J. Teixi Band: «Reivindicamos el poder de la música y de la palabra»

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«En algunos temas hemos gritado, en otros hemos reído, en unos hemos soñado y en otros hemos llorado»

 

Empeñados en emular en estudio su fabuloso directo, J. Teixi Band alumbran En el barrio, una nueva demostración de que el rhythm and blues en castellano no solo es posible, sino necesario. Arancha Moreno habla con su fundador, Javier Teixidor.

 

Texto: ARANCHA MORENO.
Fotos: PABLO GALIACHO.

 

Hace casi un cuarto de siglo que vio la luz la J. Teixi Band, surgida de las cenizas de dos históricos de los ochenta, Mermelada y Los Elegantes. Ahora, alumbran su último disco, En el barrio, la primera colección íntegramente nueva en siete años. En ella vuelven por sus fueros, trasladando la música negra al lenguaje castizo y acercando al máximo su directo al estudio. Antes de que salten a los escenarios en una gira que arranca en Madrid el 14 de abril, en la que volverán a compartir escenario con los legendarios Dr. Feelgood en Bilbao y Burgos, hablamos con el líder de la formación, Javier Teixidor.

Vosotros, que miráis a la raíz, tenéis unas raíces bien profundas como grupo. El disco Showtime, que no fue vuestro debut pero sí el punto de partida definitivo de J Teixi Band en 2000, ha envejecido francamente bien. Es un directo que grabasteis tras dos semanas de conciertos en Madrid. ¿Cómo lo recuerdas?
Lo recuerdo increíble. La idea que teníamos como banda, nosotros que veníamos de Los Elegantes y Mermelada, era crear un sonido propio, las raíces de la música que nos gustaba, y, aunque ya habíamos hecho un disco de estudio, nos liamos la manta a la cabeza y juntamos una banda muy potente, con una sección de vientos, y nos lo jugamos todo a un directo. Es algo raro, porque los discos en directo suelen llegar después de varios trabajos, con un sonido acabado o con canciones escogidas, a modo de recopilatorio. Pero para nosotros era un disco nuevo, porque incluía temas que nunca habíamos tocado, con un sonido diferente y buscando creatividad. Como dices, el disco suena muy bien, no pasa el tiempo por él. Tuvimos la oportunidad de tocar dos semanas en un club, algo no muy habitual en este país…

 

Sí, en la antigua sala Chesterfield de Madrid.
Era una sala que programaba habitualmente conciertos de artistas de fuera, de semana en semana. Hablamos con los programadores y nos dieron dos semanas, y los dos últimos días grabamos las canciones. Aquello ya rodaba solo, nos sentíamos muy bien y eso se traslada a lo que fue el disco.

 

Para un recién llegado a la J. Teixi Band, sin duda Showtime es una buena aproximación a lo que sois. ¿Qué discos elegirías tú para mostrarle lo que hacéis a alguien que no os conoce?
Es difícil hablar de los discos pasados, porque siempre hay cosas buenas y otras no tan buenas, pero creo que sería precisamente este, Showtime. Refleja lo que luego hemos desarrollado, era una tarjeta de visita de lo que luego ha venido. Simboliza mejor que ninguno ese afán de buscar la música negra, las raíces, y adaptarla en castellano a nuestro sonido. Para mí es magnífico, una tarjeta de visita perfecta.

 

En cuanto a la visibilidad del proyecto, si de Mermelada se recuerda aquel “Coge el tren” de 1979, que recuperó la película Campeones de Javier Fesser en 2018, algunos recordarán a la J. Teixi Band por el pelotazo del tema “Psychodelic Sally”, allá por 2005. ¿Dónde os colocó, mediáticamente, aquel tema?
Fue un suma y sigue importante. Al no haber programas de música en la televisión que sean un escaparate de lo que se hace, y como en los medios de comunicación es tan difícil salir, estar en televisión a través de una campaña publicitaria es algo muy bueno. Nos sirvió para que la gente nos conociese y que nuestro proyecto siguiese creciendo.

 

A tenor de vuestra prolífica discografía, no os gusta en absoluto estar quietos. ¿Sabes ya qué número de disco hacéis con el nuevo, En el barrio, o aún tienes dudas?
[Risas] No los quiero contar, pero sé que es uno de los mejores, seguro. Así lo hemos sentido al hacerlo y al escucharlo después. Me recuerda mucho al sentimiento de Showtime, es un disco muy heterogéneo en el que mezclamos muchas de nuestras influencias, pero muy básicas. Es un disco que parece fácil de hacer, pero que suene tan fácil es muy complicado, tienes que tener muy claro lo que quieres hacer.

