Lo mejor de 2019: Cine

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Entre las películas más destacadas del año se cuelan los últimos títulos de Pedro Almodóvar, Martin Scorsese o Lars Von Trier, entre otras muchas. Esta es la selección realizada por nuestro equipo de críticos.

 

1. Parásitos (Bong Joon-ho, 2019)

Parásitos es sin duda la más impresionante, angustiosa, compleja y alocadamente veraz representación de los estragos intrínsecos a la división socioeconómica existente en las sociedades capitalistas. Brillante en temática, visualidad y estructura narrativa, con giros tonales ejecutados de manera perfecta, resulta difícil pensar en otro objeto cultural que ofrezca una imagen de la contemporaneidad tan elocuente a la par que hipnótica y provocativa. Lo que empieza como una aparente comedia social, a medida que la familia Kim engaña a la rica familia Park con el propósito de obtener empleos que garanticen su subsistencia inmediata se transforma de manera orgánica en un thriller que solo puede finalizar como la tragedia que, en realidad, siempre fue. Por Elisa Hernández.

2. Dolor y gloria (Pedro Almodóvar, 2019)

En un año de grandes relatos crepusculares, Almodóvar se suma a la corriente de miradas al pasado, en este caso desdoblándose en el personaje de Salvador Mallo (un anagrama de su propio nombre) al que Antonio Banderas aporta cuerpo, voz y sentimiento. Dolor y gloria examina los pequeños momentos que marcan una vida, ya sea el descubrimiento del primer deseo o el reencuentro con el amante perdido, e insiste, literal y metafóricamente, con la idea del dolor como generador de arte. Y también en la importancia de ajustar cuentas con la propia memoria para poder seguir hacia adelante. Por Héctor Gómez.

3. El irlandés (Martin Scorsese, 2019)

Más allá del debate absurdo sobre cómo debería o no debería verse la última película de Martin Scorsese (otra de las discusiones circulares que nos ha traído la incierta situación del consumo audiovisual con la irrupción de las plataformas), lo cierto es que El irlandés deslumbra por su capacidad de retratar una época que termina para siempre. La película de Scorsese puede leerse en clave de despedida, la propia y la de una generación de actores (De Niro, Pacino, Pesci) que cambiaron para siempre la historia del cine, y que aquí se llevan a la tumba secretos, traiciones y quizá hasta pasiones sin resolver. Por Héctor Gómez.

4. Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019)

Céline Sciamma no necesita más que una localización y cuatro personajes para hacer una de las mejores películas del año. Una historia de amor que se fragua al ritmo de la mirada, primero oculta y después explícita, de una pintora con el encargo imposible de retratar a una joven que no ha encontrado el sentido de la vida. Retrato de una mujer en llamas se configura en el equilibrio de poder entre Adèle Haenel y Noémie Merlant, y en cómo las barreras (las sociales y las personales) se derriten como la cera de las velas cuando la pasión aparece, aunque solo sea por unos días que marcarán una vida para siempre. Por Héctor Gómez.

5. La favorita (Yorgos Lanthimos, 2018)

El triángulo amoroso-político en el centro de La favorita combina sentimientos tan humanos como la soledad, la desesperación o la inseguridad con la maquinación en la lucha por la adquisición de un poder que resulta, finalmente, superfluo. En esta magnífica comedia excéntrica, fría, seca y, en ocasiones, trágica, las intrigas palaciegas y políticas de la corte de la reina Ana de Inglaterra se convierten en escenario de absurdidad y exceso de la mano de Yorgos Lanthimos, experto mostrador de lo aleatorio y ridículo de todo aquello que consideramos natural y cotidiano. Por Elisa Hernández.

6. The lighthouse (Robert Eggers, 2019)

Espectacular representación de la máxima «menos es más», The lighthouse convierte dos personajes atrapados en el espacio (un faro) y el tiempo (un turno de dos semanas) en una historia de mentiras, paranoia y alucinaciones. En un agobiante encuadre con una exquisita fotografía en blanco y negro y con dos de las mejores interpretaciones del año, Robert Pattison como el nuevo y joven ayudante del viejo farero y Willem Dafoe como este último mantienen una constante lucha de caracteres y temperamentos que se desmorona en un delicioso y desquiciado delirio del que les resulta (y con ellos a la audiencia cautiva) imposible escapar. Por Elisa Hernández.

7. The nightingale (Jennifer Kent, 2019)

 A primera vista una historia de venganza, The nightingale hace uso de la violencia explícita no de un modo superficial sino al servicio de lo narrado, de la poderosa y efectiva recreación de la experiencia traumática de la protagonista y sus más inmediatas consecuencias. La historia de Clare, aunque aparentemente anclada en el contexto geográfico y temporal en el que tiene lugar (el sexismo y racismo de la Tasmania colonial), resuena de manera enérgica en un presente que tiende a ignorar y banalizar las raíces de sus opresiones y a minimizar su ubicuidad todavía hoy. Por Elisa Hernández.

 

8. Midsommar (Ari Aster, 2019)

Atávico, inquietante, emocional y perturbador, el segundo largometraje de Ari Aster nos ofrece un enfrentamiento directo con la disfuncionalidad de nuestras propias relaciones sociales y la necesidad, tan humana, de comprensión y empatía, un enfrentamiento del que es imposible salir ileso. En cierta manera, esta es la otra mitad de un díptico sobre la pérdida y el duelo, conformando una especie de paralelismo con Hereditary (Ari Aster, 2018). Sin embargo, allí donde esta era oscura y claustrofobia, Midsommar es luminosa, abierta y colorida, un lugar aparentemente idílico en el que el horror no se oculta en las sombras, sino que se manifiesta a la luz del día. Por Elisa Hernández.

