El glorioso renacer de Bob Dylan en los últimos años es, sencillamente, algo para ser analizado. Porque vale que todos estamos de acuerdo en la altura de sus últimos trabajos discográficos, pero puesta en marcha la maquinaria de las ediciones y las reediciones de productos paralelos lo más sorprendente es que todo funciona. Es como si tras una larga sequía hubiera ansiedad por conocer más de cerca a uno de los cantautores más esquivos e influyentes de la historia del rock.
Y ahí está, en la primera semana de su lanzamiento, la preciosa y muy cuidada edición en DVD del documental Don’t look back –dirigido por D.A. Pennebaker alrededor de la gira de Dylan en 1965 por Inglaterra; es una de las obras fundamentales del cine rock– se encarama al segundo puesto de la lista de DVDs más vendidos en España.
Puestos a extraer lecturas de esta noticia –y manteniendo la suficiente distancia que da el saber que estar hoy en el segundo puesto de ventas de DVDs tampoco es que suponga unas cifras de infarto: menos de mil copias. Dylan se ha quedado a 8 unidades de alcanzar el número uno–, añadamos que cuando un “producto” (utilicemos terminología comercial) se ofrece con inmejorable calidad y a un precio razonable, parece que el “consumidor” responde. Lo que viene a demostrar que el “cliente” siempre tiene razón y sabe por lo que está dispuesto a pagar. Más de uno debería comenzar a entenderlo de este modo.