Quince álbumes publicados durante treinta años de carrera condensan la historia discográfica de R.E.M. Eduardo Izquierdo la repasa para quedarse con cinco obras imprescindibles.
Selección y texto: Eduardo Izquierdo.
Discúlpenme. Yo soy de los que conocieron a R.E.M. con “Losing my religión”, qué se le va a hacer. Cuando se publicó ese pedazo de canción, digan lo que digan, servidor contaba con 16 añitos. Edad que hace comprensible que no fuera un experto en los entresijos del rock underground norteamericano. Sí que es cierto que conocía, por MTV, “The one i love”, y la canción me gustaba, pero a principios de los noventa no era tan fácil investigar un grupo como lo es ahora, y yo ya tenía suficiente con escarbar en la discografía de Bob Dylan, mi obsesión entonces. “Losing my religión” lo cambió todo. Para R.E.M. Para mí. Y para nuestra relación. Aquella canción y aquel disco los convirtió en uno de mis grupos de cabecera, y hoy sigo añorándolos continuamente. Desde aquel videoclip en el que Michael Stipe aparecía con alas de ángel llegué a discos enormes y a un universo que, a día de hoy, me sigue cautivando. Remadicto o Remmaníaco, por inventarnos una palabra para definirme. Hoy escojo mis cinco discos favoritos de su carrera. Y alguna sorpresa, como siempre, les tengo guardada.
1. Murmur (1983)
Disco de debut de los de Athens, aunque previamente hubieran publicado el EP Chronic town. La lista de canciones es directamente inmejorable, aunque, por encima de todas, destaquen piezas como “Talk about the passion”, “The perfect circle” y la insuperable “Radio free Europe”, que supuso la primera entrada del grupo en las listas de Billboard. El disco ha tenido dos reediciones, una en 1992 y otra en 2008, especialmente interesante, ya que incluye uno de los conciertos de su gira de presentación, concretamente el celebrado el 9 de julio de 1983 en Toronto.
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2. Document (1987)
Lo sé. Me salto discazos como Reckoning, Fables of the reconstruction o Lifes rich pageant, pero es que solo puedo escoger cinco y me apetece dar una imagen más amplia de la banda sureña. Document es su quinto trabajo, si obviamos Dead letter office, más bien un recopilatorio de rarezas. Su elección está totalmente justificada ya que, además de ser un gran álbum, incluye “The one I love”, el primer éxito a nivel nacional de la banda, colocándoles en el top ten de las listas y siendo pieza esencial para que el disco fuera certificado como platino. El grupo ya huele a banda grande, a algo más que un combo underground. Y es que, junto a la canción citada, encontramos piezas como “Finest worksong”, «It’s the end of the world as we know it (and i feel fine)» o “Exhuming McCarthy”.
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3. Out of time (1991)
Que sí, que Green es otro trabajo enorme. Que no tengo vergüenza al saltármelo, pero es que he de ser justo con mi historia con R.E.M. y Out of time ha de estar aquí. Además, quiero reivindicar la grandes de un álbum habitualmente ninguneado. No lo entiendo. ¿Qué problema hay, que vendió mucho? Sí, pero sigue siendo un conjunto de canciones fantástico. Time lo eligió en 2006 como uno de los mejores 100 discos de todos los tiempos, y la crítica especializada se les echó encima. Papanatas. Out of time presenta a R.E.M. en otro registro, trabajando las sonoridades acústicas, pero con una capacidad innata para construir canciones redondas y con un líder a la altura de los nombres más grandes de la historia. Ni más ni menos.
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4. Automatic for the people (1992)
Aquí sí que suele coincidir mucha gente. Considerarlo el mejor trabajo de R.E.M. no es algo poco habiutal. Un disco más oscuro que su predecesor, pero cargado de canciones inolvidables: “Drive”, “Man on the moon”, “Everybody hurts”, “Ignoreland”… No es extraño que vendiera cuatro millones de copias en un santiamén. Y es que no tiene tema malo. Para R.E.M., las canciones de relleno no existen.
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5. Accelerate (2008)
Aquí va la sorpresa. He querido reivindicar en esta lista la última etapa de R.E.M., esa en la que Bill Berry ya no está en el grupo y se apoyan más en gente como Scott McCaughey. Penúltimo álbum del grupo y otra obra excelente, se mire por donde se mire. Canciones como “Accelerate” o “Supernatural superserious” son simplemente perfectas, y no tienen nada que envidiar a los clásicos. Fue su penúltimo disco, antes de despedirse con Collpase into now (2011). Una muestra de que fueron grandes hasta el final.