DISCOS
«Él cree que es lo mejor que ha hecho, y si realmente no lo es, poco le falta. Pura vitamina pop»
Colman Gota
Don’t stop playing guitar
RECORDS DK, 2024
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Quizá si cantara en castellano se le haría algo más de caso. También si se prodigara algo más en directo. Sus canciones lo merecen. Se da por hecho que el nombre de Colman Gota debe ser de dominio común entre la parroquia power popera española, pero sus canciones son tan radiantes que deberían trascender (con mucho) esas mil y pico reproducciones que luce “Big in Taiwan”, corte de apertura de este sexto álbum a su nombre, tras la travesía que protagonizó al frente de Insanity Wave durante los años noventa y principios de los 2000, en algunos de sus mejores momentos con la producción del norteamericano Mitch Easter (R.E.M., Velvet Crush, Pavement), al igual que en algunos de sus pasos en solitario. Es comenzar a rodar su minutaje y acordarse uno del “What I like about you” de The Romantics, hasta que su estribillo estalla.
Hasta ahora solía publicar un álbum cada dos o tres años, pero quizá como el último fue ya hace cinco, justo antes de la pandemia, ahora ha decidido entregar diecisiete de una tacada, como si se tratara de un álbum doble. Son cincuenta y cuatro minutos durante los que el nivel cualitativo apenas se resiente, aunque ya no tenga un productor de relumbrón para lucir en sus créditos. Se agradece que “Paint it white” y “Two chords on a lie” exhiban una trompeta y embellezcan ese sota, caballo y rey que en el caso del músico madrileño siempre muestra un aplicadísimo conocimiento de todos sus palos, del frenesí al medio tiempo, del sombreado al colorido, de lo radiante a lo taciturno. Él cree que es lo mejor que ha hecho, y si realmente no lo es, poco le falta. Pura vitamina pop, en cualquier caso. Para atizársela en vena o por cualquier otra vía posible o recomendable. Una vez más.
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