«Fue su disco bisagra, el que marcó la transición a The Beatles de estudio, los exploradores transgresores y experimentales»
El siempre recordado guitarrista de Los Piratas, hace tiempo ya que camina por su cuenta, y lo último que ha publicado es un proyecto multidisciplinar muy especial llamado En blanco. Se trata de un trabajo basado en la obra Blanco del poeta y ensayista Octavio Paz, y una de las partes esenciales del mismo es un disco propio de once canciones con el que el músico gallego resignifica a través de la música este fragmento de la herencia del Premio Nobel de Literatura. Recién llegado de Ciudad de México, donde ha realizado una charla con periodistas y un showcase presentando el proyecto en la casa/museo de Octavio Paz, Fon Román viene a hablarnos del disco que cambió su vida, que no es ni más ni menos que el sexto álbum de los Beatles, Rubber soul.
The Beatles
Rubber soul
PARLOPHONE, 1965
Texto: FON ROMÁN / EFE EME.
«Es difícil elegir un solo disco, pero si tuviera que decidirme por uno, sin duda, sería uno de The Beatles. No lo compré yo, estaba en casa de mis padres. Mi padre tenía una colección de vinilos de ellos que, hasta ese momento, habían pasado desapercibidos para mí. Sin embargo, una noche, al regresar de una cena, mi padre, con unos vinos de más, nos hizo escuchar “Here comes the sun” a todo volumen, y algo hizo clic en mí.
Sentí una emoción que nunca había experimentado, una sensación que se instaló en el contenedor de “Los instantes que dejan huella”. Hasta ese momento, no había escuchado una canción que me emocionara tanto. Tenía unos 11 años y, desde ese momento, la música se convirtió en algo diferente para mí; ese flechazo fue el desencadenante que hizo que empezara a componer canciones pocos años después. Aunque “Here comes the sun” pertenece a Abbey Road, esa fue mi puerta de entrada a The Beatles. Luego, comencé a explorar toda su discografía y el primer disco que me atrapó fue este Rubber soul.
Ya desde la portada con esas caras estiradas, esos cortes de pelo tan innovadores y la tipografía del título, me causaron una gran impresión. En lo musical, siempre fui de repetir las canciones que más me transmiten una y otra vez, como si quisiera prolongar la emoción de la primera escucha más allá de los dos o tres minutos que dura cada tema.
Hay canciones de ese disco que ya no pertenecían a un microsurco, sino a un macrosurco, de tanto que las escuché. Diría que la que más fue “Nowhere man”. El ensamble vocal de esa canción, y en general las voces del disco, aún hoy me parecen sublimes e irrepetibles. Otras que destacan son “Michelle” y “Drive my car”, dos composiciones increíbles de Paul, quien empezó a abrir su vía compositiva hacia otros territorios, como ya había mostrado en “Yesterday”. En el caso de “Michelle», por las armonías más ricas y complejas, y en el caso de la segunda, por su parte más canalla y eléctrica que culminaría con la canción “Helter skelter”, perteneciente al disco blanco, y que está considerada la primera canción de hard rock de la historia.
También destacan para mí “Girl” e “In my life”, y la mencionada “Nowhere man”, todas compuestas por John Lennon, con su voz sedosa, a quién considero el mejor letrista de la banda y el más profundo e innovador.
Tomé consciencia de la dimensión de Lennon un día, no hace mucho, en casa de un beatlemaníaco aún más apasionado que yo, que tiene una colección de vinilos espectacular, incluyendo toda la discografía del grupo y los discos en solitario de cada uno de los miembros. Hicimos una maratón desde la mañana hasta la noche escuchando toda la discografía en solitario de todos ellos e hicimos una comparativa, tanto compositiva como de letras y sonido y, sinceramente, John Lennon ganó por goleada. Supongo que habrá muchas personas que no estén de acuerdo conmigo, pero desde mi punto de vista la ruptura de The Beatles, compositivamente hablando, a quién peor le sentó fue a Paul. Para mí nunca se acercó en su carrera en solitario, ni con The Wings, al nivel creativo que tuvo en el grupo.
A medida que me fui adentrando más en The Beatles y conociendo su trayectoria e historia, me di cuenta de que Rubber soul fue su disco bisagra, el que marcó la transición a The Beatles de estudio, los exploradores transgresores y experimentales. Es increíble la transformación del grupo de un disco a otro, pero el primer gran cambio se dio justo en Rubber soul, después de Beatles for Sale y Help!
Rubber soul no solo marcó una evolución musical, sino también cultural. Los Beatles pasaron de ser ídolos juveniles a artistas, explorando temas más profundos y complejos en sus letras y sonidos. Este álbum abrió el camino a trabajos más retorcidos y revolucionarios como Revolver y Sgt. Pepper’s lonely hearts club band.
Aunque Rubber soul fue mi primer amor, si tuviera que quedarme con un solo disco dudaría entre Revolver o el Álbum blanco. Revolver es una obra maestra de experimentación y creatividad, con canciones como “Eleanor Rigby” y “Tomorrow never knows” que rompieron todos los moldes. El Álbum blanco, por otro lado, es una colección ecléctica que captura la diversidad compositiva y también muestra el momento caótico que atravesaban.
Todos los discos de The Beatles son una fuente infinita de inspiración para mí. Recurro a ellos constantemente, tanto por las composiciones como por la parte técnica, en cuanto a la forma de grabación que ellos impulsaron. La innovación en cuanto a grabación y producción, mucho que ver en esto George Martin y los ingenieros de Abbey Road, estableció nuevos estándares en la industria musical y sigue siendo una referencia para músicos y productores de todo el mundo. Recomiendo a colación un libro que se titula El sonido de los Beatles, escrito por el ingeniero Geoff Emerick, que detalla, entre otras cosas, toda esa parte técnica y experimental de las grabaciones más destacadas del grupo».
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