OPERACIÓN RESCATE
«Petty está inconmensurable en cada una de las facetas creativas: interpretación, composición, arreglos…»
Eduardo Izquierdo nos trae una pieza indiscutible de Tom Petty: Wildflowers, su segundo disco en solitario, en el que al final colaboraron la mayoría de los Heartbreakers. El resultado de una etapa creativa brillante.
Tom Petty
Wildflowers
WARNER, 1994
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Hay una serie de discos que servidor se empeña en llevar constantemente cargados en mi inseparable iPOD. Y, dado que el cacharro solo tiene 8 gigabytes, eso acostumbra a convertirse en problemas de espacio. Pero me da igual, porque cada cierto tiempo se cumple el ritual de sentir la necesidad de escucharlos. Y uno de ellos es el álbum que hoy nos ocupa. Algunos se preguntarán por qué este disco de Tom Petty y no otro, y se podrían dar varias explicaciones. Una, que muchos lo sitúan como uno de los padres evidentes del rock norteamericano y que algo hay que llevar siempre de él. Otra, que es la que a mí me convence más, es que me gusta recuperar, simplemente, discos de rock norteamericano que me abrieron los ojos de un estilo que puedo considerar —junto al rock and roll más primigenio, el blues y el soul— mi favorito. Así que, con pleno derecho, hoy vamos a poner a hablar de Wildflowers.
En mi opinión, Wildflowers es el mejor disco del insuperable Tom Petty. Un músico que nos abandonaba por sorpresa en octubre de 2017, dejando un vacío que difícilmente podrá ser llenado en algún momento. Lo hizo sin previo aviso. Nadie imaginaba que Petty pudiera estar a punto de fallecer. Pero nos dejó, como en tantos otros casos, su música. Un legado inconmensurable. Una discografía prácticamente sin fallo que lo sitúa como uno de los músicos más grandes que nunca ha dado Norteamérica.
Un disco solista, pero con tres de los Heartbreakers
Un tipo que es capaz de asegurar que lo que le hizo convertirse en músico fue el paso de Elvis por su ciudad ya lo ha dicho todo. Wildflowers, publicado en 1994, iba a ser un disco de Tom Petty en solitario, el segundo, sin sus Heartbreakers. Y digo iba porque al final tres de los cuatro miembros de su banda de acompañamiento sí están implicados en la grabación, aunque el nombre del grupo no apareciera en la portada disco. De hecho, conflictos internos por ese motivo acabaron con Stan Lynch, batería de la banda y único que no estuvo, fuera de los rompecorazones.
Producido por Rick Rubin con la ayuda de Mike Campbell, el álbum es una maravilla absoluta. Petty está inconmensurable en cada una de las facetas creativas: interpretación, composición, arreglos… Todo el álbum desprende una magia irrepetible que lo hace único. Y todas las influencias del de Florida se condensan en unas canciones excelentes: Beatles, Kinks, Elvis, Neil Young, Beach Boys, Dylan… ¿Se pueden superar canciones como “You wreck me”, “Wildflowers”, “It’s good to be king” o “A higher place”? A mí me parece que no.
Como curiosidades decir que Rubin no quería utilizar a ninguno de los Heartbreakers y fue Petty el que insistió en el hecho. Sin duda, un acierto viendo los resultados. También decir que, a pesar de sus quince canciones, se grabaron muchas más, ya que la idea era hacer un álbum doble, y algunas de ellas acabarían, más tarde, en la banda sonora de She’s the one. Alguna incluso, como “Girl on LSD”, fue descartada por la discográfica, Warner Bros, por sus evidentes referencias a las drogas. Sólo pudo aparecer como cara B del single «You don’t know how it feels». Cosas que pasan. En cualquier caso, en tiempos de internet, merece la pena buscarla y unirla al resto de canciones del disco para acabar de entender el “todo” que quería crear Petty. Sea como sea, una obra maestra.
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Anterior entrega de Operación rescate: The Only Ones (1978), de The Only Ones.