Live at Orangefield, de Van Morrison

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DISCOS

«El sonido, como era previsible para quienes lo hayan visto en alguna ocasión en vivo, es excelente»

 

Van Morrison
Live at Orangefield
EXILE PRODCUTIONS, 2024

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

A diferencia de otros compañeros de generación —Bob Dylan, Neil Young—, a Van Morrison no le dado por exprimir su fondo de catálogo. Tampoco tiene tantos discos en directo, aunque los que incluye su discografía merecen la pena, con especial mención para It’s too late to stop now, Live at the Grand Opera House Belfast, A night in San Francisco o Astral weeks live at the Hollywood Bowl. Desde luego, difícil para él —o para cualquiera— editar algo a esa altura.

Y, sin embargo, Live at Orangefield, con esa portada homenaje al School’s out de Alice Cooper, funciona estupendamente. Tal vez haya pesado en ello que Morrison regresaba, 55 años después, en 2014, para dar tres conciertos en el escenario de su escuela de Belfast, donde ya a los 14 años había actuado con su primera banda de skiffle. Puede que también haya ayudado el listado de los temas seleccionados, con algunos que no suelen aparecer en sus conciertos.

El sonido, como era previsible para quienes lo hayan visto en alguna ocasión en vivo, es excelente. Y, por supuesto, Van cuenta a su alrededor con excelentes músicos, como siempre, con una banda engrasada, una sección de vientos muy bien aprovechada y unos coros que le dan el empaque idóneo. Además, en esta ocasión, parece que los asistentes a esos conciertos se encontraron al Morrison apasionado, lejos del funcionario que solventa solo bien la papeleta o del enfurruñado que está esperando a coger al avión para volver a dormir a su casa en Irlanda.

Los trece primeros cortes valen de por sí la pena, pero al final aparece lo mejor, con tres canciones nada habituales. La imponente “On Hyndford street” la anuncia como un poema, pero se trata más bien de una serie de recuerdos del barrio donde creció, con calles, esquinas y hasta el lugar donde cogió el autobús hasta el mar para tomar un helado, más referencias a la música de su juventud (jazz, blues, soul) y al escritor Jack Kerouac, todo lo que para él representa lo que llama «Los días anteriores alrock’n’roll». Y, a continuación, versiones más que inspiradas de “Ballerina” e “In the garden”, con los metales en su justo lugar.

Anterior crítica de discos: La vuelta, de Naked Family.

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