Escasas son las oportunidades que hay de ver a Loquillo lejos de los escenarios de rock. Pero el 24 de marzo, será una de ellas. Dentro del festival Barnasants, en Barcelona, el Loco tocará junto a su socio compositor Gabriel Sopeña. Será un concierto, como los que dieron el año pasado en Santander y Bilbao, dividido en tres partes: en la primera aparece solo Sopeña cantando temas de su propio repertorio, en la segunda se une Loquillo y juntos repasan, con la sola compañía de la guitarra, canciones de los dos discos de poetas que grabaron juntos (La vida por delante y Con elegancia). Ya en la recta final del espectáculo, a ambos se les une la banda y encaran los temas que Sopeña ha compuesto con Loquillo para los discos de éste (“Por amor”, “Cuando fuimos los mejores”…) y parte del material incluido en la banda sonora de Mujeres en pie de guerra.
Por otro lado, Loquillo anda metido en la grabación de Memoria de jóvenes airados, su próximo disco a publicar en septiembre. En esta ocasión, el álbum sólo saldrá con su nombre de guerra al que no se unirá el de Trogloditas. Las razones que aduce el Loco son dos: “Este es un disco hecho mano a mano con Jaime Stinus [guitarrista, compositor y productor] y los Troglos creo que ya no existen, me parece que seguir usando su nombre es como aprovecharse de una leyenda que, creo, hay que guardar y respetar. El único troglo original que queda es [Josep] Simón y, en principio, no toca en este disco, que se está elaborando en petit comité”.
Para Memoria de jóvenes airados se está trabajando con 14 canciones (muchas de ellas con letras de Loquillo), escritas por Carlos Segarra (que aporta tres temas), Igor Paskual (cuatro canciones), Gabriel Sopeña (otras cuatro) y, con todo el morbo, de nuevo Sabino Méndez, con dos canciones propias y otra escrita junto al Loco.
Unos días antes de empezar las grabaciones de Memoria de jóvenes airados, Jaime Stinus entró al estudio para remezclar Nueve tragos, el disco de 1999 en el que Loquillo se aproximaba al swing, cuyo master hace poco que lo compró el Loco, pero cuál no sería su sorpresa al descubrir que no estaba la pista con la voz. Tras indagar infructuosamente, se optó porque Loquillo volviera a grabar sus partes vocales. “Pero que nadie se piense que he grabado de nuevo por vacilar –explica el Loco–, de verdad que no aparecieron esas pistas”. Así que la próxima reedición de Nueve tragos no será exactamente el mismo disco que salió en su momento y que ya queda como material para coleccionistas.