Pistones
«El pistolero» / «Metadona»
MR/ARIOLA, 1983
Texto: JUAN PUCHADES.
Surgidos en 1980, a los Pistones hay que incluirlos, por tiempo y estética, en la Nueva Ola, aunque, en realidad, comenzaron a grabar en los últimos coletazos de ésta, en 1982. Y hay que reconocer que fueron de los mejores abanderados del movimiento y que en sus primeros plásticos estuvieron sembrados. Sí, porque su capacidad para entregar fogosos himnos pop parecía inagotable: «Las siete menos cuarto», «Los Ramones», «Vuelve pronto», «Te brillan los ojos», «Voces», y, claro, «El pistolero», incluida en Persecución, su primer LP. Una canción formidable en la que colaboró, en composición y guitarra, el productor del disco, el por entonces ex Tequila y muerto viviente para los protagonistas de La Movida Ariel Rot. Pero Rot no estaba muerto –quizás tomando cañas– y con los Pistones, con los que se entendió perfectamente, colaboró estrechamente, aportando excelentes ideas durante un par discos (incluso en algunos directos, con su socio Julián Infante de compañero, incorporado al grupo en el segundo LP, Canciones de lustre).
De ese portentoso primer LP –de los más solventes y recomendables de la época– salió este «El Pistolero» que ahora recordamos pero no en la versión del LP sino en la del maxi, mucho más difícil de localizar en la actualidad. Más larga que aquella, alcanza los siete minutos entre extensos desarrollos instrumentales, se supone, estaba pensada para sonar bailongamente en discotecas. Entre unas cajas de ritmo machaconas marcando el ritmo –influido por los Clash, referencia ineludible en los primeros años 80–, destaca la afilada, al tiempo que vaporosa, guitarra que apoya a Chirinos cuando entona aquello de «yo sé que esta vez sin duda él viene a por mí. Algo tendré que hacer, sí. Acabaré con él». Una de esas canciones que de tan redondas merecen un diez y que avanza, de algún modo, la escuela western que mantendrá ocupada la creatividad de otras formaciones posteriores.
El maxi se completaba con «Metadona» (en la misma versión que traía el LP), más power pop que «El pistolero» pero con otra melodía de aquellas geniales que firmaba Ricardo Chirinos. Esta vez la letra es mucho más dura: alrededor de la metadona, la sustancia empleada para desengancharse de la heroína. ¿Con ese dato, hace falta explicar ese «No sé cómo voy a escapar» que se repite en el estribillo?
Qué grandes fueron los Pistones. A ver si con tanto regreso ochentero Chirinos, Ambite y compañía se animan a colgarse los instrumentos de nuevo. En toco caso, esta sección, muy probablemente, volverá a traerlos en cualquier momento.