OPERACIÓN RESCATE
«Este disco es una piedra de toque ideal para introducirse en uno de los grupos seminales esenciales de nuestro rock»
Nos trasladamos a 1966 para recuperar el debut de la legendaria banda barcelonesa Lone Star, un disco precursor del garage nacional que combinaba temas propios con atrevidas versiones de temas internacionales. Se sumerge en él Eduardo Izquierdo.
Lone Star
Lone Star
LA VOZ DE SU AMO, 1966
Texto: Eduardo Izquierdo.
En 1959, Pedro Gené había estado viviendo en Londres un año, donde tuvo la oportunidad de vivir de primera mano la eclosión del rock and roll en las Islas Británicas, pero antes de acabar la década se vuelve a su ciudad, Barcelona, para montar un grupo junto a tres compañeros que conoce de sus estudios de piano en el conservatorio. Son Rafael de la Vega, Enrique Fusté y Enrique López. Tras apenas unos conciertos se les une a la guitarra el holandés Willy Nab, y empiezan a presentarse con el nombre de Lone Star (Estrella Solitaria), escogido probablemente por la fascinación de Gené con la Guerra de Secesión y el estado de Texas.
Dos años después de fundar el grupo, EMI se fija en ellos y les publica su primer epé, My babe, una versión de Little Walter. Aunque la canción está cantada en inglés, el grupo no tardará en empezar a traducir canciones, convirtiendo este hecho en marca de fábrica, mientras se producen algunos cambios de formación.
Y, como era de esperar, en 1966 llega la publicación de su primer elepé, tras obtener un éxito considerable con los formatos más cortos. Difícil es no considerar hoy este disco uno de los precursores del garage nacional. Doce temas de los cuales la mitad son versiones, empezando por la inicial “Río sin fin”, nada menos que el clásico “River deep, mountain high” de Ike & Tina Turner, para demostrar que narices les sobraban. Un tema en el que el grupo no luce del todo pero que muestra su ambición.
Sí lo hacen, en cambio, en “Hey niña”, revisión de un tema de los Small Faces, en “El pájaro de la montaña”, original de Ray Charles o en “Hanky Panky”, clásico de Tommy James & The Shondells, que convierten en la canción más bailable y guatequera del lote.
Patinan ligeramente con “¿Por qué te vas?” o “La historia de Juan José”, pero la cosa se olvida con la escucha de “Mientes” y, sobre todo, de “La leyenda”. Una composición, “La leyenda”, que conocíamos de su edición en epé apenas unos meses antes, y que muestra una habilidad literaria innata para los conjuntos de la época. Además, Gené y compañía se muestran libres de prejuicios y consiguen una canción difícil de encuadrar en ningún género, pero que los pone en cabeza de la música patria.
No es este un disco perfecto, eso pocos lo discuten. Pero es una piedra de toque ideal para introducirse en uno de los grupos seminales esenciales de nuestro rock, y no quedarse solo en la grandeza e impacto de una canción como “Mi calle”, que aún tardaría, por cierto, un par de años en llegar.
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Anterior entrega de Operación rescate: The Traveling Wilburys Vol. 1 (1988), de The Traveling Wilburys.