OPERACIÓN RESCATE
«Una especie de epopeya callejera con la que puso el foco sobre la clase obrera y las miserias sociales»
Sara Morales rebobina hasta 1977 para llevarnos a la opera prima solista del irreverente músico británico Ian Dury. Un álbum desbordante de ingenio que fue la antesala de su unión con los Blockheads.
Ian Dury
New boots and panties!!
STIFF RECORDS, 1977
Texto: SARA MORALES.
Un tipo difícil de clasificar, Ian Dury. Demasiado heterodoxo para encajar en los estándares de la música convencional, pero demasiado conceptual y meticuloso para hacerlo en los del punk que incendiaba Reino Unido aquel 1977.
Irreverente, atrevido y reaccionario en esencia y actitud, personificó la cara más comprometida del movimiento de las crestas y los imperdibles burlando sus propios cánones con canciones que, lejos de la cólera de guitarras contra el orden, se fortificaron en estructuras más complejas que ahondaban en las pequeñas historias de personajes de a pie, de la calle, su hábitat. Una especie de epopeya callejera con la que puso el foco sobre la clase obrera y las miserias sociales, ensalzando el espíritu costumbrista de perfil bajo que gobernaba el condado inglés donde nació y creció, Essex, y el East End, el barrio londinense donde se movió y tanto le inspiraría para su vida y obra.
En las rutinas y anécdotas de estas gentes, sus vecinos y colegas encontró los héroes y antihéroes para sus composiciones, y sus andanzas las transformó en parábolas dignas de ser cantadas y casi hasta teatralizadas en sus directos. Muchas de ellas las encontramos en este primer álbum, como «Billericay Dickie», ese tema que narra las peripecias amorosas de un albañil tan peculiar, vamos a decir, que al propio Dury le terminó pareciendo patético, o «Blackmail man», esa crítica burlona sobre la discriminación de las clases altas hacia las más bajas que se respiraba en aquel Londres encorsetado
Este debut discográfico de Ian Dury (la banda The Blockheads que le acompañaría de aquí en adelante se fundó oficialmente después de este lanzamiento) no pasó desapercibido ni para la crítica ni para el público por ser diferente a todo lo que circulaba en el mercado y en las calles en aquel momento. Su extraña naturaleza a medio camino entre la insurrección profunda e intelectual, el ánimo de comediante y la vulgaridad descarada, que decidió bautizar New boots and panties!! por ese afán suyo de comprar la ropa en tiendas de segunda mano —a excepción de las prendas que menciona en el título—, llevó a los punks a acogerle en su regazo y legimitar su repertorio, a pesar de que Dury siempre promulgó no pertenecer a nadie ni a nada.
Siempre hubo evidencias de afecto y ternura dirigidas a los protagonistas de las historias que narraba en sus canciones, como esa que le dedica a su ídolo Gene Vincent («Sweet Gene Vincent»), que además fue el gran single del álbum. Pero sus expresiones cockney y su deje barriobajero para plantear problemáticas concienzudas, el tono humorístico que se gastaba y ese modo extraordinario de fundir en un solo bloque el rock and roll, el punk, la música disco y el funk le convirtieron en un artista diferente, una estrella desamparada; tanto, que le costó un mundo dar con un sello discográfico que se atreviera a avalar esta ópera prima. Su aspecto destartalado y al margen de toda tendencia tampoco le ayudó demasiado, no daba la talla para ser encasillado entre los músicos dirigidos a la clase media, no tenía especial tirón entre los jóvenes, ni siquiera en mitad de la explosión punk en la que todo parecía valer Dury llegó a acomodarse del todo.
Pero consiguió forjar su propio camino y con este trabajo, el mejor de su carrera y con el que alcanzó el platino en 1979, demostró que caminar en solitario no era ningún inconveniente para él. Llevó hasta los límites de la parodia, pero de una manera magistral, el talante del music hall británico y a cuestas con su pasado de pub rock levantó una forma de comunicar cantando única. Sus letras, abastecidas de ingenio, ironía y un coloquialismo que araña en la ofensa, bocetaron de una manera inteligente los clichés de la perfecta vida británica, ridiculizándolos, y no fueron pocos los que le acompañaron en aquellas risas profanas. Empezando por el músico Chaz Jankel, con quien escribió buena parte de las composiciones de New boots and panties!! y que terminó siendo el guitarrista y teclista de su banda, los Blockheads; su contribución sonora queda patente en temas como «Wake up and make love with me», donde se dejan oír unos sintes moog que por entonces no solían encontrar lugar.
Una de las canciones más recordadas de Ian Dury, «Sex & drugs & rock and roll», publicada unos meses antes del lanzamiento de este disco, no llegó a ser incluida en la tirada original del mismo, aunque sí lo haría en las reediciones que vendrían después. Un tema con el que abrió el espectro del britpop que llegaría en los noventa porque, a pesar de sus excentricidades, su aura de loco e incluso de loser, fue un genio y un visionario capaz de adelantarse al tiempo que le tocó vivir, aunque este nunca terminara de comprenderle del todo.
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Anterior entrega de Operación rescate: Kamikazes enamorados (2004), de Quique González.