Tras nueve años sin editar disco nuevo, la cantautora madrileña Merche Corisco ha regresado con Oasis, un trabajo estupendo –entre el rock y el pop– que debería ubicarla en un lugar propio en la música española. Entre los colaboradores de este álbum están nombres tan sólidos como Javier Ruibal, Quique González, Nacho Campillo, Diego García y Julián Kanevsky.
Texto: JUAN PUCHADES.
En 1996 nos sorprendió con un debut en el que se presentaba como una cantautora tan original como sensible e intensa, claramente educada en el rock y en el pop. Por entonces la mayor parte de las discográficas trataban de fichar a «nuevos cantautores», que era lo que estaba de moda, pero no a todos les acompañó la suerte comercial y Merche Corisco fue uno de ellos. En 2000 publicó un segundo trabajo, Dulce kaos… y llegó el silencio discográfico. Nueve años ha estado sin editar disco, hasta el reciente Oasis; un álbum autoeditado en el que Corisco ha cuidado hasta el mínimo detalle. Para los que la seguimos desde los comienzos de su carrera, es un placer saber de ella.
Has tardado nueve años en publicar un nuevo disco, ¿por qué un silencio tan prolongado?
En realidad, no ha sido silencio, porque todo este tiempo ha sido la época durante la que más he trabajado y cantado, pero discográficamente he tardado mi tiempo porque hubo un momento en el que la relación entre música e industria estaba comenzando a ser una relación extraña, como un polvo rápido, y yo me he dedicado a hacer el amor lentamente.
¿Qué pasó con Sony, que editó tus dos primeros discos?
Fue una etapa en la que aprendí un montón pero, realmente, la forma de trabajar de las multinacionales es un poco rara, porque no creían en una carrera a largo plazo, sino que creían en una canción, en un single, y cuando el segundo no entró en Los 40, ahí se acabó mi disco. Les propuse sacar otro single, grabar otro vídeo y la cosa fue que el director me dijo que no sabían hacerlo.
¿Que no sabían hacerlo?
Sí, que no sabían enfocarlo. Ellos comen de Ricky Martin y demás y Merche Corisco era como una colita de león.
¿Aquellos dos primeros discos fueron como tú querías que fueran? Porque siempre se habla de que las multinacionales manipulan mucho.
En realidad manipulan en todos los sentidos, pero musicalmente sí que hice lo que quise, porque son mis canciones, los músicos con los que grabé el segundo disco fueron con los que grabé el primero, y el tercero también ha sido con ellos. Poco a poco me he creado mi propio equipo, y de eso se trata, de tener una infraestructura que te apoye moralmente y que a la hora de trabajar tengas «feeling» con ellos, cosa que no había con Sony, ellos se dedicaron, no sé, a ver si sonaba la flauta.
¿Durante todos estos años has seguido escribiendo, tenías muchas canciones entre las que elegir a la hora de enfocar Oasis?
Claro, tengo Oasis y otro disco preparado, en serio. En realidad he estado buscando mi oasis, donde puedo ser yo y ser feliz con lo que hago y tiro «p’alante» conmigo misma, y ahí empezó todo, desde ahí se empezó a formar Oasis. Cuando estuve con Sony llegó un punto en el que casi componía para vender, porque te meten lo de «estribillo comercial, la canción tiene que durar tres minutos»… de todo eso ya me he olvidado. He hecho lo que me ha dado la gana y he hecho el disco que me ha salido de… de lo más profundo. No hay interferencias de ningún tipo.
Oasis tiene una producción muy elaborada, pero, sin embargo, los temas tienen tratamientos muy diferentes, es como si apuntaras en muchas direcciones, ¿es así?
Sí, y eso puede ser bueno o malo, realmente yo cojo mi guitarra y no me planteo voy hacer una canción pop o funk o rock, salen depende de cómo me encuentre y de cómo me sienta. «Caja de zapatos», por ejemplo, la escribí estando muy cabreada y salió muy dura. El productor se encargó de homogenieizar todas las canciones. Representan mi mundo, pero no salgo, de repente, haciendo salsa, todo está siempre bajo las guitarras y con esa producción un poco oscura, muy sofisticada. Este es un disco reflexivo y tenía que estar muy cuidado, hay mucho cariño en este disco porque lo he grabado con gente que ama la música y que han querido hacerme este disco por amor al arte. Porque es así, toda la gente que ha trabajado en el disco ha trabajado por amor al arte, el arte por el arte.
¿Quién es Malax, el productor?
Es el culpable de muchas cosas cosas. Malax es Jorge García, que empezó siendo mi batería y ha acabado siendo mi productor. Ha grabado baterías, guitarras, de todo, es muy polifacético. Lo elegí porque sé cómo curra y llevamos mucho tiempo juntos y me entiende muy bien, nos pelamos mucho, pero con él salen cosas buenas.
Y has estado implicada en la elaboración de los arreglos.
Muchos son míos, casi que se lo he dado bastante masticadito, que es también lo que diferencia a Oasis de los otros discos; en los que se grababa, venían músicos, no estaba todo tan premeditado y corrías el riesgo de que saliera lo que tú quisieras o lo que no habías pensado, pero, bueno, todo valía. Y en este disco, no, aquí todo tenía una dirección, Jorge ha llevado las riendas y yo lo he supervisado.
MADRID Y CÁDIZ
Creo que vives en Cádiz, ¿te ha influido a la hora de escribir temas con aires arábigos como «Caja de Zapatos», en el que incluso rapeas, y junto a Ruibal?
