DISCOS
«Un manto térmico que lo abriga todo, acogiendo un puñado de medios tiempos, giros de tonalidad y divagaciones alrededor del paso del tiempo»
Madee
Eternity mingled with the sea
BCORE, 2021
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
La nostalgia no es paralizadora ni estéril cuando es más un recordatorio de nuestros orígenes que una invitación al inmovilismo o a reverdecer laureles que ya no pueden brillar. Ramón Rodríguez ha encadenado una saga de sensacionales discos como The New Raemon, así que cualquiera de nosotros podría preguntarse qué necesidad tiene de reactivar una marca que, en la última década, no había sobrepasado el socorrido umbral de la resurrección escénica, sin nuevas remesas de material. Escuchar las doce canciones de este nuevo álbum del sexteto de Cabrils nos proporciona la respuesta, no solo porque la factura de Madee siga plenamente vigente, sino porque esto no suena al disco que hubieran podido publicar en 2010 o 2011, sino a uno que tiene pleno sentido en 2021, con todo el trayecto recorrido entre medias bien presente.
La textura es la misma, pero no lo son ni el ritmo ni la silueta de las melodías ni la sabiduría acumulada. La electricidad ya no necesita brotar a borbotones ni medrar en modo reprise, ni se manifiesta en manidas plantillas de un emo rock que ya ni siquiera necesita nombrarse así porque perdió casi todo su significado por el camino, dándole la vuelta a su semántica como un calcetín hasta vaciarse por dentro. Ahora es como un manto térmico que lo abriga todo, acogiendo un puñado de medios tiempos, giros de tonalidad y divagaciones alrededor del paso del tiempo que permean poco a poco y cobran pleno sentido como un todo, más que como la mera suma de sus partes, logrando que el cruce entre The Cure y Fugazi que destila su literatura promocional (aunque en realidad sean Sunny Day Real Estate quienes siempre estén ahí) sea plenamente consecuente.
Un gran regreso.
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Anterior crítica de discos: Bonus, de La La Love You.