DISCOS
«Tienen canciones como soles y este directo es un carrusel de hits y de gemas desenterradas»
Blur
Live at Wembley Stadium
PARLOPHONE, 2024
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Cuando les pregunté a Damon Albarn y a Graham Coxon —fue hace poco más de un año— si alguna vez imaginaron que llenarían Wembley dos noches seguidas, me contestaron lo habitual en estas ocasiones: que cuando eran jóvenes apenas podían imaginarse a sí mismos a los cincuenta y tantos. Era como ciencia ficción. ¿A quién no le ocurre a esa edad? Que no deseaban verse convertidos en los Simple Minds.
Seguramente tampoco imaginaron que algún día tocarían en Coachella ante la indiferencia generalizada del personal, pero esa es otra historia. O no, porque el estadio londinense encarna su zona de confort. Sin restarle méritos al hecho de agotar su papel en cuestión de horas, ni mucho menos. En cualquier caso, nunca han sido Blur una gran banda de directo. Como tampoco lo fueron nunca Oasis, aunque todavía haya quien suspire por su vuelta a los escenarios. O al menos no son de esa clase de músicos que redimensionan o enriquecen sus canciones sobre un escenario. Tampoco las suelen destrozar, aunque alguna vez lo hayan hecho.
Lo que sí que tienen son canciones como soles, y este directo, que se parece muchísimo al último que servidor pudo verles (Primavera Sound 2023, solo unas semanas antes), es un carrusel de hits y de gemas desenterradas (cómo se agradecen “Villa Rosie”, “Oily water” o “For tomorrow”, todas de aquel notable Modern life in rubbish —1993— que ellos mismos están reivindicando últimamente), aunque peque de redundante en una discografía que ya contaba con hasta cuatro discos en directo anteriores, con un repertorio bastante similar porque solo han publicado dos discos en los últimos veinte años.
Hay algo más de templanza en la forma en la que acometen clásicos de Parklife (1994) o The great escape (1995), un ímpetu ya algo atenuado, porque los años no pasan en balde, y tampoco les sienta del todo mal esa lectura algo más mediada por la experiencia: al fin y al cabo, no han envejecido mal —The ballad of Darren, del año pasado, es un muy buen disco— , pero lo cierto es que este directo doble de treinta canciones, grabado durante las noches del 8 y 9 de julio del 2023, no deja de ser un artefacto solo recomendable para fans muy fans.
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Anterior crítica de discos: Futuro interior, de Ángel Petisme.