 

«Queríamos atrapar nuestro sonido y llevarlo al estudio»

 

A pesar de las similitudes con Showtime, En el barrio no parte de unas noches de escenario. ¿Cómo surge?
Aquí queríamos atrapar nuestro sonido y llevarlo al estudio. Es mucho más difícil replicarlo en el estudio que en directo, es un reto importante. Si algo caracteriza nuestro sonido es la frescura. Trasladar  al estudio lo que hacemos en el escenario no es tan fácil, porque ahí te abandonas a la técnica o al tiempo, y tienes que tener una contención y perseguir un sonido claro, fresco y contundente, que no sobrepase, con la producción, lo que estás buscando.

 

El último disco íntegramente de canciones nuevas fue Desde el tren, en 2016. ¿Supone esto que la cosecha de En el barrio abarca los últimos siete años?
No, porque somos bastante inmediatos. Esto se fraguó después de la pandemia, una época estéril a nivel creativo para mí, fue realmente duro, como para la mayoría de la gente. Unos lo aprovecharon creativamente, pero yo me quedé clavado. Todas estas canciones nacen a finales de 2021, empezamos a trabajar en ellas en 2022. Anteriormente, habíamos compuesto temas que hemos incluido en los últimos recopilatorios que hemos publicado, siempre aportamos algún tema nuevo. Este es un trabajo fresco, actualizado al máximo. Nuestra intención era recuperar la música que nos gusta, esa simple y maravillosa música de rhythm and blues, tocar todos los palos y divertirnos al hacerlo.

 

 

Teixi, aquí vuelves a firmar la mayoría de las letras y músicas, una decena, de las catorce que hay en este trabajo. Un repertorio abundante.
Sí, todas las letras. Creo que cada vez escribimos mejor, que sabemos transmitir mejor lo que queremos decir. Incorporamos también algunas versiones, nos encanta apropiarnos un poco de ese sonido y hacerlas diferentes, a nuestro rollo. Hay un homenaje a Jagger y a Richards, a los Rolling Stones, en un clásico suyo, “Rip this joint”, que nos rondaba desde hace muchos años en la cabeza. Y otro par en las que aportamos nuestro talento, el que tenemos, y nuestra creatividad.

 

Las otras son “No es un sueño” y “No tendrás valor”. ¿De quién son las originales?
La balada, “No es un sueño”, es de Jamestown Revival, un grupo más de rarezas, música americana, country… Definir la americana es difícil, porque los que hacen country también hacen rock and roll, blues… es una amalgama de estilos. El tema se llama “Love is a burden”. Luego hay un tema, “No tendrás valor” [“Gone to stay”], de una banda rhythmandbluesera, americana, The Prove Ones, que lleva mucho tiempo y hace temas buenísimos. La última es una versión de Steve Earle, “El último trovador” [“Hard-core troubadour”], otro autor que nos encanta, que me ha permitido hacer una de las letras más potentes de este disco. Esa canción es bastante dura. La adaptación de la letra es complicada, no es una traslación literal, la hemos hecho a nuestra manera, y estoy bastante satisfecho de ella.

 

Os manejáis con soltura realizando versiones, porque en discos anteriores también os habéis animado con temas de Bob Dylan o Van Morrison. El abanico estilístico que barajáis, en ese sentido, es amplio. Y os ponéis a prueba, porque es un riesgo versionar canciones de nombres tan consagrados.
Sí, lo que no ve la gente es que otras se han probado y no hemos tenido los bemoles de sacarlas [risas]. Siempre hay una prueba, un acercamiento, y a veces ese acercamiento se nos cae al suelo, porque no nos pega o no encontramos la llave para hacerla diferente. Y eso es importante, no se trata de hacer una cover ni una versión, sino de adaptar esa canción a tu forma de tocar y hacer las cosas. A veces ha habido frustraciones. Otras veces, como esta de los Rolling Stones, ha sido muy divertido, enseguida encontramos cómo hacerla.

 

Abrís el disco con un tema instrumental, y en general, en estas canciones hay mucha más música que letras, que están más contenidas, más medidas. ¿Vuestro principal lenguaje es la instrumentación?
Lo que se trata es de mover el espíritu con las dos cosas, con la letra y la música, nada va solo. Lo que te emociona puede ser una letra o un pasaje instrumental, o la intensidad de una canción. El rhythm and blues, el blues, el soul, van tan unidos a la palabra que no se pueden disociar.

