo el ensayo. Juega en una división de élite donde los cinco sentidos son necesarios. Disciplina que la banda entiende, tampoco ellos pasan del agua mineral.
Nuevo tema de influencia americana aunque fronteriza. Llega ‘Doscientos huesos y un collar de calaveras’ con la que Enrique se cuelga la guitarra acústica por primera vez. Es en un tema tan lento donde me doy cuenta de que Gacías es el corazón de la banda, una máquina humana que bombea ritmos de forma constante y que, en la mayor parte de las ocasiones, parece tener ocho brazos en lugar de dos. Seguramente, desde que el grupo no lleva percusión, habrá tenido que ocuparse con mayor ahínco de rellenar espacios, aunque es de suponer que también habrá ganado cierta libertad al no tener que contar con nadie más en las tareas percusivas.
Esa misma tarde fue la primera vez que escuché la nueva versión de ‘La herida’, de Héroes del Silencio, que debutó en la pasada gira americana. Desde luego, se trata de una gran redención que espero forme parte de un futuro álbum en vivo, pues la llevan al country western con muy buena mano.
El siguiente comentario de Bunbury no tuvo precio. Estableció una fundamentada relación entre el flojo ensayo del domingo anterior y la victoria del FCB frente al Real Madrid el sábado previo. Y es que más de un miembro del grupo salió a celebrar el triunfo y no debió de estar al cien por cien el día siguiente. Risas y humor para entrar dramáticamente en una versión salvaje de ‘El anzuelo’ que realmente da miedo, con Rebenaque aportando un toque muy funky. Al final de la canción más comentarios respecto a la ejecución. Enrique siempre pide opiniones aunque al final, lógicamente, es él quien tiene la última palabra. Respecto a ‘El anzuelo’ la conversación giró en torno a posibles formas de finalizarla. Tras ‘Si no fuera por ti’, Álvaro Suite le comenta con bastante humor a su jefe que ha hecho un set list en el que tiene que cambiar de guitarra de forma constante, canción tras canción, sin pausa. Enrique le explica que realmente no están tocando es ningún set list sino una lista aleatoria de temas a repasar.
En lo referente a instrumentos Jordi y Álvaro se centran en las guitarras y se turnan la mandolina, aunque el banjo recae exclusivamente en Mena. Los dos parecen tener un talento natural para todo lo que lleve cuerdas.
Lo siguiente fue un «tour de force» que ya conocía, la ardiente nueva versión de ‘Sólo si me perdonas’, donde echan toda la carne en el asador. Salvo Enrique, todos los miembros del grupo van enclaquetados, es decir, mediante un dispositivo en su oído escuchan de forma constante una señal común que les permite tocar en el mismo tempo. Aunque como el propio Bunbury señala, en el fondo él también va enclaquetado puesto que les sigue a ellos. Así se evitan destiempos y se consigue una ejecución mucho más precisa. Enrique no se queda muy convencido con ‘Lo que más te gustó de mí’, aunque luego ‘De mayor’ suena a la perfección, más robusta que la original, con mucho empaque. Los solos de Mena y Suite dan un nuevo dinamismo a la canción mientras que Rebenaque se luce al piano. De esa energía creada se alimenta una feroz ‘Lo que queda por vivir’, sin coros, con la voz de Bunbury rugiendo las estrofas y estribillos. Contundente.
Única parada del día en “Bushido”, concretamente con ‘Desmejorado’, en la que se deja sentir de nuevo la particular complicidad entre Ramón y Enrique, con el batería esforzándose por respaldar cada frase del cantante. En el Hellville Detour el tema disfrutó de un final adrenalínico. Esta vez se mantuvo, sólo que el ritmo se fue acelerando más y más hasta acabar por convertirse en un toma y daca a tres bandas entre Gacías, Rebenaque y Suite, con el batería y el guitarrista mirándose y retándose amigablemente.
Es entonces cuando Enrique realiza una parada que todo el mundo parece agradecer. Un breve tiempo muerto para hacer llamadas telefónicas, fumar un cigarro e intercambiar impresiones. Pero en el caso de Bunbury no hay descanso. Firma una guitarra que irá a parar a algún concurso, trabaja en el papeleo de la gira y comenta asuntos esenciales junto a Marisa, su tour manager, una cualificada profesional fundamental en el engranaje.
