FONDO DE CATÁLOGO
«Versos como “un gusto desmedido por medir el pormenor” lo sitúan en primera línea de los escritores en castellano»
Eduardo Izquierdo recupera el debut solista de Jero Romero, antiguo vocalista, guitarrista y compositor de Sunday Drivers. Un disco en el que le acompañó Charlie Bautista donde demostró su fluidez compositiva (también) en castellano.
Jero Romero
Cabeza de león
AUTOEDITADO, 2011
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
El que fuera líder de los desaparecidos Sunday Drivers se lanzó en solitario en 2011 con la ayuda, cual fiel escudero, de Charlie Bautista, conocido por sus apariciones al lado de nombres como Christina Rosenvinge, Xoel López o Russian Red. Ambos habían compartido banda con los «Conductores Domingueros» y aquí unen sus fuerzas, a pesar de que el álbum esté firmado por Jero, para tirar adelante un proyecto financiado a través de una campaña de crowdfunding. Un trabajo que, como no podía ser de otra manera, encantó a sus seguidores. Y es que es bonito, bonito. Eso sí: el que esperara una continuación de los Sunday Drivers lo iba a tener difícil a ratos. Para empezar, Jero se lanza al castellano y se muestra sorprendentemente como un buen letrista, algo poco habitual para aquellos acostumbrados a escribir en inglés, al menos en sus primeros discos. Y para continuar, aunque conserva su vertiente pop, uno de los mejores constructores de estribillos de este país nos ofrece un disco prácticamente sin estribillos, en el que las historias son contadas de un tirón.
Apenas atisbos de tonadas, pero muchos retazos de buena música es la receta. La prueba es “Correcto”, ese primer tema en el que la acústica lleva todo el peso de una melodía que se repite una y otra vez. Unos coros parecen anunciar el buscado estribillo, pero este no acaba de aparecer. Luego se repite esa sensación, pero sin dejar que pensemos lo que probablemente no es. Todo fluye igual y el tema es precioso. Versos como «un gusto desmedido por medir el pormenor» lo sitúan en primera línea de los escritores en castellano, junto a gente como Fabián, nombre que me vino a la cabeza al escuchar aquellas letras. En “Las leves” asoma el Jero «Sunday Driver», en una canción que en inglés podría haber estado en cualquiera de sus discos con ese «sal de mi cabeza» que hubiera sido otro estribillo perfecto si el tema no acabara justo en el momento en que aparece.
Unos aplausos dan paso a “Señor Gigante” donde Romero me recuerda, y mucho, a mis queridos Marañones, incluso en la forma de entonar. “Devolverte” tiene la acústica típica del toledano, pero si hubiera sido un tema de los «Conductores Domingueros» arrancaría tras la primera vuelta y, en cambio, el tema se queda ahí, con magistrales frases costumbristas como «yo he dormido mucho más en el sofá», y unos magníficos coros de Charlie. “Ya te lo decía yo”, en cambio, arranca con una batería y esos vientos que tanto gustan a Romero y a Bautista. La voz aparece por primera vez tratada y filtrada, y su cadencia me recuerda, y no sé por qué, al Quique González de Pájaros Mojados, aunque la manera de cantar de Jero diluye esa sensación al crecer.
«Muchas lágrimas no caen al suelo». Otro semiestribillo. Precioso crescendo en la línea de “Alibis” de Ocean Colour Scene, aunque ligeramente más rápido. Uno de mis favoritos del disco. “Cabeza de león” contiene un pop luminoso, y los Marañones me vuelven a la mente. “Haciendo Eses” es ingeniosa y demuestra por qué Charlie es uno de los mejores músicos de este país. Su producción es apabullante. Mientras, en “Nadie te ha tocado” me parece ver, de nuevo, a los Sunday Drivers. Cosa que no me pasa en “Túmbate” en la que las escobillas juegan un papel vital. La voz de nuevo aparece tratada, pero sin sobrecargar. Vuelves a pensar ese qué bien canta este tipo, cosa que a mí me sucede con todos y cada uno de los discos en los que he oído su voz.
“Reloj de sol” es como miles de rayos de eso, de sol. Luminosa. Otra gran letra en frases cortas. Algo muy difícil en el castellano. “Desinhibida” es mi otra favorita del disco. Aquí la voz pasa por varios estados y la letra… me encanta ese «desde que te conozco, te quiero conocer». Cierra el disco “El as”, otro tema saltarín con la acústica, lánguido (en positivo) y corto. Y así nos damos cuenta de que casi ninguno de los temas pasa de tres minutos. Pero da igual. El disco fluye y consigue lo que pretende. Jero gana la apuesta. Se lleva los primeros tres puntos en la jornada inaugural. Y muestra que deshacer los Sunday Drivers no fue el error que muchos creían. Seamos positivos. Perdimos algo, pero también lo ganamos. Como mínimo, un disco como este.
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Anterior Fondo de catálogo: Dulces dieciséis (2005), de Burning.