«Ningún otro catálogo logra esta convergencia de belleza, inspiración, trascendencia artística y consenso popular»
Recordando a Lennon en el cuarenta aniversario de su muerte, Tito Lesende (autor de Revolver: el disco de los Beatles que revolucionó el rock) propone un repertorio para este 8 de diciembre.
Selección y texto: TITO LESENDE.
John Lennon murió el 8 de diciembre de 1980, hace ahora cuarenta años. Su repertorio con los Beatles, con Yoko Ono o en solitario es de una diversidad y magnitud acaso alcanzadas también por su exsocio, Paul McCartney. Si bien el cancionero de Bob Dylan ha alcanzado un impacto social fabuloso, no existe obra que pueda igualarse a la de Lennon en el ámbito del pop: ningún otro catálogo logra esta convergencia de belleza, inspiración, trascendencia artística y consenso popular. Muchos artistas nos han ofrecido grandes canciones, discos iluminados y carreras admirables. Pero, dejando aparte a Macca, nadie más ha hecho lo que Lennon en el margen de recorrido que tuvo Lennon: su ratio de obras maravillosas en menos de dos décadas resulta abrumadora.
John Lennon es uno de los autores clásicos más importantes de la edad moderna, y sus canciones nos dicen quiénes somos. A veces nos retratan, en nuestra flaqueza y en nuestros anhelos, aunque no hagamos nada. Otras veces somos nosotros quienes nos buscamos (y nos hallamos) en sus versos, cuando necesitamos que sea otro quien exprese los sentimientos propios de nuestro tiempo.
El catálogo aquí propuesto es uno de los varios posibles. Recoge cuarenta temas; tantos como años vivió su autor, los mismos transcurridos desde su asesinato.
El listado se presenta en orden estrictamente cronológico y trata de reflejar la diversidad y la evolución artística de John Lennon. Están sus primeros éxitos planetarios con los Beatles, en 1963, atendiendo a canciones nacidas fundamentalmente de su talento y terminadas con la complicidad de McCartney: “Please, please me” o “I want to hold your hand”. Su evolución a la propia esencia: “Help!” o “In my life”. Su revolución sonora: “Tomorrow never knows”, “Strawberry Fields forever” o “I am the walrus”. Cuando el final de los Beatles se solapó con su despegue junto a Yoko: “Give peace a chance”, “Come together”, “Cold turkey” o “Across the universe”. Su pop de autoterapia: “God” o “Mother”. La consolidación de una segunda personalidad artística eterna, con o sin Yoko: “Imagine”, “Jealous guy” o “Mind games”. Y, al final, los éxitos inmediatamente posteriores a su muerte: “Woman”, “Watching the wheels”.
En la ducha, mientras preparas la comida o en el relajo del sofá, este repertorio funcionará, porque es casa. Levantemos la vista al cielo (a algún lado habrá que mirar) y dediquémosle un pensamiento a John Lennon, autor y guía, canon de la música popular.