De vuelta a la sala nos esperaba ‘Alicia (Expulsada al país de las maravillas)’, en la nueva encarnación que ya exhibió en la gira anterior, con un guitarrero final que en realidad consiste en dos solos distintos –ejecutados por Mena y Suite– que se solapan. El cariño con el que los músicos tratan las canciones anteriores a “Hellville Deluxe” es destacable. No tocaron en ellas originalmente pera las miman y dan lo mejor de sí mismos para elevarlas a nuevos niveles. De hecho esta es probablemente la mejor versión de ‘Alicia’ que se haya realizado jamás. Exactamente lo mismo que ocurre con ‘La señorita hermafrodita’, siguiente en la involuntariamente caótica lista. ¿Qué añadir sobre este vibrante tex mex? El grupo la conoce al dedillo y fluye con facilidad. De hecho todo el ensayo está fluyendo con soltura, algo en lo que coincidirían Rebenaque y Bunbury al final del mismo.
‘Puta desagradecida’ sonó como una muralla de sonido, con nuevos coros por parte de Suite y Castellanos. Aunque aún debían perfeccionarlos encajaban muy bien en la canción y Enrique no puso objeción a que siguieran trabajando en ellos aunque dejó claro que si se hacían se hacían bien, sino mejor no hacerlos. Lo cierto es que Álvaro y Robert suponen un apoyo importante a nivel vocal (como ya hemos comentado, este último cada vez canta más), enriquecen las canciones.
‘Contar contigo’ también sonó como en Hellville Detour, con un aire swing que la aleja de la lentitud y oscuridad de la versión original perteneciente a “Flamingos”. La que sí dio algún problema fue ‘La chica triste que te hacía reír’. Y es que Enrique no conseguía el crescendo que deseaba para la canción, llegándose a repetir una misma estrofa dos veces para conseguir esa subida emocional que quería. Y la consiguió mediante un break por parte de Gacías que permitió que la canción ascendiera hasta donde Bunbury quería.
Cuando Enrique echó un vistazo al set list para localizar el próximo tema exclamó un “¡hombre!” que indicaba que se había encontrado con una vieja amiga. Y así era. El grupo comenzó a tocar una canción que sonaba conocida pero que no acababa de encuadrar en ningún disco de Bunbury. Evidentemente fue comenzar a cantar y darme cuenta de que se trataba de una versión revisada de ‘Tesoro’, el pequeño clásico de Héroes del Silencio que el maño no tocaba desde la gira de “Pequeño”. Esta vez la delicada canción se ha tornado en una tonada potente, de bajo sinuoso aunque con su melancólico espíritu intacto. Una gran sorpresa, desde luego. ‘Irremediablemente cotidiano’ trajo consigo uno de los mejores momentos cuando llegaba su parte final, Rebenaque, en pleno éxtasis, realizó un solo espectacular a toda velocidad ante las miradas y sonrisas gozosas de Bunbury y Suite, con este último literalmente alucinando con su compañero.
A estas alturas del ensayo, Bunbury ya baila al son de sus creaciones aunque con ‘Aunque no sea conmigo’ hasta cierto punto llega la tranquilidad, pues el bolero es intenso. Tan intenso como ‘Aquí’ que es enlazada con ‘El hijo del pueblo’, de José Alfredo Jiménez. No es ningún secreto que Enrique siente devoción por el autor mexicano, pero es que canta sus canciones con una convicción que debería hacer sentir orgulloso a su autor original. Tras ‘El porqué de tus silencios’ comenta a la banda que ‘De esclavitud y de cadenas’ ha sido desterrada del tour, por lo que no sonora en la gira. El ensayo llega a su final con otro clásico de Héroes, ‘La chispa adecuada’. Rebenaque propone una nueva forma de tocar la intro que a Enrique le parece perfecta. Otra gran versión.
Tras cuatro horas y un repertorio de tal calidad me pregunté que era lo que tenían preparado para inaugurar la gira. ¡Ninguna de las canciones tocadas esta tarde formaría parte del primer concierto en Texas! ¿Qué repertorio habría escogido Bunbury para la puesta de largo de su nuevo tour? Estaba claro que canciones como ‘Infinito’ no iban a faltar, pero una rápida ojeada a las hojas pegadas a la mesa de sonido me reveló unas cuantas sorpresas agradablemente explosivas. Tan sólo tenía que esperar al miércoles, día en que Enrique y la banda tocarían el repertorio del primer concierto americano completo y de corrido. La enorme cantidad de temas que manejan les permitirá variar el repertorio según lo deseen, cada concierto será único.
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Para leer la segunda parte de este reportaje junto a Bunbury, pincha aquí.