9. Los días que vendrán (Carlos Marqués-Marcet, 2018)

 ¿Cuáles son los elementos mínimos para hacer cine? Para Carles Marqués-Marcet solo es necesario que dos amigos suyos (David Verdaguer y Maria Rodríguez Soto) anuncien que esperan un hijo. El director catalán retoma casi el final de Tierra firme para retratar con una naturalidad que desarma el proceso de gestación de una nueva vida y cómo afecta a la relación de la pareja. El cine de Marqués-Marcet avanza por el camino hacia la madurez, y emociona en su relato certero de la incertidumbre, la ilusión, el miedo y la emoción de enfrentarse a una experiencia que no puede compararse con nada. Por Héctor Gómez.

10. The farewell (Lulu Wang, 2019)

Tomando como punto de partida su propia experiencia personal, Lulu Wang escribe y dirige esta historia sobre complicadas dinámicas familiares, diferencias culturales, mentiras piadosas y, en última instancia, la definición de hogar. Una dulce y cándida comedia sobre la ocultación de un diagnóstico a la matriarca familiar ofrece también una minuciosa introspección sobre temas tan inmediatos y comprensibles como la experiencia de la emigración y la búsqueda del propio lugar en el mundo. The farewell es una de esas excepcionales películas capaces de convertir lo específico en universal, ofreciendo una modesta a la par que sublime catarsis emocional. Por Elisa Hernández.

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11. La casa de Jack (Lars von Trier, 2018)

Lo desapercibida que ha pasado esta película habla con mucha claridad de la situación en la que se encuentra el cine de Lars Von Trier, del que ya solo parece hablarse cuando suelta alguna barbaridad en una rueda de prensa. Sin embargo, cuando el director danés no cae en la tentación de la provocación barata, es capaz de hacer films como este, un estudio minucioso no solo de cómo funciona la mente de un psicópata, sino especialmente de cómo los espectadores consumimos las imágenes de violencia. El camino de Jack por el inframundo (conducido por el añorado Bruno Ganz) es el mismo que recorre Von Trier para echar la vista atrás sobre su propia filmografía, que, aunque irregular, nunca ha perdido punch a la hora de hacernos preguntas incómodas. Por Héctor Gómez.

12. Border (Ali Abbasi, 2018)

Tal vez, las imágenes más bizarras y perturbadoras del año vienen de la mano de esta cinta sueca que utiliza los tropos del thriller fantástico para hablar de la otredad y el miedo al diferente. La película de Ali Abbasi presenta a una protagonista “incómoda” en el sentido más social de la palabra, que parece encontrar en otro personaje similar a ella la identificación que siempre le había sido esquiva, hasta llegar a una revelación que cambia por completo la forma de entender su existencia. Border nos habla, precisamente, de fronteras (reales y metafóricas), de identidad, rechazo y descubrimiento. Y, por el camino, nos brinda escenas (ese encuentro sexual en el bosque) que permanecerán en nuestra memoria por mucho tiempo. Por Héctor Gómez.

13. Érase una vez… en Hollywood (Quentin Tarantino, 2019)

La película más madura de Quentin Tarantino es también la más extraña, la que prescinde prácticamente de argumento para girar en espiral en torno a las vicisitudes de tres personajes (el actor en horas bajas, el especialista que siempre ha estado a la sombra y la estrella emergente) hasta desembocar en un clímax en el que Tarantino cambia la historia para fabular sobre cuánto le habría gustado que Sharon Tate se salvara, que Rick Dalton fuera un héroe y que se prolongara la fantasía de un Hollywood mítico que se convertiría en el material del que estaban hechos los sueños de este director que, como los buenos narradores, prefiere la reconstrucción a la realidad. Por Héctor Gómez.

14. Puñales por la espalda (Rian Johnson, 2019)

Tras haber ofrecido una fascinante actualización del detective hard-boiled en la forma de un estudiante de instituto en Brick (2005), Rian Johnson se atreve ahora con otro de los subgéneros del noir: el clásico whodunnit. Un reparto soberbio y un uso brillante de los recursos fílmicos a su alcance se reúnen para descubrir qué sucedió realmente la noche que murió el escritor Harlan Thrombey. Con ecos de Agatha Christie, una divertida y modernizada crítica a la burguesía, un enigma no del todo resuelto y un inteligente uso de todos los tópicos genéricos, Puñales por la espalda es todo lo que los amantes del misterio podrían desear, y mucho más. Por Elisa Hernández.

15. Súper empollonas (Olivia Wilde, 2019)

A pesar del empeño, demostrado por la traducción de su título al castellano, de convertir Súper empollonas en una mera versión femenina de Supersalidos (Greg Mottola, 2007), no nos encontramos ante una nueva iteración de un conjunto de tropos consolidados, sino ante un excelente ejemplo de cómo el contexto sociocultural afecta al cine, y viceversa; siendo ambos una parte del mismo todo. Súper empollonas es divertida y cándida, cuenta con dos protagonistas estelares y un fantástico elenco de secundarios, y actualiza un género tradicionalmente anclado en una visión específica de la juventud. Es, en definitiva, la alocada comedia adolescente de una nueva era. Por Elisa Hernández.

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