El témino «moving inmobiliario» está de moda. Consiste en presionar a inquilinos con rentas antiguas a abandonar sus viviendas después de que un edificio haya sido adquirido por alguna inmobiliaria o empresa especulativa del sector del ladrillo. Es habitual leer en la prensa que ancianos que llevan décadas habitando sus pisos sufren todo tipo de canalladas para que abandonen éstos, pero la sorpresa es leer el nombre de Francesc «Quico» Pi de la Serra –uno de los mejores cantautores catalanes de todos los tiempos– como víctima del «moving» en un comunicado que nos llega a esta redacción. Los hechos, a grandes rasgos, se reducen a lo siguiente: El edificio donde se encuentra el piso de alquiler que habita Pi de la Serra desde hace años, ha sido adquirido por una empresa inmobiliaria para construir apartamentos pensados para turistas –el inmueble se sitúa en uno de los centros neurálgicos de la turística Ciutat Vella de Barcelona, en la Plaza de Sant Jaume– y ahora trata de que los vecinos se marchen de allí. Pero, Pi de la Serra ha tenido la mala suerte de que ha sido, justicia de por medio, muy fácil pillarle en falta, pues siguiendo el consejo de sus asesores creó una Sociedad Limitada para gestionar su actividad profesional (estrictamente musical) y, claro, el domicilio legal era el de su casa.
Un juez, siguiendo la ley de Arrendamientos Urbanos de 1964 ha considerado que una Sociedad sin presencia física o real en su domicilio personal es una infracción de dicha ley y merece el desalojo. Así dictó sentencia hace un año el tribunal después de una inspección en su domicilio en la que, evidentemente, no encontraron ninguna instalación empresarial (¡¿pensaban encontrar tostadoras industriales de CDs?!) y tampoco se dio importancia a la declaración de testigos que han visitado con frecuencia su casa, entre ellos Joan Manuel Serrat.
Quico Pi de la Serra podría ser desalojado en breve, aunque él asegura que todavía confía en la justicia y espera el resultado de la apelación contra la sentencia.
Que tengas suerte, Quico.