 

Estas canciones saben a club, me retrotraen a un local humeante, en plena ebullición escénica. ¿Cómo lo describirías tú con una escena?
Bueno, los locales ya no son humeantes porque ya no se puede fumar, ¡y sudar cada vez menos!, porque los focos son halógenos y ya no dan calor. Muchas cosas, desgraciadamente, han cambiado. Creo que es una música para disfrutar en directo, con la gente que quieres, con los amigos, para intentar que la música te haga sentirte bien. Que bailes, que grites. Y si dice cosas que te remueven, genial. Es música del alma, para todos.

 

Las letras remueven porque tienen mensaje. Hay relatos, anhelos y sueños, y también reivindicaciones. ¿De qué queríais hablar en este álbum?
No hay una temática, la música nos lleva a la letra y la letra a la música. Cuando estás haciendo un tema divertido, con una música de Nueva Orleans, a lo mejor buscas algo de cachondeo, o letras con doble sentido. Cuando tienes un tema más serio o más medio tiempo, más duro, piensas en otras cosas. Cada tema es de su padre y de su madre. En algunos temas hemos gritado, en otros hemos reído, en unos hemos soñado y en otros hemos llorado.

 

Entre las reivindicaciones, en “Cuando te quitan la piel”, el segundo single, hay un verso que habla por sí solo: «Cuando te quitan la voz es mejor que no te calle ni Dios».
Exactamente. Si te quitan la piel es mejor que te quedes de pie. Es reivindicar el poder de la música y el poder de la palabra. Con la que está cayendo, y la pena que da cómo está la música ahora en este país, es seguir ahí, luchando por lo que quieres.

 

Tú, además, llevas en el gremio más de cuarenta años. Cuanto más tiempo acumula uno en un oficio, ¿más duro es ver cómo se derrumba?
Evidentemente, tengo una visión de cómo era antes y cómo es ahora, y lo de ahora no me gusta y no le gusta a casi nadie que ame la buena música. La industria ha desaparecido, los medios mainstream no apoyan la música de base, hay gente joven, cientos de músicos impresionantes, con un talento desbordante, que se está quedando en la gatera y no tiene opciones de salir. Es un momento muy crítico. Quizá lo hayamos hablado en alguna ocasión anterior, pero es que ahora es un clamor.

 

El disco lo cerráis con “Grandes huesos negros”, la canción que dio título a vuestro trabajo de 2013, pero en un directo grabado el año pasado. ¿Es una muestra de cómo suena esa canción ahora, y cómo sonáis vosotros una década después?
Sí, siempre solemos grabar muchos conciertos, reescuchamos los temas y hacemos el ejercicio de recuperar un tema que siempre nos ha gustado. Es sano. En todos nuestros álbumes metemos una o dos canciones en directo, pienso que la gente agradece que haya música más natural, sin muchas overdubs ni muchas guitarras. Así sonamos. El grupo ahí está fuerte, con ganas, duro, ágil y dispuesto a seguir en la carretera, con la ilusión de este nuevo álbum.

 

De hecho, el sonido os preocupa desde los tiempos de Mermelada, porque entonces ya solíais grabar los conciertos para escucharlos después. En el barrio es menos pantanoso. ¿Fuerte sería la definición sónica?
Para mí es difícil decirlo, pero creo que es un disco diferente, y también lo son las canciones. A lo mejor no tiene dos grandísimos singles, pero tiene un nivel muy alto a nivel compositivo y de trabajo en el estudio. Estamos satisfechos, sabemos que el sonido es diferente al de otros discos.

 

«Versionar a Steve Earle me ha permitido hacer una de las letras más potentes de este disco»

 

Sí se puede decir, como apuntáis en la nota de prensa, que sonáis más a Nueva Orleans que nunca, ¿no?
[Risas] Bueno, los vientos tienen la capacidad de transportarte a otros sitios. Hay canciones de este disco en las que hemos renovado los vientos, hay gente joven trabajando con nosotros y se transmite en ese sonido de baile, diversión, de pasarlo bien y hacer las cosas bien.

 

El disco lo habéis grabado en Madrid, en los estudios Musigrama. ¿Cómo y cuándo fueron las sesiones?
Empezamos en septiembre del año pasado y acabamos en octubre, lo que ocurre es que hay bloqueo increíble a la hora de fabricar vinilos  y se fue retrasando el lanzamiento por temas técnicos. En noviembre ya estaba el disco preparado. Fueron jornadas seguidas, por aquello de conservar la fluidez, no pensar, tenerlo claro antes de grabar. Cuando estás ahí, veinte noches, y luego tienes la oportunidad de escuchar el disco un mes, puedes retocar cualquier cosa y el peligro es que repienses las cosas, que abandones tu idea original porque tienes tiempo para introducir cambios y añadir cosas. Hay un peligro brutal de que la idea original se vaya diluyendo. Somos muy cuidadosos a la hora de conservar la idea, de no ir más allá de lo que queríamos hacer, porque cuando cambias una cosa diez veces la undécima puede ser una cagada. El trabajo se hizo con una preproducción, sabiendo lo que queríamos hacer.

