Muy probablemente a Christophe sólo se le recuerde en este rincón del mundo por aquella prodigiosa balada de mediados de los años 60 que se llamaba «Aline». Pero la historia la sabemos, en algún momento del final de aquella década y comienzos de los 70, la industria discográfica española decidió darle la espalda a la música proveniente de Francia e Italia. Pero ahora, con internet mediante, no cuesta demasiado hacerse con discos de esos lugares. O, simplemente, estar informados de que el mismísimo Christophe sigue en activo, convertido en obseso de la composición y la grabación, trabajando de noche –asegura que todas– y durmiendo de día.
Su nuevo disco se titula Aimer ce que nous sommes y es el primero con canciones nuevas desde 2001. Lo ha grabado entre Londres, París y, sorpresa, Sevilla, donde le acompañó en la guitarra (cómo no, en sesiones nocturnas) Moraíto Chico. En el disco también colabora Isabelle Adjani.
