«Toda mi vida se ha basado en engullir música de forma compulsiva»
Cuatro años después de su debut, Sigmund Wilder publica Desorden, su primer disco en castellano con un sonido muy marcado por atmósferas sofisticadas, texturas electrónicas y guiños a la New Wave. Es hora de conocerlo mejor.
Detrás de Sigmund Wilder se esconde David Martínez, que debutó en 2017 con el epé The day David Bowie died, y que ahora presenta su nuevo álbum, Desorden. Un renacer artístico: por primera vez, canta en castellano y lo hace reorientando su sonido hacia atmósferas más sofisticadas, texturas más electrónicas y con un protagonismo muy marcado de las guitarras de la New Wave británica.
Para conocer mejor las novedades de su joven propuesta, le invitamos a participar en nuestra sección De estreno.
Texto: EFE EME.
Fotos: XAVI TORRENT.
¿De dónde vienes?
Nací en Barcelona cuatro días después de la publicación del álbum Born to run de Bruce Springsteen. Sigmund Wilder es mi punto de partida en lo artístico.
¿Cómo nace el proyecto?
Toda mi vida se ha basado en engullir música de forma compulsiva. Empecé a comprar discos con 9 años y a asistir a conciertos con 15. Formé Sigmund Wilder porque necesitaba dar salida a todos esos estímulos y lo hice creando mis propias canciones. Mi devoción por la música me llevó a dar rienda a mi creatividad y comprobar hasta dónde era capaz de llevarla.
Describe tu sonido.
Creo que es un sonido sobrio, profundo, orgánico, con un equilibrio bastante logrado entre la oscuridad y los momentos de luz. En las redes nuestros seguidores usan mucho el término “hipnótico”, que me parece bastante acertado. Nuestra referencia sonora principal es la New Wave británica de los años 80 desde los inicios de Joy Division hasta la irrupción del sonido Madchester a finales de la década.
Principales influencias.
Algunas de ellas están ahí de forma permanente como los Cure de Wish, los Depeche Mode de Ultra, los Placebo de Black Markel Music, los Garbage de su debut o los Duran Duran de Medazzaland. En Desorden podemos encontrar pinceladas de Slowdive, Nine Inch Nails, Love And Rockets o The Bolshoi. A nivel vocal siento una absoluta devoción artistas como Abraham Boba (León Benavente), Bunbury o Gustavo Cerati (Soda Stereo).
¿Cómo definirías tu nuevo disco?
Desorden es un disco honesto. Tiene como única pretensión ser un buen álbum formado por 8 buenas canciones. Es un disco que refleja de forma bastante fidedigna la armonía y el buen espíritu con el que se ha gestado. Persigue despertar al individuo gris, con una vida que ha quedado estancada en las responsabilidades laborales y domésticas y cuyas ambiciones y aspiraciones personales han quedado adormecidas con el tiempo. Es un disco que reivindica la sensibilidad y la emoción en los tiempos del Trap y el Twitter.
Tu disco suena, o te gustaría que sonara, como los de…
Con Santos & Fluren, productores del disco, compartimos la pasión por el sonido de los discos que han pasado por las manos de Flood (PJ Harvey, Depeche Mode, Gary Numan, etc). Así que de forma más o menos consciente teníamos ese sonido en mente. No obstante creo que conseguimos crear el equilibrio perfecto entre la personalidad de Sigmund Wilder y los discos que veneramos.
Cinco discos de cabecera.
Disintegration, de The Cure; Our love to admire, de Interpol; Vauxhall and I, de Morrissey; The light the dead see, de Soulsavers, y Hail to the thief, de Radiohead.
Cinco canciones perfectas.
“Sugar”, de Editors; “I believe”, de Tim Booth & Angelo Badalamenti; “Outsiders”, de Suede; “Regret”, de New Order, y “Valerie loves me”, de Material Issue.
¿Prefieres estudio o directo?
Ambos tienen su magia, pero la energía del directo y las sensaciones que vives sobre un escenario no se encuentran en ningún otro lugar. Así que me quedo con el directo.
¿A quién te gustaría telonear?
A The Cure, sin duda. Es la banda que marcó mi forma de entender la música cuando era apenas un adolescente. Les he visto sesenta y dos veces en directo. Formar parte de uno de sus shows sería curioso.
¿En qué disco de homenaje te gustaría participar?
Me encantaría rendir tributo a Lou Reed. Tiene un peso brutal en la historia del rock y creo que el paso de los años no le ha hecho justicia. En 2023 se cumplirán diez años de su muerte. Sería una excusa perfecta para hacer algo y contarle a las nuevas generaciones qué se perdieron.
«Creo que es un sonido sobrio, profundo, orgánico, con un equilibrio bastante logrado entre la oscuridad y los momentos de luz»
¿Qué canción del disco es la que mejor te representa y por qué?
En lo personal, “Fiction channel”. Es una crítica a la telebasura y una reflexión sobre cómo la lucha por las audiencias en televisión ha enterrado completamente su código deontológico y cualquier tipo de principio ético o moral. En 2004, con el estallido de la guerra de Irak, el fenómeno de las armas de destrucción masiva y las famosas dos líneas de investigación tras el atentado en Atocha, crucé una línea sin retorno de animadversión hacia el medio. Me impactó ver cómo los mensajes en televisión respondían más a intereses políticos que al objetivo básico de la profesión periodística.
¿Cómo eres encima de un escenario?
El estado de ánimo del momento lo condiciona todo, pero creo que predominan los rasgos básicos de mi personalidad. Reflexivo, discreto y introvertido. En el escenario estoy al servicio de las canciones e intento sean ellas las auténticas protagonistas.
¿Qué planes tienes este año?
En los próximos meses voy a centrarme en la promo del disco y en consolidar el lanzamiento de Desorden. A partir de ahí, si los políticos dejan de castigar de una forma tan absurda a la cultura y logran llegar a verla como parte de la solución a la crisis social que estamos viviendo, deberíamos presentar el disco en otoño, como tarde.
Tienes cincuenta palabras para vender vuestro disco. ¡Adelante!
Os invito a escuchar Desorden en Spotify y a vivir todas las emociones que contiene el disco. Si os gusta y conectáis con él, os propongo que lo compréis en la sección tienda de nuestra web. Los artistas necesitamos más que nunca vuestro apoyo.
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Anterior De estreno: Erin Memento.