«Yo no voy a girar mucho más, pero tengo una energía de la hostia y quiero ponerla al servicio de la causa (Fundación Miguel Ríos), hasta ver si la semilla germina»
Del 6 al 8 de junio la ciudad de la Alhambra acogerá una cita sin igual, Granada All Stars. Un festival benéfico organizado por la Fundación Miguel Ríos, que contará con exposiciones artísticas, coloquios y conciertos. El propio Miguel Ríos, protagonista de la velada, y quien da nombre a la Fundación, habla con Carlos H. Vázquez sobre esta iniciativa por su ochenta cumpleaños.
Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: DOMINGO CASAS (foto principal) y RAKEL LÓPEZ (resto de fotos).
Vuelve a Granada, Miguel Ríos vuelve a su hogar. Cumple ochenta años y todavía utiliza la coletilla «tío» cuando habla. Ríos ha sido el único hasta la fecha que ha sacado a Rosendo de su retiro para subirse otra vez al escenario. Maneras de vivir. A él mismo le ha pasado después de decir que se retiraba. Miguel Ríos hace estiramientos antes de saltar al ruedo como cuando se preparaba para jugar una pachanga con los veteranos del Real Madrid. Miguel, el buen samaritano. San Miguel, que allá donde va triunfa. Para celebrar sus ochenta décadas en el mundo, Miguel Ríos monta una «movida» en la tierra que le vio nacer. Granada All Stars, el festival benéfico organizado por la Fundación Miguel Ríos, es –como cuenta– una «declaración de los valores altruistas» que él representa, pues dice ser de los que siembran más que de los recogen. La cita con las exposiciones, muestras, charlas y conciertos será del 6 al 8 de junio en el Centro Cultural Caja Granada, Palacio de Congresos y Plaza de Toros, coso que albergará el día 8 el concierto que clausurará la fiesta con Los Ángeles, 091, Niños Mutantes, Lagartija Nick y el mismo Miguel Ríos «in person», igual que Elvis en Las Vegas.
Miguel, a tus ochenta, ¿hay momento para otro «bye, bye Ríos»?
Hace siglos que los Stones no cantan “Time is on my side”. El tiempo corre y el “Rust never seelps” que cantaba Neil Young me invade. Además, yo ya usé el comodín del público hace quince años, así que esa carta ya la usé. Honestamente, creía que no daba para más. Me puse a escribir las memorias y aplaqué el vacío, pero después de muchas colaboraciones y bolos solidarios volvió El gusto es nuestro y me enrolé. Así que creo que tendré que hacer un discreto mutis por el foro.
Cuentas que quieres devolverle a la sociedad lo que la sociedad te ha dado. Cuando se trata de actos altruistas, ¿importa más la intención con la que devuelves que la cantidad que devuelves?
Bueno, en 1992 le regalé a la ciudad que me vio nacer los derechos del primer tema que compuse, “Vuelvo a Granada”. Mi intención era devolverles a mis paisanos la autoría de la canción con la que logré subirme al tren del éxito. Fue un gesto que no sé cuánto ha aportado a las arcas municipales, porque fue un gesto de amor. Al contrario de algunos compañeros, para los que el cariño del público los deja impávidos, yo siempre he currado para que la gente me quiera. Desde la Fundación que lleva mi nombre, estamos haciendo cosas para favorecer un clímax en el que los ciudadanos de Granada participen en el crecimiento del nuevo talento que surge en una de las ciudades con el mejor corazón musical de España. Soy de los que siembran más que de los recogen. Puede que sea mi sino y un bonito epitafio.
Pero viendo como está el mundo, ¿somos cada vez peores personas?
No, las personas somos intrínsecamente buenas, y lo digo sin ningún rigor histórico. Pero el acceso a la cultura nos hace mejores seres humanos. Otra cosa son los valores que nos han sido impuestos, con saña y represión, por un porcentaje ridículo de personas que detentan el poder planetario. Fueron los que pusieron el dogma del mercado por delante de las personas, el de las ganancias obscenas por delante del hambre devastador que padece mucho más de media humanidad. Son los que están alentando guerras donde quieren hacer caja, sin importar el reguero de miles de vidas inocentes truncadas y la estela de millones de personas destrozadas por el dolor. Esos tipos sí son mala gente que camina, como dijo [Antonio] Machado.
«Granada All Stars es el título del concierto de mi ochenta cumpleaños que, además de un pedazo de concierto, supone una novedad en mis montajes»
¿Será porque nadie encuentra lo que busca, como dice la letra de 091?
Supongo que hay tantos señuelos para la inanición, que al final puede que los versos de “Todo a pulmón” de [Alejandro] Lerner —«qué difícil se me hace / mantenerme en este viaje / sin saber a dónde voy en realidad…»— sean la respuesta. Son canciones sobre la búsqueda existencial, como la canción de [José Ignacio] Lapido, en la que el ser humano se ha preguntado el sentido de la vida desde siempre.
¿Quiénes están en el «ángulo muerto» y nadie ve?
