«Los Ramones me pidieron que me uniera varias veces a ellos, pero siempre rechazaba la oferta»
Batería y miembro fundador de Blondie, Clem Burke presenta el documental My view, el retrato de un músico crucial en la historia de la veterana banda estadounidense. Carlos H. Vázquez habla con él.
Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: PHIL SANSOM / DANIELLE ST. LAURENT.
Si al final es verdad que el mundo se acaba, para Clem Burke solo sobrevivirán tres cosas: Keith Richards, Iggy Pop y, por supuesto, las cucarachas. El batería de Blondie (y también de Ramones) presenta el documental My view, cuyo título no deja lugar a dudas: su punto de vista, el del batería que lo ve todo desde atrás, ya fueran las espaldas de Debbie Harry o el culo del mundo del rock and roll.
Tu padre fue batería y formó una banda con tus tíos y tu abuelo. ¿Qué influencia tuvo la música en tu casa?
Siempre había música en casa cuando era pequeño. Recuerdo que todas las mañanas, antes de irme al colegio, mi madre ponía la radio y cantaba los cuarenta mejores éxitos del día. También tocaba el piano. Mi padre disfrutaba escuchando artistas country como Hank Williams y Johnny Cash.
Creo que te echaron de la banda del colegio por tocar muy fuerte la batería. ¿Y del barrio no?
Mis padres y mis vecinos me apoyaron mucho y fueron muy tolerantes conmigo. Ensayaba y tocaba la batería con mi primera banda en el salón de casa de mis padres.
Querías ser un pequeño Keith Moon…
Cuando terminaba las clases, podía tocar un disco y solía elegir a The Beatles. Pero un día escogí el primer elepé de The Who (The Who sings my generation) y traté de tocar la canción “My generation”. ¡Tenías que haber visto la cara que se le puso a mi profesora! Hasta el día de hoy, Keith Moon ha sido una inspiración continua y sigo tratando de tocar “My generation” [risas].
¿Y alguna vez quisiste ser uno de los Ramones? Solo tocaste con ellos en dos shows (28 y 29 de agosto de 1987) como Elvis Ramone, pero la aventura terminó después. Johnny Ramone dijo que no podías seguirles el ritmo, que eras un desastre…
Personalmente, siento que los Ramones no pudieron seguirme el paso a mí. Luego, con el paso de los años, me pidieron que me uniera varias veces a ellos, pero siempre rechazaba la oferta. Johnny, además, se negaba a ensayar. Así que, si hubiéramos ensayado, el resultado hubiera sido un poco mejor. Joey, en cambio, era un buen amigo y hablábamos de abrir el abanico sonoro de la banda, cosa que no le interesaba a Johnny. También había bastante mal rollo entre los tres miembros originales. Los Ramones son los Beatles de mi generación, probablemente la segunda banda más influyente de todos los tiempos, una gran banda, pero nunca fue mi deseo continuar con ellos. De hecho, creo que lo mejor que hicieron fue recuperar a Marky.
¿Qué quedaba de los Ramones de los tiempos del club neoyorquino CBGB cuando entraste en la banda? Halfway to sanity (con la voz de Debbie Harry en “Go Lil’ Camaro go”) fue despreciado por la crítica…
Los tres primeros álbumes de los Ramones son perfectos, pero hay que apreciar bien todas las grabaciones. Pero cuando toqué con ellos ya eran diferentes a los Ramones de los inicios en el CBGB. Creo que comenzaron a tocar demasiado rápido en los conciertos, como si tuvieran prisa por salir del escenario.
¿Cómo fue tu primera vez en el CBGB? Blondie podía llegar a actuar seis veces a la semana, y aunque no había mucha audiencia, el ambiente podía ser… ¿hostil?
Yo no diría que fuera hostil. El CBGB fue como un taller donde te permitían cometer algunos errores ante su audiencia. Digamos que en los primeros tiempos éramos un diamante en bruto, así que era necesario salir y tocar con ese público para poder desarrollar nuestras canciones y nuestra presentación.
¿Qué fue lo mejor del Club 82 en comparación con los otros clubes?
Club 82 presentó a todas las bandas de rock and roll en la escena glam. Te hablo de bandas como Teenage Lust, Wayne County And The Back Street Boys, Sniper, The New York Dolls, Sweet Revenge, The Neon Boys, Another Pretty Face, The Stilettos… Gente como David Bowie y Lou Reed pasaban el rato allí. Era más una discoteca y un sitio de baile que ponía rock and roll una vez o dos veces por semana. En cierto modo, era mucho más glamuroso que el CBGB, que también fue el precursor de lo que iba a suceder en la escena neoyorquina de rock and roll. ¡Buenos tiempos!
En los primeros años de Blondie, ¿qué podía demostrar una canción como “X Offender”?
Hicimos un gran trabajo cuando fuimos al estudio a grabar “X Offender”, y hubo un enorme trabajo de producción detrás. La canción es un homenaje a Phil Spector y a su The Wall of Sound. Me encantó escucharlo en la máquina de discos del CBGB.
¿Y qué podía demostrar Debbie Harry? Hablo de su influencia en el rock and roll, en el feminismo…
Debbie está en la misma estratosfera que David Bowie. ¡Es una persona extraordinaria, gran cantante y compositora!
¿Crees que el mejor lugar para Blondie fue el Reino Unido?
El Reino Unido es nuestro segundo hogar, donde tuvimos nuestro primer éxito que luego se tradujo en un éxito por toda Europa y que llegó a Estados Unidos. Cuando regresamos a finales de los noventa, Reino Unido nos recibió con los brazos abiertos.
La invasión (musical) británica en Estados Unidos cambió el mundo. Pero, en tu opinión, ¿cuál fue el momento más importante?
Las actuaciones de The Beatles en The Ed Sullivan Show fueron lo que lo cambió todo. Los Beatles llevaron el rock and roll de verdad a su país de origen: los Estados Unidos de América.
Las presentaciones del documental, Q&A y DJ set serán en el Teatro Xesc Forteza de Palma el 23, 25 y 26 de diciembre (con Clem Burke).