Ha fallecido el legendario productor José Luis de Carlos

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José Luis de Carlos en 2019, en una sesión de fotos para «Cuadernos Efe Eme». Foto: ©Patricia J. Garcinuño.

Texto: JUAN PUCHADES.

Las Grecas, Cecilia, Manzanita, Enrique Morente o Joaquín Sabina fueron algunos de los artistas que produjo José Luis de Carlos, que la pasada noche, 30 de julio, falleció mientras dormía, a los 77 años. Con su fallecimiento perdemos a unos de los más grandes productores de la música española de todos los tiempos. Alguien que siempre creyó en la posibilidad de sacar adelante una música pop (por popular) de raíz propia, autóctona, que desde la máxima calidad pudiera alcanzar a grandes públicos.

José Luis de Carlos nació en Madrid el 5 de mayo de 1943. Tras estudiar Derecho, tomó clases de piano e incluso de composición junto a Luis de Pablos, aunque abandonó y, a través de De Pablos, en 1965, se introdujo en el sello Hispavox, donde comenzó a trabajar a las órdenes de Roberto Pla como ayudante de dirección musical. Ahí, entre grabaciones de folclore español al lado de Manuel García Matos o de la Sección Femenina, se aproximó al flamenco en lo que fueron sus primeras producciones y descubrimientos personales: Amina, Los Hermanos Reyes, Los del Río y el primer Enrique Morente, al que produjo su estreno, Cante flamenco. También de aquel periodo es una obra colectiva esencial: Canta Jerez (1967).

Sin embargo, José Luis de Carlos lo dejó todo y a finales de 1967 se marchó durante un año a Teherán a estudiar musicología mediante una beca. Casado con una estadounidense desde un par de años antes, en 1968 viaja a Estados Unidos, donde De Carlos imparte clases de español en Rochester, al tiempo que se introduce en ambientes musicales gracias al trompetista de jazz Chuck Mangione. En Nueva York visitó los estudios de grabación Electric Ladyland, recién inaugurados, donde conoció a uno de sus ídolos del momento, Jimi Hendrix.

En 1972, de regreso en Madrid, recibió la llamada de Tomás Muñoz para incorporarse a la recién llegada a España CBS (Columbia) en calidad de director artístico. Su primera producción para la nueva compañía fue el primer elepé de Cecilia (1972), a la que también produjo su siguiente obra, el mitificado Cecilia 2 (1973). En ese tiempo también produjo al trío femenino Arena Caliente, primera aproximación al pop con dejes flamencos que desembocará en Las Grecas, a las que descubre en 1973 en un tablao madrileño y para las que diseña el sonido y el repertorio de su primer disco, el ya legendario Gipsy rock (1974), encabezado por «Te estoy amando locamente», uniendo el potentísimo impulso flamenco de ellas con el rock guitarrero de Hendrix, con la guitarra eléctrica (y arreglos) del portugués afincado en Madrid Johnny Galvao. De Carlos sería, desde ese momento, el productor del dúo en todos sus discos, del que en una extensa entrevista en Cuadernos Efe Eme (número 21) en 2019 me comentaba que se consideraba el inventor de su sonido.

De Carlos también descubrió al trío Los Chorbos, en el que tocaba la guitarra Manzanita, produciéndoles su único disco (aunque años después llegó un segundo): El sonido Caño Roto (1975), una obra perfecta entre la rumba, el soul y el rock. El nombre de Sonido Caño Roto (que hacía referencia al poblado madrileño de donde era original el grupo) fue una invención suya que tiempo más tarde se utilizaría para definir la rumba pop hecha en Madrid y que perdura hasta la actualidad. También en 1975, y en una línea más melódica, produjo el debut de Lolita, a la que continuó produciendo en sus siguientes discos hasta los primeros años ochenta, de los que fue el diseñador del sonido.

Ya claramente decantado hacia el pop de raíces flamencas o rumberas, en el que creía firmemente, con especial predilección por los artistas gitanos, produjo en 1978 el deslumbrante estreno de Manzanita: Mucho ruido poco duende. Junto a Manzanita trabajaría durante años, produciendo obras tan emblemáticas e imprescindibles como Talco y bronce (1981), con las que, en gran medida, se definió el sonido de lo que luego se denominaría Nuevo Flamenco. Entre sus producciones de aquel tiempo también cabe destacar los discos de El Luis, Zíngaro y el rumbero catalán Chango. Además de trabajar de nuevo con Enrique Morente en Despegando, de 1977, otra obra capital del flamenco. Y en su calidad de director artístico de CBS impulsó (aunque no produjo) en 1977 el debut del grupo sevillano Veneno en la multinacional.

En 1980 produjo los estrenos de Pulgarcito y de Sergio Makaroff (Tengo una idea), así como el segundo álbum de Joaquín Sabina, el esencial Malas compañías, y, un año después, el primero de Kiko Veneno en solitario: Seré mecánico por ti.

Tras abandonar CBS, produjo para Hispavox Duna (1982), el exquisito primer álbum de Javier Ruibal, al que volvió a dirigir en el siguiente, Cuerpo celeste (1986). A mediados de los años ochenta trabajó durante un tiempo en el sello RCA, como director artístico y productor. Ahí ideó el sello para nuevos artistas Nova 5, lanzando a Romero San Juan, Rosario, Diego Carrasco, Diseño o Laberinto. También produjo a Joan Baptista Humet (Solo soy un ser humano, 1984) y Los Amaya (En la brecha, 1981), en la que fue su segunda aproximación a la rumba catalana. Ya fuera de RCA, produjo el excepcional Marinero de luces (1985), de Isabel Pantoja, con canciones compuestas por José Luis Perales. Incluso, en sus aproximaciones a la canción española, dirigió a El Fary (Rompecorazones, 1985) y el gran Homenaje (1990) colectivo a Lola Flores.

Siempre buscando nuevo talento, y siempre indagando en la música española más original y de raíz flamenca o rumbera, produjo al trío femenino Bambanis el descomunal Gipsy queens (1992) y a Kiki Maya, hijo de Chango, el estupendo El dolor de amar (1992) y a Yumitus, sobrino de Peret, el innovador Saboreando (1992). En 1996 lanzó a Tomasito y en 1998 produjo a Rocío Jurado en Como las alas al viento (1993). También de 1998 es el demoledor Abracadabra, de Nanay (que en realidad eran Bambanis con un nuevo nombre), otro de esos discos de fusión entre rock, pop, soul y alma gitana que siempre persiguió, aunque aquí ejerció de productor ejecutivo, encargándose Miguel Gallardo de la dirección artística. En esos años lanzó a Hakim (sonidos árabes y pop, con producción de Manuel Malou) y Sonia Terol. Entre sus últimas producciones cabe destacar el exitoso debut de Papa Levante, Tomalacaté (2000), un grupo que ideó él mismo, los sevillanos Siempre Así (10 años juntos, 2001) y Son del Sol, en 2004.

José Luis de Carlos hacía unos años que se había retirado aunque continuaba atento a la actualidad de la música y, cómo no, era un firme defensor de la labor que está haciendo Rosalía, como me explicó en la mencionada entrevista en la primavera de 2019.

 

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