 

J. Teixi Band sois Emilio Galiacho al órgano y piano, Dani Montemayor al bajo y al acordeón y Charly Hens, que fue el último en llegar, a la batería. ¿Cuánto tiempo lleváis con esta formación?
Desde Grandes huesos negros. Llevamos juntos diez años y somos una familia, nos aceptamos como somos, que ya es bastante, y compartimos nuestro amor por esta música. Hay pocos casos de bandas longevas, que mantengan a todos los miembros, pero nosotros disfrutamos en el escenario, nos conocemos tan bien que sabemos lo bueno y lo malo de cada uno, y nos respetamos.

 

¿Todos coincidís en las referencias, o alguien se desmarca un poco?
El sector Elegantes, Emilio y Charly, tiran más al soul y al pop, y los que venimos de Mermelada somos más rockeros, más animales. Son las dos corrientes, las dos fuerzas que chocan [risas].

 

Hablando de familia, también os ha acompañado en este disco Juanma del Olmo, exguitarrista de Los Elegantes, y Ricardo Santamaría, que ha aportado la armónica.
Sí, Juanma es amigo nuestro y uno de los mejores guitarristas de este país, es impresionante el estilo y la digitación que tiene y cómo afronta los temas. Es un gran músico. Ricardo es un nuevo fichaje, un chaval que toca en un grupo de Logroño que se llama Estupiditos. Viene de buena escuela, aprendió con Ñaco Goñi, con Javier Moro, con las influencias de la armónica de Mermelada, y es un chaval estupendo. Estamos muy contentos con su aportación.

 

¿Cómo lo has pasado a los mandos de la producción, Teixi?
He estado sudándola, soy muy intenso en esto. Sufro mucho porque el grado de perfección que quiero alcanzar es imposible, pero las imperfecciones a veces también son buenas. Hay una lucha interna bastante curiosa. Estoy contento y feliz de que al final el disco haya salido como está.

 

¿Crees que has conseguido trasladar el sonido del escenario al estudio, entonces?
Es imposible trasladar la sensación de estar tocando en un escenario a un estudio, donde no hay gente ni luces apagadas. Lo que intentas es que la música fluya fresca, alegre, contundente. La lucha fue no tapar la espontaneidad de la banda.

 

La portada también retrotrae a Nueva Orleans, porque la foto fue tomada allí. ¿Cuál es su historia?
Es una foto que nos trajo un amigo nuestro que estuvo allí. Es un local de conciertos, me imagino que es como si sacásemos una foto en el Fun House de Madrid o en uno de los muchos garitos que hay por toda España. Estéticamente es muy divertida, en cuanto la vi pensé que podíamos sacar algo bonito. El diseño es de Manuel Guio, un excelente diseñador que trabaja con Warner, tenemos mucha complicidad y enseguida supo lo que queríamos.

 

El disco ya está en la calle y en unos días lo estrenáis en directo, el 14 de abril en la sala Fun House de Madrid. ¿Cómo van los ensayos?
Estamos en ello. Muy sorprendidos, porque van a sonar siete u ocho temas nuevos, hemos hecho una revolución absoluta del setlist, este disco suena genial en directo y no queríamos dejar ningún tema fuera. Sin olvidar los clásicos de la banda, el repertorio va a estar muy basado en este disco. Tenemos muchas ganas.

 

El 28 actuáis en Burgos (sala Sohho), el 29 en Bilbao (Santana), el 12 de mayo en Zaragoza (sala Zeta) y el 20 en Logroño (sala Stereo). ¿Habrá más?
Sí, están saliendo más. Estamos muy contentos por en Burgos y Bilbao tocaremos con nuestros amigos de Dr. Feelgood, van a ser bolos muy intensos y divertidos. Son dos ciudades que nos han recibido siempre muy bien.

 

Por cierto, mirando al año que viene, en 2024 cumplís un cuarto de siglo como banda. ¿Hay algún festejo previsto?
Después de tanto trabajo, ahora lo que tenemos en mente es sacar este disco y dar buenos conciertos. Hemos salido un poco tarde para la programación de 2023, pero tenemos el compromiso de ir a varios festivales el año que viene. A ver cómo va esta gira, luego veremos. Pero sí, hay un largo recorrido y este disco sonará este año y el que viene. Aunque, ¡buena idea! No me había dado cuenta de la fecha, me lo apunto.

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