Texto: ADRIAN VOGEL.
Los otros festivales, principalmente Pirineos Sur y La Mar de Músicas, son una clara alternativa. Tanto desde un punto de vista musical como económico.
Hace dos sábados en el artículo “Valor y precio de la música” criticaba los carísimos precios de los Festivales –mayormente los de pop-rock– y el abuso en los gastos que se cargan por la venta anticipada de entradas. Esto último era algo sobre lo que no había leído, salvo en dos blogs: “En estéreo” y “Las penas del Agente Smith” (en este caso RinzeWind se refería a las entradas del cine).
Esta misma semana Darío Manrique, colaborador de EFE EME, vuelve a la carga desde su blog, “En estéreo”, con el post “El lío de las comisiones”, cuya lectura recomiendo. A mí me ha servido para confirmar todas las sospechas. Que se resumen en una sola frase: el “veo, veo mamoneo” del gran Rosendo.
Y otro Manrique, en este caso Diego, en su columna del lunes de El País, nos aporta una clave sobre el precio de las entradas en “Mitología festivalera”:
“… el fragor de las rencillas entre eventos simultáneos: siempre son los otros festivales los responsables de hinchar los cachés de las figuras más codiciadas y subir las entradas. Posiblemente, este mercado de compradores”.
Que enlaza con el primer párrafo, al marcar claramente las diferencias con las ediciones de este año –y anteriores– de Pirineos Sur y La Mar de Músicas, porque a pesar de ser simultáneos escapan de la voracidad del rock. Cuyos artistas hace tiempo siguen el (mal) ejemplo de las mayores putas del rock and roll, The Rolling Stones. Y en la mayoría de los casos, los actores principales, de lo que hace décadas se empezó a conocer como “corporate rock”, carecen del talento y trascendencia de los Stones.
Un inciso (relevante): lo de los anuncios de Keith Richards para Vuitton es sencillamente lamentable. La gota que rebasa el vaso de agua. Un claro ejemplo de lo que apuntaba anteriormente. Porque no todo vale y, en cambio, todo tiene un límite. Pero más que mi opinión, mejor una con bastante más autoridad y conocimiento, la de Andrew Loog Oldham, manager y productor de los primeros Rolling Stones:
“Una vergüenza, una vergüenza, una vergüenza y muy bipolar… Ya no es sólo la música y el recuerdo, es la ética del trabajo que compartimos. Todos triunfamos en la larga noche compartida de nuestra invencible mezcla de juventud, esperanza y música y seguimos esperanzados al pie del cañón, cantando, votando… una vez más el muchacho (por Keith) se ha dejado llevar por el dinero”.
Obviamente estas circunstancias no concurren en los Festivales alternativos que tienen a la World Music como eje central. Por eso las entradas del Pirineos Sur cuestan 18 euros en venta anticipada y 20 en taquilla (99 € el abono para todos los días). En Lanuza/Salent de Gállego (Huesca) del 10 al 26 de julio encontraréis un recorrido artístico por las principales ciudades africanas y un homenaje a Peret, el Rey de la Rumba [en la foto].
Algunos de los artistas africanos repiten en la XIV edición de La Mar de Músicas (este año dedicado a Francia). Me interesa especialmente el Tributo Africano a James Brown (presente en ambos eventos).
La Mar de Músicas, que se celebra en Cartagena del 5 al 26 de julio, presenta unos precios que varían desde los 10 hasta los 25 euros (dependiendo del cartel y del escenario). Hay dos abonos, para dos programaciones distintas, a 40 y 100 euros. Destacar, aparte de franceses y africanos, la presencia de los brasileños Milton Nascimento y Djavan así como la de los “salseros” Rubén Blades y Óscar d’Leon además de los mexicanos Café Tacuba (¡qué gran grupo!).
Aunque nos pese ¡hay vida más allá del rock! Y a precios más razonables…