«Nuestro sonido es un torbellino de sintetizadores y guitarras que harán saltar y bailar a la gente hasta acabar en urgencias»
Preparando su primer epé: así se encuentran los barceloneses Fujita, músicos con largo recorrido a sus espaldas que emprenden un nuevo proyecto respaldados por la producción de Carlos Hernández Nombela.
Texto: EFE EME.
Fotos: JERO ROMERO.
Detrás de Fujita se encuentran Javier Vargas (voz y teclados), Albert Marín (guitarra y bajo) y Joseba Iturbe (batería y percusiones), tres músicos de Barcelona que debutaron en 2022 con canciones como “Arde Troya” o “500 millas hasta Indianápolis”. Hace unas semanas han lanzado el single “¿Qué más puedo pedir?”, canción que da título al que será su primer epé. Para él han contado con el buen hacer del productor Carlos Hernández Nombela que ha sabido enfatizar la potencia de su base rítmica, combinada con la electrónica y unas guitarras bien afiladas. Un epé emparentado con el rock oscuro y enérgico de los ochenta que han grabado en El Castillo Alemán. Esta es su historia.
¿De dónde venís?
Javier: Albert y venimos de Badalona, la Manchester catalana.
Joseba: Yo soy de Urretxu. En efecto, el pueblo de Iñaki Urdangarín.
¿Cómo nace el proyecto?
Todos: Mantenemos una buena amistad con una banda de Barcelona llamada Vvltures, que no pudieron superar las dificultades de la pandemia y se quedaron con un disco a medio grabar. Tras varias sesiones tocando con ellos, salieron un par de temas que gustaron mucho, pero en castellano, y decidimos tirar por nuestra cuenta dando a luz a Fujita.
Describid vuestro sonido.
Joseba: Nuestro sonido es un torbellino de sintetizadores y guitarras que harán saltar y bailar a la gente hasta acabar en urgencias.
Principales influencias.
Albert: Cada uno hemos crecido musicalmente con nuestras propias influencias, a veces muy diferentes entre sí. Estas beben especialmente de ese sonido guitarrero y punk-rock con el que crecimos en los noventa, pero nunca nos olvidamos del funk psicodélico de los setenta o el dream-pop de los ochenta y actual, entre otros. También somos unos enfermos de la electrónica, pero esto ya lo comprobaréis más adelante.
¿Cómo definiríais vuestro nuevo disco?
Javier: Como estar en una fiesta y que el DJ pinche una canción de Junior Senior, luego una de Lori Meyers y después una de Mac DeMarco.
Vuestro disco suena, u os gustaría que sonara, como los de…
Joseba: Suena a cinco días en la sierra de Madrid pasándolo de locos. De ahí el título del primer single, “¿Qué más puedo pedir?”.
Cinco discos de cabecera.
Todos: Tubulars bells, de Mike Oldfield; Odessey and oracle, de The Zombies; Californication, de Red Hot Chilli Peppers; Ayrton Senna, de DeLorean, y Desaparezca aquí, de Nacho Vegas.
Cinco canciones perfectas.
Todos: “The grudge”, de Tool; “Desert raven”, de Jonathan Wilson; “Spanish Sahara”, de Foals; “Ya no me asomo a la reja”, de Los Planetas, y “Around the world”, de Daft Punk.
¿Preferís estudio o directo?
Javier: Clarísimamente, directo.
Joseba: ¡Uy! En el estudio se vive muy bien: calentito, con sofá y nevera…
¿A quién os gustaría telonear?
Javier: A Carolina Durante.
Joseba: ¡Y de paso les robamos al técnico de sonido!
Albert: Eso, eso, que somos de Badalona.
¿En qué disco de homenaje os gustaría participar?
Joseba: Tino Casal.
¿Qué canción del disco es la que mejor os representa y por qué?
Albert: “La parte por el todo” es la que más disfrutamos en directo, ya que nos permite jugar y, si no nos damos cuenta, acabamos alargándola diez minutos.
¿Cómo sois encima de un escenario?
Joseba: Nuestro formato de trío nos hace coger un papel más multitarea, en el que Javi por ejemplo pasa de los teclados al bajo e intentamos llenar la experiencia visual con efectos y proyecciones. En cuanto al repertorio tocamos lo ya editado, lo que está por venir y alguna sorpresita más.
¿Qué planes tenéis este año?
Todos: Disfrutar como niños encima de los escenarios, tocar, no parar de tocar y seguir creando.
Tenéis cincuenta palabras para vender vuestro primer disco. ¡Adelante!
Javier: En nuestro primer epé hemos plasmado todo el trabajo en el local y toda la experiencia junto a Carlos, ha sido como liberar a un animal enjaulado. Un disco donde mostramos todo lo que somos.
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