Pero… ¡En qué país vivimos!, de Agustín Sánchez Vidal

Autor:

LIBROS

«Quien asista a este repaso va a comprender mucho mejor la cultura popular del siglo XX»

 

Agustín Sánchez Vidal
Pero… ¡En qué país vivimos!
ESPASA, 2024

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

El cine y lo popular. Este es el asunto que aborda el copioso ensayo de Agustín Sánchez Vidal, catedrático de la universidad de Zaragoza —primero de Literatura Española y después de Historia del Cine— y con más de sesenta obras en su haber, muchas de ellas escritas desde estas mismas perspectivas. Sin embargo, no hay nada académico en él, es un recorrido ameno y entretenido por diversos aspectos del imaginario colectivo del siglo XX en que los datos eruditos, cuando aparecen, se usan solo para argumentar. Va más allá el volumen, pues, del cine y de la cultura, más bien es una degustación de ciertos momentos representativos de la andadura de nuestros referentes como país, un compendio de nuestra cultura popular.

Más o menos, sigue una andadura cronológica que parte de una premisa: la mala relación que tenemos los españoles con nuestro cine y lo que nos gusta rechazar la españolada. Este capítulo inicial enfoca, por ejemplo, la traslación al cine de esas pinturas negras de Gutiérrez Solana y el sainete como modelo teatral del que parte mucho de nuestro cine hasta llegar a Almodóvar, por ejemplo. Pasa después por revistas como La Codorniz, por Filmófono, el primer grupo multimedia español, donde trabajó Buñuel, y por los bares americanos. Aunque parezca que nada tiene relación, todo está ligado por hilos secretos. Así puede pasar de los beatos medievales a la editorial Bruguera y El Ministerio del Tiempo. O conectar películas misteriosas, como Rojo y negro, con Canciones para después de una guerra y sus vicisitudes. O pasar de Gilda a Torrente, el Lazarillo, la revista Pulgarcito y los bolígrafos BIC en ágil salto y en una línea que, a posteriori, parece lo más lógico del mundo.

Y después de haber mencionado en numerosas ocasiones la copla, llega el turno del rock and roll. Aquí las conexiones ya son extremas, con los maquis, con gentes cercanas a Franco y con la película Viridiana que concluye con un rockabilly que era casi inédito. Incluso desvela de donde lo sacó Buñuel, al mismo tiempo que rescata fragmentos de música juvenil en películas que no son estrictamente musicales. Y aquí ya se sitúa en los años sesenta con chicas yeyé y rumba catalana, el arte pop y una comparación que desarrolla con pasión y convencimiento entre la serie Curro Jiménez y el cine quinqui, coincidentes en fechas.

Al acabar la lectura, uno siente que ha navegado por un océano de referencias, todas interesantes. Que, sin sentirlo, el viaje ha sido productivo, lleno de paisajes curiosos, interesantes, inesperados. Que ha pasado por películas extrañas de los años veinte como por mundos de cómic, americanos en España y la última producción independiente. Quien asista a este repaso va a comprender mucho mejor la cultura popular del siglo XX. Que no lo dude.

Anterior crítica de libro: ¡Lo tengo en vinilo!, de Óscar Avendaño.

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