Claro, Javier Ruibal es uno de los cantautores de Cádiz que más me han impresionado. Aparte de que yo siempre escucho música de fuera, Javier Ruibal me rompió todos los esquemas, pude contar con él porque yo ya estaba como con un pie en Cádiz y otro en Madrid y realmente Cádiz me ha influido en todos los sentidos. ¡Andalucía me ha dado la vida! Salí de Madrid un poco escopetada. Oasis es un disco totalmente urbano, salió de la urbe, del ruido, de estar medio desquiciada. La ciudad es bastante dura y ese ritmo, uf, conociendo Cádiz, te dices «yo me quiero venir aquí a vivir».
Empiezas a tener acento andaluz.
[Risas] Bueno… me estoy comiendo las s, me estoy volviendo un poco comodona. En realidad llevo tres años allí, y en Cádiz ha nacido mi próximo disco que, ya verás, no tiene nada que ver. Pero Oasis sí que nació de lo más visceral de la urbe, nos dieron por todos lados y salí de allí después de haber terminado la carrera, hice mi disco y me fui para Cádiz. Ahí es donde he tocado más durante todo este tiempo. Aparte de que Cádiz te ofrece un montón de sitios para tocar, la música y el arte están a la orden del día, vas a comprar el pan y encuentras arte.
Estás muy enganchada con Cádiz.
Sí, pero si te digo la verdad, ahora estoy un poco de nómada. No sé qué va a ser de mí.
En el disco, además de Javier Ruibal, colaboran Quique González y Nacho Campillo, ¿Son amigos tuyos?
Sí, Quique y yo nos conocimos hace tiempo, en Madrid, y Nacho ha sido uno de los aliados «number one» para este disco, porque nos ha dejado grabar en su estudio, además colaboré en su disco Cómo pica el sol. Son como mis héroes, gente que lleva un montón de años y el tiempo no pasa por ellos. Es gente que siempre da lo mejor y siguen tan auténticos como siempre, no se dejan influenciar por los ires y venires de la comercialidad, sino que apuestan por algo auténtico y por eso los admiro. A Javier Ruibal cuando le dije que rapeara conmigo se quedó un poco así, y me dijo, «bueno, depende de lo que digas».
Y rapea, has conseguido que escuchemos a Ruibal rapeando, que tiene mérito.
Sí, rapea [risas].
Entre los músicos que tocan en el disco están dos de los guitarristas actuales de Calamaro, Diego García y Julián Kanevsky. ¿Cómo fue eso?
Porque los conozo desde hace un montón de años, curro con ellos desde hace bastante tiempo. A Diego lo conocí siendo un chavalín y ahora… ¡mírale! Son dos guitarristas impecables y no me extraña que estén tocando con Calamaro.
Llevas más de diez años en esto.
Sí, bastantes más, ¡soy muy mayor ya! [risas]. Llevo desde el 96, pero ahora estoy con más fuerza que nunca,
Tú apareciste cuando aquella hornada, de mediados de los años 90, de los nuevos cantautores, pero casi es como si empezaras de nuevo.
Sí, pero con mucha más sabiduría, más experiencia. Para mí es empezar de nuevo porque me ilusiono con las cosas como si fuera la primera vez. Lo mismo me pasa con todo. Intento hacerlo lo mejor posible y cada pasito que damos sabemos que tenemos que darlo a conciencia porque hay que cuidarlo todo mucho.
Antes decías que Oasis es un disco muy urbano, que el próximo, escrito en Cádiz, está en otra onda, pero, ¿dónde y cómo sueles componer las canciones?
Mi cuaderno siempre va conmigo y compongo andando, en casa, en el metro, siempre estoy componiendo, aunque me veas que no estoy haciendo nada, estoy pensando en una canción. Pero, realmente, donde cojo la guitarra y me pongo es en mi casa, en mi espacio, en un sitio donde sepa que voy a estar tranquila. Aunque algunas canciones surgen con amigos o, de repente, se graban en jam sessions, pueden surgir en cualquier lado.
Por cierto, hay que tirarte de las orejas por no haber incluido las letras en el disco.
¡Ahí, ahí, ahora os lo tenéis que currar!
Has estado tocando en Suecia y creo que ahora vuelves. ¿Cómo ha surgido?
Estuve en febrero, porque hay un sueco que se enamoró de mi música. Un sueco que me cayó del cielo, se llama Lars Joseph y, nada, me fui para allá a tocar, y vuelvo a ir.
¿Y qué tal la experiencia?
Fenomenal, brutal. La gente encantada, yo pensaba que no me iban a entender, que se iban a perder las letras, que para mí son muy importantes, que me las curro mucho, y allí lo que importaba era la música y la música como lenguaje universal está comprobado que lo entiende todo el mundo, y los sentimientos también.
¿Los nuevos directos españoles para presentar el disco van a ser en acústico o con banda?
La mayoría los haré con banda, pero si es algo promocional, en el que no vamos a oler ni un duro, iré a trío y con programaciones. De todos modos, la mayoría de conciertos los hago yo sola, pero aprovecharé y me iré con mi banda que tiene mucha más fuerza.
Si quieres escuchar a Merche Corisco, visita su Myspace.
Estas son las fechas de los próximos conciertos de Merche Corisco:
22-V Ceuta. La Sala.
26-V Madrid. Caracol.
28-V Cádiz. Festival de cine africano Tarifa.