FONDO DE CATÁLOGO
«Sus juegos de guitarras y pianos en piezas como “Something’s going on in my head” o “Railroad” harían levantarse a un muerto»
Viajamos sónicamente hasta 1970 para descubrir el contenido de Dog of two head, el cuarto disco de la banda londinense Status Quo. Nuestro guía hacia su famoso boogie rock no es otro que Eduardo Izquierdo.
Status Quo
Dog of two head
Pye Records, 1970
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Para hablar de Status Quo es necesario hablar de boogie rock. Y por eso toca liarse a intentar definir un estilo probablemente indefinible, con tantas aristas y puntos de conexión con otros géneros que da pie a discusiones clásicas del tipo «esto es» o «esto no es» boogie rock. Parece claro que el término empezó a utilizarse a finales de los sesenta en Inglaterra y Estados Unidos para encasillar a algunas bandas que mezclaban elementos del blues rock con elementos del boogie-woogie, aunque la explosión del rock sureño en los setenta acabó por llevarse al traste cualquier intento de delimitación que pudiéramos tener en mente. Los grupos del llamado southern rock iban y venían del boogie rock. Incluían canciones que podían asociarse al género, o incluso discos enteros (el Houston Press consideró Tres hombres de ZZ Top y Second helping de Lynyrd Skynyrd como los dos mejores discos de boogie rock de la historia, en una controvertida decisión). De hecho, y quizá por la imposibilidad de darle una definición clara, el término era utilizado de manera ligeramente despectiva, como apunta el periodista especializado en blues Chris Gray. Los grupos citados por el diario tejano, junto a otros nombres como Humble Pie, Allman Brothers, Savoy Brown o Engine, en un momento u otro han sido calificados de boogie rock. Sin embargo, si alguien encarna al cien por cien las principales características del género es la banda que fundaron Francis Rossi y Alan Lancaster en Londres en 1962. Nos referimos, cómo no, a Status Quo.
Curiosamente, los londinenses dieron sus primeros pasos con un rock de carácter progresivo bastante alejado de lo que acabarían haciendo el resto de su carrera. Su primer disco Matchstickable messages from the Status Quo (1968) no fue mal del todo, pero el desastre del segundo, Spare parts (1969), los convenció de que ese no era el camino y empezó a acercarlos al incipiente boogie rock. Su primer paso fue tímido, con Ma Kelly’s greasy spoon (1970), pero el siguiente ya fue otra cosa. Publicado por Pye Records, Dog of two head fue el inicio de su concreción como banda de boogie rock, ya que este ganaba terreno al hard rock que apuntaba su disco anterior.
No es que el álbum tuviera mucho éxito. De hecho, es uno de esos casos de discos más reconocidos con el tiempo que en su momento. Apenas entró en listas y las ventas fueron escasas, pero su calidad los llevó a programas como el de John Peel en la BBC. Además fue el paso perfecto entre su anterior etapa y el éxito que tendrían con su siguiente trabajo, Piledriver (1972).
Una banda de dos cabezas
Lo mejor de Dog of two heads es la confirmación del buen equipo que muestra la dupla que integran Francis Rossi y Rick Parfitt. Este último había llegado a la banda en 1967 y había sido clave, por ejemplo, a la hora de cambiar el nombre al combo, antes apodados Traffic Jam. Aunque, claro está, su principal aportación fue su sonido. Rápidamente los papeles estuvieron claros. Rossi se encargaría básicamente de la composición, con la ayuda de Bob Young —curiosamente, miembro no oficial del grupo—, y Parfitt se centraría en dar personalidad a su sonido. La primera muestra de esa simbiosis perfecta se da en Dog of two head, aunque el disco arranca con un tema que no firma el tándem Rossi-Young, “Umleitung”, escrito a medias por el bajista Alan Lancaster y el teclista Rob Lynes, que abandonó la banda poco antes de la edición del trabajo.
La crítica, rápidamente, consideró a Status Quo una versión más suave de Thin Lizzy, pero el grupo era mucho más que el clon de nadie. Sus juegos de guitarras y pianos en piezas como “Something’s going on in my head” o “Railroad” harían levantarse a un muerto, y encima cierran, riéndose de sí mismos, con un tema tan cachondo como “Nanana” — que van deslizando durante todo el disco-, a medio camino entre el “Ob-La-Di, Ob-La-Da” de los Beatles y el “Brown eyed girl” de Van Morrison. Estaban arrancando su leyenda, y Dog of two head fue la mejor manera de hacerlo.
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Anterior entrega de Fondo de catálogo: Palabras más, palabras menos (1995), de Los Rodríguez.