Rockola, Discos. 12 de septiembre de 2008

Autor:

Calexico
Carried to dust

CITY SLANG/NUEVOS MEDIOS

La portada de esta sexta entrega de Calexico refleja certeramente su contenido, pues un coche y una carretera por delante –en su defecto vale una habitación a media luz– pueden ser perfectos aliados de esta brillante colección de canciones –a situar entre la mejor producción del grupo– en la que predominan los medios tiempos, a ratos soleados por pinceladas latinas, próximas en ocasiones a los sonidos propios del spagueti western, con sus soluciones vaporosas, sus guitarras planeadores, sus trompetas en sordina y ese permanente aire de carretera, polvo y vida en la frontera. Pero es que el grupo de Arizona capitaneado por Joey Burns y John Convertino es de los que gusta de cruzar fronteras culturales y desde los sonidos propios de las raíces norteamericanas, nunca han dudado en beber de otras fuentes.
Esta suerte de pop refinado, colorista y atmósferico –en el que no se privan de incorporar arreglos de cuerda y metales–, que firman en Carried to dust, incluye algunas canciones imprescindibles: «Victor Jara’s hands» (con Jairo Zavala, de Depedro, como invitado vocal), «The news about William», «Man made lake», «House of Valaparaíso» (con Sam Beam, de Iron & Wine) «Inspiración» (con Amparo «Amparanoia» Sánchez), «Fractured air (Tornado watch)» y ese magnífico instrumental llamado «El gatillo (Trigger revisited)».
Un álbum cautivador, que va ganando en cada nueva escucha gracias a su amplia paleta cromática, repleta de matices y buen gusto.
JUAN PUCHADES.

Abraham Boba
Abraham Boba

LIMBO STARR

Más vale tarde que nunca. Tras cierto tiempo después de su edición, el primer largo de Abraham Boba –álter ego de David Cobas– llega a las páginas digitales de EFE EME. Sí, el disco se editó el pasado 2007, pero era preciso rescatarlo. ¿Por qué? Por su calidad y, ante todo, por sus canciones. Aquí hay canciones, damas y caballeros, joyas que destacan por sí solas en el panorama, que las sacas a pasear y lucen, lucen mucho. Aunque quizá no habría que hablar de paseos, sino más bien de recogimientos. Abraham Boba se presenta en sociedad como un tipo de talento, capaz de articular sentimientos con una cercanía y estilo encomiables. Es introspectivo, surrealista en ocasiones, canciones de piso, de apartamento, de vistas solitarias a la calle, canciones de balcón y café en mano.
Su estilo entronca directamente con el Nick Cave tardío, el de discos redondos como The boatman’s call o No more shall we part, una buena influencia, marcada, clara pero bien diluida. Boba tiene personalidad al margen de sus gustos, por mucho que haya escuchado al australiano de las antípodas. El trío de ases formado por la romántica “Fuga de Alcatraz”, la afrancesada “Tirada nacional” y la sublime y delirante “Las hermanas Sánchez” abren fuego cimentando las bases sobre las que discurrirá el trabajo: baladas envueltas por piano, bajo y batería, letras románticas aunque ácidas, irónicas por momentos e instrumentos invitados a complementar y redondear cada una de las piezas. Hazte con él ya.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

Pleasant Dreams
Podría ser hoy

GREEN UFOS

Hay que felicitar a los sevillanos Green Ufos por iniciar ediciones de grupos españoles y por escoger para presentar esta línea a Pleasant Dreams. Seis años ha que estos levantinos representaban, para los gourmets del género, la gran esperanza del pop de guitarras en castellano con maquetas esculpidas de precisión emocional y esbeltez de fondos y formas. Se han dejado en ellas alguna canción arrebatadora, pero han completado el haber con una visión, quizás, más actual de su música.
Quiere decir esto que el sexteto sigue empeñado en atacar sus arreglos con multitud de instrumentos desacostumbrados –ukelele o metalófono– pero que le dan una pintura de referentes contemporáneos: algo de Beulah o de Belle & Sebastián, retazos del nuevo folk americano de Sufjan Stevens o Clem Snide. Son detalles menores, al fin y al cabo, que no hacen más que potenciar la fuerza sensitiva de canciones tan perfectas como “El último verano que pasamos juntos”, en la que cualquier segundo escogido al azar conjuga una serie de impresiones anudadas por un violín estremecedor. Adolescencia revisitada, capsulas de felicidad, pureza en la expresión de la rutina amorosa. Están tan febrilmente cercanos a Los Modelos, a los que seguramente ni conocen, que uno se siente afortunado de escuchar esto casi treinta años después.
Es un disco hecho de susurros naturales antes que de algo parecido a hits. Rasgueos al azar de guitarras como en el Donosti Sound, trompetas desganadas a lo Tindersticks, los mismos propósitos que el efímero tristipop. La grácil conjunción entre ensoñaciones y definición melódica como en “Noche de fiesta”, en la que colabora Bea, de Nosoträsh. No hay más, en conjunto, que lo sentimental primigenio, ese que después de tantos años nos sigue educando en la hondura y el detalle.
CÉSAR PRIETO.

