La Música de El Mundano: El signo de los tiempos

Autor:

Una sección de ADRIAN VOGEL.


Asumo gustoso el riesgo de caer en lo obvio, pero es que me asombra la vigencia de la música de los 60 y los 70. La semana pasada en casa de una amiga volví a confirmarlo. Su hijo de apenas 20 años estaba como una moto porque iba a volver a ver a Dylan en concierto (actuaba en París el mismo día que llegamos).

La música que escucha es un mix que va desde la Motown, la Creedence, Beatles, Kinks, Stones hasta el hip hop pasando por Tom Waits, Springsteen o J.J. Cale. Igual que sus amigos. Pero está volcado en descubrir los sonidos del pasado. Algo parecido pasaba con los rockeros británicos de principios de los 60 y por extensión los demás seguíamos los pasos. Con una sutil diferencia: por nuestra parte apenas nos remontábamos diez años (los inicios del rock & roll) y los más atrevidos se atrevían con los bluesmen de décadas anteriores. En el caso particular que me ocupa los jóvenes de hoy se remontan medio siglo por regla general y los más exigentes llegan aun más lejos, hasta el blues.

La llegada de Obama a la Presidencia de los Estados Unidos es un signo de los tiempos y un poderoso símbolo para la superación de las barreras raciales, no sólo en su país. Los que llevamos tiempo en el apasionante mundo de la música vemos estos hechos como algo natural. Salvo una minoría recalcitrante de “rednecks”, ligados al country, la historia del blues, el jazz, el pop y el rock está repleta de una sana mezcla de razas. Pero hay algo más: la influencia. Cruza todas las fronteras, sean raciales, ideológicas o estilísticas. Es está polinización la que posibilitó el nacimiento del rock&roll.

“La primera vez que oí a Chuck Berry me dije a mí mismo: aquí hay un negro que conoce la música country” declaraba Carl Perkins, creador del inmortal “Blue suede shoes, al referirse al primer disco del genio descubierto por Muddy Waters para Chess Records. Se trataba de “Maybellene”, una adaptación de un viejo tema de “country & western” de Bob Wills.

Otra cosa es el público en general. Y ahí es donde la aparición de Obama juega un rol decisivo. Es imposible que hoy en día ocurran las vejaciones y humillaciones que sufría Jamie Shoop a principios de los 80, en el sur de USA, cuando ejercía de road manager para Prince y The Time. Jamie, una rubia espectacular, a quien conocí cuando ya no era la asistente personal de Prince y trabajaba con Philip Bailey (ex cantante de Earth, Wind & Fire), quien esos días promovía su dueto con Phil Collins “Easy Lover”. Además la Shoop andaba montando el show de Hall & Oates con The Temptations en el Apollo (Harlem, Nueva York).

Ahí lo tenéis, justo en el párrafo anterior, el ejemplo más obvio de la superación de razas entre músicos y profesionales del show business: Jamie Shoop, Prince, Hall & Oates, Temptations, Bailey y Collins. Precisamente este último recuperó una vieja tradición rockera, la de versionar los éxitos de la Motown. Lo hizo con el “You can’t hurry love” de las Supremes. Posteriormente lo haría Bruce Springsteen con “War” (una composición de Norman Whitfield para Edwin Starr).

En los 60 era frecuente que los rockeros blancos versionasen hits negros, especialmente de la Motown. Y viceversa. Los ejemplos mas claros y conocidos son los de Vanilla Fudge y su recreación del “You keep me hangin’ on” de las Supremes. En esta banda psicodélica estaban Tim Bogert (bajo) y Carmine Apice (batería). Luego montaron Cactus con Jeff Beck y su cantante del Jeff Beck Group, Rod Stewart. Pero la formación con los británicos no se materializó. Un accidente de coche de Beck, que le tuvo un año fuera de circulación, provocó la incorporación de Stewart a los Faces de los dos Ronnies, Lane y Wood. Posteriormente formarían Beck, Bogert & Apice… Rod Stewart también la grabó en 1977 para su Foot loose & fancy free. The Nice (la banda de Keith Emerson de finales de los 60) la interpretaban en directo, en la onda de Vanilla Fudge. Grandes cantantes del Reino Unido también se atrevieron: Dusty Springfield, Elkie Brooks o Kim Wilde (fue nº 1 en 1987). La vuelta de Madness (2005) fue con “You keep me hangin’ on”, que también grabaron artistas tan dispares como Melanie (quien asimismo cantó “You can’t hurry love”), Tim Buckley (1968) o Mina (1980).

Todos los datos de las versiones anteriores son fruto de una conversación con mi joven amigo, y planteamos este pequeño juego de trivial. Donde no podían faltar ni la Creedence Clearwater Revival ni Ike & Tina Turner.

El “Proud Mary” de CCR tomó otra dimensión al pasar por la turbina de Ike & Tina Turner en 1968, quienes venían de grabar esa monstruosidad producida por Phil Spector “River deep – Mountain high” (la cual inicialmente no funcionó). Deep Purple la eligieron dos años después para cerrar su segundo álbum The book of Taliesyn y duraba diez minutos. Para entonces la composición de Jeff Barry, Ellie Greenwich y Phil Spector ya había remontado el vuelo con los Turner. Hacia el final de la década de los 60 el repertorio del dúo estaba cada vez más orientado hacia el rock, quizás recordando los orígenes de Ike, con éxitos como el “Come together” de los Beatles y el “Honky tonk woman” de los Rolling Stones.

Los Creedence por su parte se atrevieron con otro clásico de Motown, el “I heard it through the grapevine” de Marvin Gaye (el “True” de Spandau Ballet es un homenaje a él y a Motown). Anteriormente tanto los Stones como Rod Stewart habían grabados temas de Gaye. Y posteriormente James Taylor, The Strokes, Amy Winehouse, Kate Bush, Soul Asylum, Ben Harper, Neil Finn, Cyndi Lauper, Michael McDonald son algunos de los artistas blancos que se atrevieron con su repertorio.

A Smokey Robinson lo dejo para otro día. Otro crack de la factoría Motown. Los Beatles grabaron su «You’ve really got a hold on me» en 1963 y Bob Dylan dijo de él en los 60 que era “el poeta vivo más importante de Estados Unidos”.

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