La lista es interminable y en muchos órdenes de la existencia. Desde las colas del hambre a las ancianas desahuciadas, desde los ancianos sacrificados en las residencias por la mortal burocracia de la pandemia al genocidio de Gaza. No es que estén en el ángulo muerto, es que son el ángulo muerto y, a pesar de que tengan el foco del los telediarios del planeta, nadie los ve. Porque la sociedad es nadie.
¡Por cierto! ¿Has vuelto a animarte con la guitarra? Te hago esta pregunta porque aprendiste a tocarla hace relativamente poco con esta canción de Lapido.
Mis días como guitarrista están contados. Me han operado de un hombro y llevo un tiempo sin tocar. Tengo la casa llena de guitarras que me ha pasado José Nortes, pero cuando las miro me digo: «qué lástima». “En el ángulo muerto” fue una tentación y llegar a tocarla en directo con Lapido, mi cumbre; pero cuando vi la cara del estoico autor, pensé que no debería estar muy seguro de que estuviera dando los acodes correctos.
¿Qué tiene que representar un grupo granadino para estar en el Granada All Stars? Son Lagartija Nick, 091, Niños Mutantes y Los Ángeles, pero me pregunto si pensaste en otros.
Granada All Stars es el título del concierto de mi ochenta cumpleaños, y si hubiera sido un festival de un par de días, hubiera tenido espacio para muchos más. Y por supuesto que en este concierto tendrían cabida las demás bandas de la ciudad. Claro que con una trayectoria. Como sabes, es un concierto cuyo beneficio irá destinado a financiar la Fundación Miguel Ríos, una organización sin ánimo de lucro y sin ayuda financiera de organismo alguno. Llevamos operando en el Espacio Caja Sonora, cedido por la Fundación Caja Granada, algo más de un año pero queremos hacer más cosas. Yo no voy a girar mucho más, pero tengo una energía de la hostia y quiero ponerla al servicio de la causa, hasta ver si la semilla germina.
«Desde la Fundación favorecemos un clímax en el que los ciudadanos de Granada participen en el crecimiento del nuevo talento que surge en una de las ciudades con el mejor corazón musical de España»
Por otra parte estarás —no sé si cantando juntos— con Ana Belén, Joan Manuel Serrat y Víctor Manuel, que no son granadinos. ¿De dónde somos, Miguel?
Te cuento. Claro que ni Ana, ni Serrat, ni Víctor son granadinos, pero son amigos míos y no van a cantar en el concierto. ¡Qué más quisiera! Ellos asistirán a una charla moderada por Iñaki Gabilondo titulada La música y la amistad, en el Palacio de Congresos el día 8 de junio a las doce y media del medio día. Yo actúo con mi banda en el Granada All Stars que, además de un pedazo de concierto, supone una novedad en mis montajes. Para ocupar los tiempos muertos entre bandas, queremos proyectar un audiovisual donde se contará la historia del rock granadino desde los sesenta hasta nuestros días. Serán cápsulas que rendirán homenaje a la gente que ha currado en esto a través de las décadas.
¿Hacia dónde vamos, Miguel?
Bueno, antes no te he contestado a la pregunta de «¿de dónde somos?». Siempre he manifestado que para hacer rock and roll tuve que dejar Granada. Unos pocos años después salieron Los Ángeles, y su heroicidad empecinada en volver a Granada después de los bolos les costó caro. Ya en los últimos setenta y los ochenta, los años de la explosión creativa, las bandas podían vivir en Granada y salir a actuar por toda España con gran éxito y mejores carreteras. Después, la tecnología allanó el terreno con sus autopistas de bits que podías transitar a toda hostia sin moverte del sillón. Por eso no he querido colgarme medallas de pertenencia ajenas. Claro que nadie me podrá quitar el orgullo de pertenecer a esa tierra que me ha condecorado con todos los honores de que dispone. Y a dónde vamos… Supongo que como colectivo, los creadores tendríamos que pelear por mantener nuestros derechos, nuestra dignidad y nuestro oficio, como siempre.
Serrat, al preguntarle si al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, me respondió que no, porque es muy arriesgado volver a los lugares en los que uno ha sido feliz, «ya que el mago se ha ido, las bailarinas tienen lorzas y todo es muy decadente». ¿Estás de acuerdo con Joan Manuel, aunque él sea del Barça y tú del Madrid?
Bueno, en lo de la fraternal rivalidad balompédica del noi del Poble-sec y yo, ni mil quinientas palabras. Pero sobre el culto a la nostalgia, que creo supone conservar vírgenes los lugares donde fuiste feliz, molaría, pero la decadencia es el destino de todo lo vivo. El otro día volví a la placeta donde nací, la encontré mucho más pequeña que cuando la viví, llena de utilitarios cuando en mi infancia no había ni un coche en todo el barrio. Pero me miré con indulgencia y me recordé corriendo detrás de una pelota y me encantó verme más de sesenta años después y tener la capacidad de emocionarme en aquel lugar donde fui muy feliz.