The Long Blondes
Couples

ROUGH TRADE/SINNAMON

Después de su arrebatador debut hace año y medio, uno esperaba con prevención extrema el segundo disco de los de Sheffield. Una difícil reválida en que podían haber perdido la frescura o anunciar que mantendrían una carrera digna. Y bien, las dos cosas las han conseguido.
Couples es un disco menos directo y excitante, que pasa de la producción a lo 78 del debut, Someone to drive you home, a una producción a lo 82. Quizás el mismo espíritu, pero en vez de guitarrazos, bases electrónicas y sintetizador. Menos rabia y más precisión en las canciones. Ejemplo destacado es la que da título al disco, sofisticada y perversa, la rara conjunción de esos años que, como ellos ahora, habían perdido fuerza y habían ganado brillo.
Quizás desluzca un poco el remedo de una vanguardia mal entendida y que ya no tiene mucho sentido. O canciones correctas, como “Nostalgia”, que no deja de ser un baladón con todos los trucos del género, hasta en la preciosa voz de Kate Jackson. Como compensación, se arrojan perlas del tamaño de “Round the harpin”, con esas voces en segundo plano como Visage; esquelética y holgada. O “Too clever by half”, que está pidiendo a gritos la voz de Donna Summer y la sonoridad de una disco.
Y sobre todo, dejan para el final la demostración de su valía más directa, más clara y más perfecta, “I’m going to hell”. Tan despampanante que nos conserva las esperanzas para el tercer disco.
CÉSAR PRIETO.

Fapardokly
Fapardokly
HMS Bounty
Things
GUERSSEN

Doble recuperación en vinilo de dos de las rodajas sonoras del músico californiano Merrell Frankhauser (no, el nombre no es inventado) por parte de Guerssen Records. La primera de ellas es el disco de Fapardokly, un grupo que nunca existió. Nos explicamos. A principios de los sesenta Frankhauser lideraba una banda llama Merrell and the Exiles, que grabaron un puñado de canciones influencias por la British Invasión y el folk-rock de The Byrds. Las grabaciones se quedaron olvidadas en el estudio hasta que su propietario decidió juntarlas en un LP. Frankhauser cabalgaba hacia otras aventuras sonoras, los Exiles habían quedado atrás y cuando le preguntaron cuál era el nombre actual del grupo contestó que Fapardokly, un acrónimo de los apellidos de los músicos que lo integraban. Al tratarse de canciones grabadas en diferentes periodos, no hay un hilo conductor claro entre todos los temas aunque sí se puede olfatear el rastro de los  Zombies o los ya mencionados Byrds, en la época de 5th dimension con sus armonías, guitarras de doce cuerdas y unas letras algo triposas. “Lila”, “Sorry for yourself”, “Tomorrows girl” y “Super Market” son las composiciones más destacadas de esta hasta ahora joya semioculta de los sesenta.
HMS Bounty era el proyecto en el que andaba metido Frankhauser cuando se editó Fapardokly. Things sigue la estela del folk rock pero, al  igual que hicieran los Byrds, Franhauser experimentó con el country (“Your painted lives”) al tiempo que coquetaba con el flower-power y las influencias hindúes (“A visit with Ashya”) y avanzaba a hacia territorios más psicodélicos (Drivin’ sideways”, “In a minute not too son”). El disco entró en el Top-100 pero HMS Bounty no podía competir con otras bandas de características similares (Buffalo Springfield, Moby Grape o los propios Byrds) no tuvo continuidad y Frankhauser fundó Mu, una formación de onda más progresiva. Hoy Frankhauser es una estrella de la televisión en California y ha prometido a los responsables de Guerssen que aparecerá en su programa con los dos LPs en la mano. Será una gran promoción, sin duda.
ÀLEX ORÓ.